Ha llegado sin invitación, viaja escondida en coches, cajas o muebles y ya se ha convertido en el nuevo inquilino indeseado de muchos hogares españoles. Se llama chinche marmoleada (Halyomorpha halys), procede del este de Asia y este otoño está protagonizando una auténtica invasión silenciosa en ciudades y campos de nuestro país.
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Aunque no pica ni transmite enfermedades, su rápida expansión preocupa —y mucho— a los expertos: devora frutales, arruina cosechas y se cuela en viviendas para pasar el invierno. Erik Rodríguez, doctor en Ciencias Biológicas y especialista en control de chinches de Anticimex, explica por qué este insecto se ha adaptado tan bien al clima ibérico, qué daños puede causar y cómo actuar si aparece en casa.
¿Qué es exactamente la chinche parda marmoleada y por qué preocupa tanto su expansión en España este otoño?
La chinche marmoleada (Halyomorpha halys) es un insecto que pertenece al orden de los hemípteros, que engloba las cigarras, los zapateros, los pulgones o las chinches de cama. Dentro de los hemípteros pertenece a la familia pentatomidae, un amplio grupo que comprende especies mayoritariamente herbívoras. Como a todos los insectos del orden de los hemípteros, les caracteriza su boca transformada en un aparato picador, a modo de agujas que clavan en los tejidos de las plantas para succionar la savia.
H. halys es una especie invasora originaria del Este de Asia, que se detectó por primera vez en la península Ibérica en Girona en 2016. Desde entonces ha sido detectada en Aragón (Huesca y Zaragoza), Baleares, Cantabria, Navarra, País Vasco (Guipúzcoa y Vizcaya), Madrid, Andalucía (Cádiz, Granada y Sevilla), Comunidad Valenciana (Alicante, Castellón y Valencia), Castilla-La Mancha (Cuenca), La Rioja, Galicia (La Coruña, Orense y Pontevedra) y en la isla de Tenerife.
En general se está detectando solo en cascos urbanos, pero Cataluña es la comunidad que actualmente está sufriendo más esta plaga, al estar afectando ya a algunos cultivos de frutales y hortícolas de Girona y Barcelona. Se trata de un insecto que en su estado adulto mide entre 12 y 17 mm de largo y entre 7 y 10 mm de ancho. Tiene el cuerpo en forma de escudo y el dorso presenta un punteado de color marrón oscuro o negro sobre un fondo beige o amarillo, dando ese aspecto jaspeado o marmoleado que le da el nombre. Por el contrario, ventralmente son de color beige con un punteado oscuro más disperso que en el dorso.
Esta especie adapta su ciclo de vida al clima donde se va a desarrollar. Pasa el invierno en forma de adulto, formando grupos más o menos numerosos en diversos lugares (estructuras humanas, árboles, etc). A principios de la primavera (durante los meses de marzo y abril) salen los adultos en busca de plantas de las que alimentarse y donde poner huevos. Es este momento cuando sucede la dispersión hacia las zonas de cultivo. Una vez realizada la puesta, los juveniles llamados ninfas eclosionan pasadas 4-5 semanas de la puesta. Las ninfas se desarrollan alimentándose de las plantas durante todo el verano hasta que alcanzan el estado adulto a finales del verano, inicios del otoño. En este momento comienzan a buscar refugio congregándose en grupos para pasar el invierno.
Se trata de una especie herbívora que se alimenta de gran variedad de plantas, teniendo constancia de más de cien especies diferentes, incluyendo frutales y hortícola.
El aumento de las temperaturas está favoreciendo la expansión de este tipo de chinche. No obstante, el principal factor de expansión de la especie es la actividad comercial.
¿De qué manera afecta esta especie invasora a los cultivos y a la agricultura? ¿Qué daños económicos puede provocar?
Los daños que genera esta especie en los cultivos son provocados al alimentarse, clavando su aparato bucal en frutos y hojas. Al alimentarse introducen una saliva que degrada la carne de los frutos y absorben el jugo resultante con su aparato bucal. Las plantas reaccionan a este daño provocado cicatrizando las zonas donde la H. halys ha picado, lo cual genera señales en los frutos.
