La icónica laca de toda la vida se reinventa en una versión más sofisticada: brillo, fijación duradera y aroma floral


Sí, vuelve. Y no solo eso, regresa más elegante, más ligera y con ese punto de brillo que convierte cualquier peinado en un look digno de peluquería. La fijación de toda la vida estrena traje nuevo

En colaboración con

Nelly


© Nelly
2 de diciembre de 2025 - 9:54 CET

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¿En qué momento dejamos de usar laca? No está del todo claro, pero lo que sí sabemos es que esta nueva generación viene dispuesta a hacernos olvidar todos los clichés: ni acartonamiento, ni esa nube densa que te acompañaba durante minutos —por no decir horas—. La fijación vuelve, pero en clave glow, flexible y con mejor perfume que muchos sprays corporales.

Estamos hablando de Nelly, la marca que ha marcado media vida capilar en España y que ahora celebra el primer aniversario de la Laca Gold, su versión más sofisticada y moderna. Si la laca clásica era ese básico infalible que siempre había en el baño de tu abuela o tu madre, esta es la que se queda en tu tocador porque combina tecnología, una fragancia aromática y floral y un acabado luminoso precioso.

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Uno de los grandes avances de esta nueva fórmula es que consigue algo que parecía imposible: una fijación duradera sin apelmazar ni acolchar la melena. La clave está en sus polímeros de última generación, que envuelven cada hebra del pelo fijándolo y elevando la luminosidad a un nivel superior. ¿El resultado? Peinados que aguantan durante horas, ondas que no se deshacen y un brillo digno de alfombra roja. Además, la textura es tan ligera que desaparece en cuanto la aplicas. No deja residuos, no hay tacto áspero y no tienes esa necesidad inmediata de cepillarlo.

La versatilidad es, literalmente, su superpoder. La puedes usar para un recogido pulido, para unas ondas suaves improvisadas cinco minutos antes de salir o para ese volumen que siempre se va a mitad de tarde. La tecnología curl retention es la responsable de que los rizos y las ondas mantengan la forma sin perder elasticidad. Y un punto importante, aguanta la humedad muchísimo mejor que las lacas tradicionales. Si —como yo — eres de las que sufre con el frizz en días de lluvia, esto te interesa.

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Uno de los puntos a favor de esta laca y por la que está triunfando tanto —doy fe— es su aroma. La Laca Gold de Nelly huele bien. Muy bien. Ahora tiene una fragancia floral, suave y elegante, que acompaña sin ser nada pesada. Este punto sensorial es, para muchas, lo que ha hecho que se convierta en un imprescindible. Porque un buen aroma cambia completamente la experiencia de peinado. Otro detalle —muy de periodista obsesionada con la belleza— es el aplicador.

Esta laca incorpora un microdifusor que pulveriza una nube fina y uniforme —clave si no quieres exceso de producto—. Lo bueno es que, al igual que con las bases de maquillajes, puedes trabajar el layering. Sí, puedes aplicar un toque una bruma ligera para dar un toque de control o insistir un poco más si quieres una fijación máxima. No endurece, no deja manchas y respeta el movimiento natural del cabello.

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Hay algo muy bonito en esta reinvención: conecta con esa tradición familiar que todas tenemos en la memoria —el bote azul en el baño, los recogidos para bodas, el olor que marcaba una época—, pero que Nelly lo ha actualizado con ingredientes de alta calidad y una tecnología más avanzada y adaptada a los tiempos. Laboratorios Belloch, responsables de este desarrollo, han creado una fórmula que mira al pasado con cariño, pero que piensa claramente en cómo nos peinamos en la actualidad: más natural, más ligero, más luminoso. Es, de alguna forma, la evolución lógica de un clásico que nunca se fue del todo y, por qué no decirlo, nos trae recuerdos nostálgicos —y maravillosos— de cómo nuestras abuelas y madres se peinaban. Así que, si llevas tiempo sin usar laca porque te recuerda demasiado a esos peinados rígidos de los 90s, dale una oportunidad, te vas a sorprender.  

© ¡HOLA! Prohibida la reproducción total o parcial de este reportaje y sus fotografías, aun citando su procedencia.