Te ha pasado. Es tarde, enciendes la luz de la cocina para beber agua y la ves: una pequeña cucaracha corriendo a esconderse. Tu primer instinto es coger el insecticida en spray y rociar hasta que deja de moverse. Crees que has ganado la batalla, pero según los expertos, acabas de cometer el error que puede hacer que la plaga crezca aún más.
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Hablamos con los profesionales de Biocisal Control de Plagas para entender por qué esa solución tan común es contraproducente y qué métodos funcionan de verdad para mantener a estos peligrosos insectos fuera de tu hogar.
El error fatal: ¿por qué el spray es tu peor enemigo?
Ese bote que tienes bajo el fregadero puede darte una falsa sensación de seguridad. El problema, según explican desde Biocisal, es que “solo mata a las cucarachas que ves en ese momento”.
El spray no llega a los lugares donde realmente está el foco de la plaga:
- No alcanza el nido: eliminas a un ejemplar, pero la colonia sigue intacta.
- No penetra en grietas: se esconden en fisuras, juntas de azulejos o detrás de muebles.
- No entra en electrodomésticos: el motor de la nevera o el lavavajillas son refugios perfectos, cálidos y oscuros.
Al final, solo matas a las más expuestas mientras el núcleo de la plaga sigue creciendo en la sombra.
Lo que sí funciona: métodos profesionales con efecto duradero
Si el spray no es la solución, ¿qué alternativa existe? Los expertos lo tienen claro: pulverización líquida o geles profesionales.
“Estos métodos son los únicos realmente efectivos”, afirman desde Biocisal. La clave está en su efecto residual de hasta 90 días: actúan al instante y siguen eliminando cucarachas semanas después. El gel, además, funciona como cebo: los insectos lo llevan al nido, exterminando la colonia desde dentro.
El imán para cucarachas que ignoras en tu cocina
Puedes tener la cocina reluciente y, aun así, seguir atrayéndolas. Más allá de las migas, los expertos señalan tres “puntos ciegos” que casi siempre se olvidan:
- El agua: una simple gota de un grifo que gotea o la humedad bajo el fregadero basta para que sobrevivan.
- La grasa oculta: detrás de los electrodomésticos o sobre la campana extractora se acumula su alimento favorito.
- El cubo de basura: no basta con cambiar la bolsa; si no lo lavas con regularidad, se convierte en un imán para ellas.
La señal de alarma: cuándo llamar a un profesional
¿Cómo saber si el problema ya es serio? Biocisal lo resume en dos señales claras:
- Ver más de una o dos cucarachas: indica que ya existe una colonia establecida.
- Verlas de día: este es el signo más alarmante. Son nocturnas; si aparecen a plena luz, es señal de sobrepoblación en el nido.
Pensar que una cucaracha es inofensiva es un error grave. “Viven en alcantarillas y basuras. Tenerlas en tu cocina es exactamente igual que tener una rata correteando por la encimera”, advierten desde Biocisal.
Pueden transmitir bacterias peligrosas como Salmonella, E. coli o Shigella, provocando diarreas, vómitos e intoxicaciones alimentarias severas. Además, sus excrementos y mudas liberan alérgenos que agravan el asma y las alergias.