Con temperaturas que superan los 40 °C en muchas zonas del país, sobrevivir al verano sin aire acondicionado (o sin arruinarse usándolo) se ha convertido en todo un reto. Y ante la duda más común —¿abrir o cerrar las ventanas?— el meteorólogo Marc Santandreu lo tiene claro: “La clave está en saber cuándo y cómo ventilar”.
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Santandreu, físico y divulgador climático que participa en espacios como Curiosity en La 2 y diferentes informativos nacionales, insiste en aplicar el “sentido común” a la hora de combatir el calor en casa. Y eso empieza por algo tan sencillo como cerrar las ventanas en las horas más cálidas del día.
“Las temperaturas máximas suelen alcanzarse entre las 13:00 y las 18:00, por lo que durante ese intervalo es fundamental mantener las ventanas cerradas”, explica.
Según el experto, una vivienda bien aislada debería conservar una temperatura interior más baja que la exterior. Para potenciar ese efecto, recomienda usar persianas, cortinas térmicas o toldos. “Podemos reducir la radiación solar directa utilizando toldos, persianas exteriores o cualquier sistema de protección solar en las ventanas”, señala.
Ahora bien, la estrategia cambia por la noche. Santandreu recuerda que, aunque las casas se enfrían más lentamente, hay un momento clave que debemos aprovechar:
“Es clave ventilar a partir del anochecer y mantener las ventanas abiertas, especialmente durante las primeras horas de la mañana, cuando se registran las temperaturas mínimas”.
En este sentido, destaca un truco sencillo pero eficaz: “Si logramos generar ventilación cruzada —abriendo ventanas en lados opuestos de la vivienda—, el enfriamiento será mucho más eficaz”.
¿Y si vives en una ciudad?
El lugar donde vivas también influye, y mucho. En zonas urbanas, el efecto del asfalto y el hormigón puede jugar en contra:
“Este fenómeno, conocido como isla de calor urbana, puede elevar las temperaturas nocturnas en el centro de las ciudades hasta 8 grados por encima de las zonas periféricas”, advierte.
En estos casos, lo ideal es ventilar más tarde y aprovechar a fondo las primeras horas de la mañana. Y si tienes un parque cerca, mejor: “Contar con zonas verdes y espacios húmedos en los alrededores también puede marcar la diferencia, proporcionando un alivio térmico muy necesario”.