La transformación de Jennifer Lopez

El secreto mejor guardado de Jennifer Lopez: ¿retoques invisibles o genética perfecta?

Los expertos nos explican la transformación de la cantante y nos ayudan a entender por qué hay artistas que tienen miedo a envejecer


Redactora de Belleza y Estar Bien
7 de julio de 2025 - 13:45 CEST

El próximo 24 de julio, Jennifer Lopez cumplirá 56 años. La artista ha dicho en muchas de sus entrevistas que nunca se ha hecho ningún retoque estético y que su piel, eternamente joven, es solo el reflejo de una dieta sana y de mucho deporte

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La transformación de Jennifer Lopez© Getty Images
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Este fin de semana se ha dejado ver con un vestido blanco asimétrico, un sombrero en gris, un bolso de piel de serpiente de Java de Fendi y zapatos de salón de Gianvito Rossi. A pesar de que ha reconocido en alguna ocasión que  la soledad y la tristeza, desde su separación de Ben Affleck, han sido abrumadoras, la vemos más guapa que nunca

Si bien la diferencia con respecto a las imágenes de sus apariciones públicas en los últimos años no es excesivamente notoria, si nos remontamos unos años más atrás, sí podemos percibir algunos cambios. Ahora bien, ¿cuáles exactamente? ¿Son producto de la cirugía o es solo una cuestión dermatológica y de dominio del maquillaje? De la mano de los expertos, lo analizamos.

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La transformación de Jennifer Lopez

La doctora Flavia Bonina, más conocida en redes como dra.flaviabonina, médico estético y experta en naturalidad y directora de Clínica Doctora Bonina, nos confirma, en primer lugar, que "Jennifer López tiene una rinoplastia hace años y eso se nota". "En cuanto a su óvalo facial, siempre tuvo la cara en V", confirma la experta. "Si bien lo normal es que a los 55 años ya se noten los signos de envejecimiento o que haya pasado por quirófano, Jennifer López se ha empezado a cuidar desde joven", nos cuenta. 

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A pesar de lo anterior, según la doctora, "que no haya pasado por quirófano no significa que no se haya realizado otros tratamientos". La médico estético nos cuenta que, ahora mismo, con equipos tan potentes como Morpheus, HIFU o tratamientos infiltrados como inductores de colágeno bien aplicados y a nivel preventivo (a partir de los 30 años), se puede lograr un mantenimiento maravilloso. 

Según la experta, también es probable que recurra a alguno de los tratamientos antienvejecimiento que ahora están de moda en Hollywood. Concretamente, menciona la sueroterapia, el PRP, el biohacking hormonal y otras terapias para el control del estrés y el sueño. Todo ello sin obviar que seguramente la cantante cuente con el consejo de los mejores profesionales para llevar su plan de nutrición y deportivo.

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La doctora Irene Cruz Bobadilla, directora del área de Medicina Estética y Nutrición en Instituto de Benito, coincide con la doctora Bonina: "Más allá de su genética privilegiada, lo que vemos en Jennifer Lopez es el resultado de una disciplina constante, un conocimiento profundo de su piel y el acceso a tratamientos de vanguardia", explica. Entre los tratamientos que podría haberse realizado, la experta destaca: la radiofrecuencia fraccionada con inteligencia artificial, que permite actuar con precisión sobre la piel para estimular la producción natural de colágeno, mejorando la firmeza, textura y luminosidad; y los polinucleótidos, potentes regeneradores celulares que promueven la reparación del ADN y mejoran la calidad de la piel desde las capas más profundas.  Según la doctora Irene Cruz, en la actualidad, quienes desean cuidar su piel deforma efectiva y duradera, optan por protocolos de cuidado totalmente adaptados a sus necesidades individuales. 

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Hollywood tiene miedo a envejecer

El paso de la edad puede ser, según para quién, difícil de gestionar. La prueba está en el abuso de filtros en las redes sociales, la demanda creciente de procedimientos médico estéticos por una población cada vez más joven, la promoción "preventiva" de estos tratamientos por parte de los laboratorios y la transformación asombrosa de muchos rostros populares.

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El doctor Tallaj, cirujano plástico, médico estético y catedrático de bioquímica del envejecimiento en la Universidad de Sevilla, asegura que merece la pena abordar un tema de plena actualidad como la gerascofobia. Según el experto, es "una patología que se define como el miedo extremo e irracional a envejecer". "Esta situación, que es una forma de control sobre los cambios asociados a la pérdida de belleza y juventud, se acompaña de pensamientos negativos y recurrentes sobre el envejecimiento, como la soledad, la pérdida, la enfermedad, la dependencia o el miedo a la muerte", dice el médico. "No se trata en este caso de un temor pasajero, natural en determinados momentos de la vida, sino de un miedo persistente que deriva en ansiedad y en la corrección obsesiva de los cambios físicos que se producen", añade.

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Midorexia precoz

Aunque aún no está clasificada como un trastorno mental, es el término por el que hoy se reconoce esta conducta obsesiva, que persigue una apariencia más joven. La práctica deportiva compulsiva, la adhesión inflexible a rutinas alimentarias pretendidamente saludables, o la recurrencia a tratamientos estéticos que la edad no justifica, dan las primeras pistas sobre la paciente candidata a desarrollar midorexia antes o después.

Te preguntarás en qué se distinguen la gerascofobia y la midorexia. Pues bien, según Luis Guillén Plaza, psicólogo general sanitario en Psicopartner, "la gerascofobia es el miedo irracional y persistente a envejecer. La midorexia, en cambio, es un fenómeno social y psicológico que se refiere a la obsesión por mantenerse joven y atractivo a pesar del paso del tiempo. Según el experto, "a diferencia de la gerascofobia, la midorexia no implica necesariamente un miedo paralizante al envejecimiento, sino más bien una lucha por mantenerse vigente, atractivo o deseado en una cultura que valora la juventud".

Pero no parece que JLo sufra ninguna de estas cosas. Es más, a sus casi 56 años, encarna una nueva narrativa sobre el envejecimiento: una mezcla de disciplina, avances médico estéticos y aceptación personal. A pesar de esto, en una era que valora la juventud eterna, su imagen invita a reflexionar sobre los límites entre el autocuidado y la obsesión por la juventud.

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