Los mayores daños se producen cuando se alimentan de frutos inmaduros, ya que inducen un crecimiento anómalo provocando que los frutos queden deformes. Daños similares se producen en otros cultivos como el trigo o la soja, echando a perder cosechas.
Aún no se han publicado datos sobre pérdidas económicas en España, pero Cataluña es la región con una mayor incidencia por el momento, afectando especialmente al manzano (en Bordils, Girona), peral (en Campllong, Girona) y pimientos (en Gavà, Barcelona).
Las pérdidas económicas pueden alcanzar los cientos de millones de euros. Por ejemplo, en Italia, país muy castigado por la H. halys se estimaron pérdidas por valor de entre 250 y 400 millones € en 2019.
¿Supone algún riesgo para la salud humana o para los animales domésticos, más allá de ser una plaga agrícola?
No, H. halys no representa un riesgo para la salud humana o los animales domésticos. No se conocen picaduras sobre humanos como sí puedan realizar otras chinches, como las chinches de cama.
¿Cómo distinguir la chinche parda marmoleada de otras chinches o insectos similares que no representan un problema?
Hay algunas nativas de la península Ibérica con las que podemos confundir a H. halys. Diferenciarlas de otras especies, en ocasiones puede no ser fácil. Se debe atender al aspecto de diferentes partes del cuerpo, como las antenas, el pronoto o el escudete. En este sentido, el Instituto de Investigación y Tecnología Agroalimentarias (IRTA) y la Generalitat de Catalunya publicaron una guía técnica donde se recogen especies similares y como diferenciarlas. Dentro de nuestras casas son claramente diferentes de las chinches de cama, tanto por tamaño como por color, siendo estás últimas más pequeñas y de color marrón café, y en este caso anidan en las camas o cerca de ellas.
¿Qué factores climáticos o ambientales están favoreciendo su propagación en la península ibérica?
El aumento de las temperaturas está favoreciendo la expansión de esta especie, así como la presencia de primaveras lluviosas y húmedas están ayudando al asentamiento y colonización de nuevas zonas. No obstante, el principal factor de expansión de la especie es la actividad comercial. De esta manera, esta especie es importada a los diferentes países y trasladada internamente de forma accidental a través no solo de bienes agrícolas, sino también en vehículos nuevos y de segunda mano o en maderas cortadas.
En las casas, el uso de mosquiteras en las ventanas y de mallas… evitarán la entrada de individuos en busca de refugio
¿Qué medidas de control o prevención se están aplicando en España y qué pueden hacer los ciudadanos si se la encuentran en sus casas o jardines?
En España, y especialmente en Cataluña, se están implantando estrategias para el control integrado de esta plaga, recogiendo diferentes técnicas físicas y mecánicas, biológicas y químicas.
Las mallas y redes que cubren los frutales son muy útiles para evitar el acceso. En las casas, el uso de mosquiteras en las ventanas y de mallas para cubrir las rejas de ventilación y grietas evitarán la entrada de individuos en busca de refugio durante el invierno.
El aspirado de grupos de adultos hibernantes también es un método efectivo. También se están estudiando posibles controladores biológicos, usando para ello himenópteros que pueden parasitar los huevos de H. halys. Por último, se pueden emplear también métodos químicos, mediante el uso de biocidas registrados para su utilización profesional contra H. halys. Si bien el empleo de estos últimos ha de ser utilizado de forma racional y en momentos concretos en los que la plaga es más sensible, como al inicio de la hibernación.
En caso de encontrarlo en nuestras casas y jardines, se ha de comunicar a las autoridades competentes (ayuntamientos y/o comunidad autónoma) para que tengan constancia y puedan confirmar la presencia de la especie y puedan actuar en los parques y jardines si procede.
También se puede contactar con servicios profesionales del control de plagas para su asesoramiento y tratamiento en el interior de nuestras casas. Nunca se ha de actuar por cuenta propia, ya que las malas prácticas, aun con buena intención, pueden contribuir a la dispersión de la plaga.
