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Todas tenemos una amiga que "se ha quitado el pan" para ponerse en forma para el verano. Y, si no la tienes, eres tú. Hemos querido saber hasta qué punto este gesto ayuda a que te sientas deshinchada y ligera durante las vacaciones y te puedas ver mejor. De igual modo, hemos consultado a los dietistas-nutricionistas, qué ocurre si no concebimos un desayuno sin pan. ¿Hay alguna forma de incorporarlo a la primera comida del día de manera saludable?
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Para empezar, como indica la dietista- nutricionista de Clínica Palasiet, Paula Valiente, "cuando queremos bajar de peso, no hace falta eliminar el pan. Tampoco los carbohidratos ni las grasas. ¡Y mucho menos demonizarlos!". De hecho, hay una frase que a la experta le encanta y que siempre repite: "La comida prohibida se vuelve más atractiva". Por eso asegura que "no se trata de comer menos, sino de comer mejor". Sin embargo, cuando el río suena, agua lleva. ¿De dónde viene el mito de que comiendo pan ganamos peso?
Según la dietista- nutricionista Blanca García Orea, esta afirmación es consecuencia de la mala evolución de la industria alimentaria. "El pan blanco que comemos ahora es un producto muy procesado con un alto índice glucémico, sin fermentar y sin fibra. Supone un exceso de calorías vacías", explica la experta. "El proceso antiguo de largos tiempos de fermentación del pan permitía que las bacterias pudiesen descomponer gran parte del gluten y de los hidratos de carbono presentes en este alimento", agrega.
Asegura que "era mucho más fácil de digerir, tenía un índice glucémico menor (tenía más fibra), permitía una mejor absorción de vitaminas y, por supuesto, era más natural". Así, si queremos sumar nutrientes a la dieta y no calorías vacías, nos enfrentamos a una tarea complicada: la de encontrar un buen pan.
Un buen pan
Según Paula Valiente, "si disfrutas del pan en el desayuno, no tienes por qué quitarlo. Lo ideal es elegir un pan de calidad". La experta recomienda, por ejemplo, un pan integral (de la panadería). Eso sí: advierte de que, para que sea realmente integral, deberá llevar al menos un 75% de harina integral y estar hecho con ingredientes básicos: harina, agua, sal y levadura. Nada de azúcares añadidos o ingredientes que ni sabes pronunciar (como los del súper). Además, recomienda acompañarlo siempre de alguna proteína de calidad, una grasa saludable y fruta. Así, el pan no es solo pan: es parte de un desayuno equilibrado.
Por lo tanto, no es del todo cierto que el pan engorde, más bien lo que ocurre es que un mal pan suma a la dieta calorías vacías, no aporta y desplaza el consumo de otras opciones más sanas.
¿Puedes tomar pan el resto del día?
Es una creencia muy extendida: "yo solo tomo pan en el desayuno. El resto del día procuro evitarlo". ¿Te suena? Le hemos preguntado a Paula Valiente si es recomendable evitar este alimento más allá de la primera comida del día. La experta es tajante: asegura que sí se puede tomar pan a lo largo del día "siempre y cuando lo incluyas de manera equilibrada en tus comidas y en su justa medida". "A mí me gusta recomendar el plato Harvard", dice la experta. Según este, el 25% del plato corresponde a hidratos de carbono y puede estar conformado por pan, arroz, pasta o quinoa, según prefieras. ¡Lo importante es la calidad del alimento y la cantidad, no eliminarlo sin más!