Hay objetos en casa que creemos limpios y resultan ser auténticos focos de bacterias. Una limpiadora profesional, con más de 15 años de experiencia limpiando hogares, ha revelado cuál es —sin duda— el más repugnante que encuentra en casi cualquier baño. Y no, no es el inodoro.
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Se trata del portacepillos de dientes.
El nido de bacterias junto al lavabo
Según explicó en Reddit, la mayoría de la gente desconoce el desagradable proceso que ocurre a diario.
“La gente no se da cuenta de cuántas bacterias quedan en un cepillo de dientes… Y simplemente gotean hasta formar un charco en el fondo del vaso”, relató.
Aunque enjuagues el cepillo cada vez que lo usas, la humedad y los restos de pasta y saliva se acumulan en el fondo, creando un lugar perfecto, oscuro y húmedo para que las bacterias crezcan sin control.
El reto viral: ¿te atreves a oler el tuyo?
La experiencia es tan desagradable que la profesional lanzó un desafío a los usuarios: “Por favor, todos, vayan a oler sus vasitos para cepillos de dientes por mí. Si al hacerlo tu alma abandona temporalmente tu cuerpo, tira esa cosa asquerosa a la basura”.
Sus palabras generaron un aluvión de comentarios de gente horrorizada… y también de usuarios que compartieron sus propios trucos para limpiarlo.
El error que todos cometemos al limpiarlo
Muchos creen que basta con enjuagarlo o echar un poco de lejía o bicarbonato. Error.
“No puedes simplemente agitar un producto en el fondo y esperar que detenga el crecimiento, no lo hará”, advierte.
La única manera eficaz es usar un cepillo con cerdas (tipo pincel o cepillo de botellas) para fregar a fondo con desinfectante o detergente.
La alternativa definitiva: adiós al vaso
Tras años enfrentándose a esta suciedad, la limpiadora profesional lo tiene claro: “Nunca he usado y nunca usaré un vaso para cepillo de dientes”.
Para ella, la única alternativa higiénica es colgar los cepillos en un soporte que permita que se sequen al aire, sin contacto con superficies húmedas.