La final de Wimbledon 2025 estuvo marcada por las anécdotas protagonizadas por los numerosos rostros conocidos que abarrotaron las gradas de la pista central del All England Club de Londres. Entre tanto glamour y expectación, fueron los hijos de los Príncipes de Gales los que acapararon toda la atención, y sobre todo Charlotte, quien ha dado que hablar por un motivo en concreto. Habitualmente es Kate Middleton la que causa sensación con su look, sin embargo, esta vez fue su hija la que generó más titulares y comentarios.
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Las cámaras captaron este detalle que ha generado un inesperado revuelo en Reino Unido: las uñas rosas de Charlotte. Y es que a sus 10 años, la hija de Guillermo y Kate ha roto la "regla" no escrita que impuso su bisabuela, Isabel II, sobre la manicura que llevan las mujeres de la realeza británica.
La Reina nunca se pronunció al respecto, pero era conocido por todos su preferencia por las manicuras naturales. De hecho, Isabel II era fiel a su esmalte 'Ballet Slippers' de Essie, un rosa casi transparente que llevó durante más de 30 años.
De acuerdo con la etiqueta real, los colores brillantes y llamativos se consideraban poco adecuados para actos oficiales, ya que podían desviar la atención del mensaje institucional. No estaba prohibido formalmente, pero sí desaconsejado dentro del círculo de protocolo real.
Hasta ahora, las mujeres de la Casa Real británica siempre han sido fieles al "menos es más", optando por uñas muy cuidadas, limadas más bien cortas y en tonos naturales, nude o rosas muy claros, incluso solamente con un poco de brillo.
Pero en los últimos años, hemos visto un cambio en este sentido. La propia Kate ha causado sensación en algunas citas luciendo un elegantísimo rojo, y en 2018 fue Meghan Markle la que rompió esta tradición royal con sus uñas en un intenso color bordeos casi negro.
Divertida manicura de verano
Este estilo (tan arriesgado para muchos) de Charlotte, sigue esa línea de optar por manicuras atrevidas para ocasiones menos formales, donde el protocolo se relaja y permite looks más frescos y desenfadados. En su caso, además, el toque divertido del esmalte cobra aún más sentido. No hay que olvidar que Charlotte tiene solo diez años, y si alguien puede permitirse esta pequeña "licencia", es ella.
Muchos medios británicos se han hecho eco de su elección beauty y creen que el rosa de sus uñas puede verse como una forma sutil de autoexpresión, una pincelada de su personalidad a la que poco a poco va dando forma. El tono elegido por Charlotte, un alegre y veraniego rosa chicle, es uno de los más buscados entre niñas y adolescentes esta temporada. Su popularidad se debe a que aporta un toque divertido sin resultar excesivo. Un tono ideal para dar color a su vestido blanco de volantes con ribetes azul marino.