El océano es mucho más que un paisaje: es un regulador del clima, una despensa de biodiversidad… y un sistema que se está viendo alterado por la acción humana. En la segunda jornada del congreso Encuentro de los mares, celebrado en Tenerife, el oceanógrafo Alonso Hernández Guerra ha lanzado una advertencia clara sobre un fenómeno que podría tener consecuencias globales: el cambio en la salinidad del océano.
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"El océano es un fluido que se expande cuando se calienta; por eso el nivel del mar aumenta ahora mismo 3,3 milímetros por año, un total de 25 centímetros en vertical en los últimos 100 años. Esto ha provocado que hayamos perdido unos 6 metros de playas en España; si seguimos así, en Canarias perderemos la de Las Canteras", alertó el catedrático de Oceanografía de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria.
El problema no es solo la subida del nivel del mar. Según el experto, el calentamiento está afectando a las corrientes oceánicas, a la formación de agua profunda y al equilibrio de salinidad. Una combinación peligrosa.
"El deshielo en Groenlandia libera agua dulce en el Ártico. Esto disminuye la salinidad del agua, restándole también densidad, por lo que no se forma agua profunda, provocando el colapso de la cinta transportadora global, y graves alteraciones como la nevada madrileña Filomena todo el rato, o una peligrosa disminución de precipitaciones en la Amazonía", explicó.
También describió fenómenos extremos poco conocidos como las brine pools, lagos hipersalinos en las profundidades marinas, "cuyas aguas son más densas y 10 veces más salinas, por lo que resultan letales para la fauna marina que se cuela en ellas accidentalmente".
El calentamiento global influye en todos los fenómenos extremos
El físico y meteorólogo Marc Santandreu, divulgador habitual en espacios como Curiosity de La 2, coincide en la gravedad del panorama.
"El deshielo de los casquetes polares vierte mucha agua dulce al océano… cambiando así la salinidad y, junto con el aumento de las temperaturas, puede alterar las corrientes generales", advierte.
Aunque en mares cerrados la dinámica cambia (el exceso de evaporación por el calor provoca que la salinidad aumente, según el meteorólogo), el impacto sobre el clima ya es tangible: "Cualquier fenómeno extremo que ocurre hoy en día tiene una parte —en su severidad— que puede estar explicada solo por el calentamiento global. Un sistema más cálido es un sistema con más energía, que tiene como consecuencia fenómenos más virulentos", explica.
Según Santandreu, lo estamos viendo ya en las olas de calor más persistentes, los sistemas convectivos más agresivos, y las sequías cada vez más severas. “Siempre que hablemos de cambio climático tenemos que fijarnos en las tendencias, en la evolución de los fenómenos. Esto nos da la clave”.
¿Qué se puede hacer?
Los expertos no se quedan solo en el diagnóstico. Ante la pregunta sobre qué medidas deben tomarse urgentemente, Santandreu responde con claridad:
"Descarbonizar nuestro planeta. Implementar medidas urgentes para dejar de emitir tantos gases de efecto invernadero, que son los que provocan el calentamiento de la Tierra".
Pero también lanza una advertencia sobre los plazos: "Estos gases pueden estar en la atmósfera durante decenas de años, por lo que las medidas que se implementen hoy no tendrán resultados inmediatos". Y hay otra amenaza a vigilar: la contaminación de los océanos, porque tal y como indica el meteorólogo, "la cantidad de residuos que se almacenan en ellos es insostenible y acarrea un problema para el ecosistema entero y, finalmente, para nuestra salud".