Reformar o decorar un piso pequeño puede convertirse en una oportunidad para ganar confort y amplitud… o en un festival de errores costosos e irreversibles. Dos expertos en diseño y optimización del espacio, Javier de la Cruz, arquitecto y director de DMASC Arquitectos, y Lourdes Treviño, arquitecta y directora de Freehand Arquitectura, desvelan cuáles son los fallos más comunes —y cómo evitarlos— cuando cada metro cuenta.
Para ti que te gusta
Este contenido es exclusivo para la comunidad de lectores de ¡HOLA!
Para disfrutar de 5 contenidos gratis cada mes debes navegar registrado.
Este contenido es solo para suscriptores.
Suscríbete ahora para seguir leyendo.Este contenido es solo para suscriptores.
Suscríbete ahora para seguir leyendo.TIENES ACCESO A 5 CONTENIDOS DE
Recuerda navegar siempre con tu sesión iniciada.
1. Querer vivir como en un piso grande
El primer gran error, coinciden ambos, es intentar encajar en un piso pequeño la misma distribución y mobiliario de una vivienda amplia. Javier de la Cruz advierte de que “cuanto más se compartimenta, más estrecho se percibe todo”. Lourdes Treviño añade que lo importante es repensar hábitos, flujos y prioridades, en lugar de replicar una casa grande en formato reducido.
2. Llenarlo de muebles pequeños
Aunque pueda parecer lógico, llenar un piso reducido de piezas a escala mini no siempre funciona. De la Cruz explica que demasiados muebles pequeños solo generan caos visual y sensación de agobio. Treviño coincide: mejor pocas piezas de tamaño medio o grande, bien proporcionadas y con funciones múltiples, que anclen el espacio y lo organicen.
3. Ignorar la importancia del color
En un piso pequeño, el abuso de tonos oscuros puede cerrar visualmente el espacio. Ambos recomiendan paletas claras o medias, con variaciones sutiles de textura para evitar la monotonía. Los colores claros amplifican la luz; los acabados mate o satinados ayudan a controlar los reflejos.
4. Iluminar mal (o solo desde el techo)
Una única lámpara central no basta. Treviño aconseja iluminación en capas: general, puntual y ambiental, con temperaturas de color coherentes (entre 2700K y 3000K). De la Cruz recuerda que las luces empotradas o tiras LED distribuyen la luz sin ocupar espacio físico.
5. Fragmentar el suelo
Usar pavimentos distintos en cada estancia rompe la continuidad visual. Los dos coinciden en que unificar el suelo de toda la vivienda elimina cortes y aporta fluidez. Si se escogen lamas longitudinales o un material continuo, la profundidad aumenta.
6. Bloquear la luz natural
En pisos pequeños, la luz es un recurso que no se puede desperdiciar. De la Cruz sugiere sustituir tabiques opacos por vidrio translúcido con cortinas para ganar amplitud y privacidad. Treviño añade que perfiles más finos en ventanas o cortinas ligeras cambian radicalmente la sensación de espacio.
7. Anteponer la estética a la funcionalidad
Treviño es tajante: “Prioriza la funcionalidad real antes que la estética proyectada”. Antes de elegir materiales o muebles, hay que analizar cómo se vive el espacio y qué se necesita de verdad. De la Cruz concluye con su propia “regla de oro”: consultar con un arquitecto para aprovechar cada rincón de forma óptima.