En un mundo lleno de mensajes que nos animan a "sonreír siempre", la voz de Victor Küppers se ha convertido en un referente. Sin embargo, él mismo es el primero en lanzar una advertencia crucial contra el positivismo ingenuo, resumiéndolo en una frase tan contundente como necesaria: la actitud, por sí sola, no es suficiente.
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La frase que desmonta el positivismo tóxico
Lejos de eslóganes vacíos, Küppers pone el foco en el realismo. "A mí hay frases que no me gustan. Sonríe, todo irá bien, si quieres puedes...", critica. Para ilustrar el peligro de un entusiasmo sin fundamento, recurre a una cita que escuchó de un psicólogo: "No hay nada peor que un tonto motivado".
Según explica, esta idea subraya que la buena disposición es inútil si no va acompañada de preparación. "La actitud no lo es todo. Si no sabes, no toques", insiste.
Motivarse es empezar, disciplinarse es llegar
Entonces, si la actitud no lo es todo, ¿cuál es el ingrediente que falta? Aquí es donde Küppers introduce su distinción más importante: la diferencia entre motivación y disciplina.
"Mucha gente habla de motivación. La motivación está muy bien, pero sirve para arrancar, para empezar", declara. Sin embargo, el verdadero reto llega después. "Para llegar no hace falta motivación, hace falta fuerza de voluntad, hace falta disciplina", sentencia.
El secreto está en los hábitos: de la idea a la acción
Para Küppers, el paso fundamental es transformar las ideas en acciones a través de la repetición. "Las ideas no hay que conocerlas, hay que vivirlas", insiste. Y lo ilustra con un ejemplo práctico de su propia vida: durante seis meses se obligó a cumplir una sola máxima que llevaba apuntada en un post-it: "Si no vas a decir nada bueno, cállate". Lo repitió tantas veces que, al final, dejó de ser un esfuerzo para convertirse en su forma natural de actuar.
Junto a esto, reivindica la importancia de relativizar los problemas cotidianos: "No te puedes enfadar porque el café que me acaban de traer no es el que yo he pedido. No te puedes enfadar porque hay un retraso de una hora. No todos son dramas".
El verdadero éxito: "Que lo más importante sea lo más importante"
Pero, por encima de todo, Küppers defiende que el auténtico motor de la vida no tiene que ver con cargos, coches o bienes materiales. Para él, el objetivo final es mucho más profundo.
"El éxito en la vida es querer y sentirse querido por las personas que más quieres", resume. Una filosofía que encapsula en su lema más famoso: "Lo más importante en la vida es que lo más importante sea lo más importante".