Cayetano Rivera se despide de uno de los años más complicados de su vida. El torero ha vivido unos meses de lo más intensos, con noticias y sucesos que han tambaleado su imagen pública y su mundo interior. El diestro ha sido protagonista de diversas polémicas, entre ellas, un incidente que se produjo en pleno corazón de Madrid, en un restaurante de una conocida marca de comida rápida y que provocó que pasase la noche en comisaría. Meses después, la primera plana le capturó estrellando una furgoneta a la salida del Real Club Sevilla Golf, ubicado en Alcalá de Guadaíra, otro evento que le convirtió en absoluto protagonista de la crónica social en nuestro país. Con el 2026 en el horizonte, el torero busca dejar atrás las últimas controversias y comenzar una nueva página.
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Todo comenzó en el mes de Mayo, cuando ¡HOLA! se hacía eco de su ruptura con María Cerqueira. Tras dos años juntos, y después de convertirse en una de las parejas más seguidas y estilosas, el diestro y la presentadora portuguesa ponían fin a su relación. Todos sabían que, para Cayetano, el 2025 iba a ser un año complicado, pues había anunciado que sería el momento en el que diría adiós a los ruedos. Sin embargo, lo que nadie imaginaba es que también iba a ser el momento en el que tendría que enfrentarse a otra difícil despedida: la de su ya expareja. El fin de su relación no vino motivado por terceras personas o infidelidades: según pudo saber esta revista, la distancia entre ambos fue insalvable y el hastío de la lejanía acabó por decidir por los dos.
Ya por aquel entonces, su hija, Lucía Rivera, demostró ser uno de los pilares fundamentales para él. Días después de conocerse la ruptura, la modelo le acompañó a la final de la Mutua Madrid Open de tenis. Allí, en las gradas, era ella quien intentaba sacar una sonrisa al torero, que únicamente se permitió un par de momentos de desconexión. La pareja se mostró por primera vez ante los focos en el 2023, en Lisboa, coincidiendo con el estreno del documental centrado en la vida de la conductora y que HOLA Media produjo para Prime Video. Junto a ella también estuvo su hija y la hija de Maria, Kika, con quien la protagonista de la portada de ¡HOLA! Fashion de enero mantenía una gran relación.
Su segundo adiós
Tras la ruptura con Maria Cerqueira llegó su despedida más complicada: la de los ruedos. Lo hizo el sábado 20 de septiembre en la plaza de toros de Écija (Sevilla), vestido de malva y plata, cortando dos orejas y saliendo a hombros junto a Ángel Jiménez 'El Astigitano', su compañero de cartel. Minutos después, el torero publicó en sus redes sociales una imagen suya, con el mismo traje de luces, acompañada de una sola palabra: “Fin”. La de 2025 era su temporada de despedida, tras dos décadas de alternativa. Que haya elegido este año para cortarse la coleta es todo un homenaje familiar, pues se cumplen dos décadas desde que tomó la alternativa y 100 desde que su bisabuelo, Cayetano Ordóñez, daba comienzo a la dinastía. "Siento que es el momento de decir adiós”, reconocía. Su adiós definitivo llegó después de un parón, de una crisis pública y de una posterior lesión.
Fue el pasado 30 de junio cuando Cayetano protagonizó el primero de sus altercados: todo sucedió en el local de la calle Atocha, en Madrid, que tiene una conocida cadena de comida rápida. Allí, el torero tuvo una discusión con los dependientes y tuvo que intervenir la policía. Los agentes se lo llevaron detenido a las dependencias policiales y pasó la noche allí. Aquello lo dejó tocado física y anímicamente. "Tuve una discusión y ya está, como se discute por 20 cosas todos los días. Pero de ahí a ser violento... Eso no es verdad", admitía entonces tras las acusaciones de que había actuado de forma imprudente con los camareros. "Voy a poner mi denuncia. Fue desproporcionada su reacción totalmente y me parece una barbaridad. En ningún momento me resistí a nada. Hoy estoy con mis abogados, partes de lesiones... Pediremos las cámaras y las imágenes, que salga todo".
Tras aquel traspié, otro suceso postergó su regreso a los ruedos: una lesión en el campo le impidió comparecer en la feria de Santiago de Santander. Desde entonces, encadenó ausencias en las plazas en las que estaba contratado: se le esperaba en Málaga, los días 15 y 19 de agosto y, el 16, en Ciudad Real. "Después de probarme en el campo, siento comunicar que aún no estoy físicamente preparado para afrontar mis próximos compromisos", admitió en un comunicado. "Mi respeto a mi profesión y al público me obliga a ser honesto y responsable con la realidad por encima de la ilusión que me produce volver a pisar el ruedo. Gracias por vuestra comprensión y confianza". Reapareció el 24 de agosto en Tomelloso, provincia de Ciudad Real, tras probarse en tentaderos y recuperarse físicamente. Para después hacerlo en Cuenca el 28 de agosto.
Uno de los momentos más emotivos de la tarde de su despedida llegó cuando Cayetano brindó un toro a su hijo, el pequeño Cayetano. El niño, de 7 años, fruto de su matrimonio con la presentadora Eva González, recibió la montera de su padre y la levantó ante los aplausos del público. Más tarde, bajaría desde las gradas hasta el burladero, donde el torero le dedicó unas palabras y un beso lleno de cariño. Tras varios percances, el diestro pudo poner el punto y final a una vida dedicada a honrar la tradición familiar y al arte desplegada en los ruedos.
Un final de año accidentado
Dos meses después de su despedida, Cayetano protagonizó otro suceso. Fue el domingo 9 de noviembre a la salida del Real Club Sevilla Golf, ubicado en Alcalá de Guadaíra. El torero sufrió un accidente al hacer chocar su furgoneta en una rotonda: el diestro perdió el control de la furgoneta que conducía e invadió una glorieta ajardinada del exclusivo club, haciendo caer la palmera con la que se topó. Según pudo saber ¡HOLA!, al lugar acudieron los bomberos y la policía, generando cierto revuelo entre los vecinos de la urbanización contigua, que se percataron de que había mucho ruido y luces parpadeantes. Fue el diario ABC el que habló de un supuesto test de alcoholemia al que Cayetano se sometió, una información que él mismo desmintió en declaraciones exclusivas a esta revista: "Increíble que periodistas se inventen que di positivo. ¡Qué hartura!", admitía. "Con el golpe estaba un poco aturdido y fui a sentarme un poco. ¡Pero ya está! Ni positivo ni nada".
El 17 de noviembre, una semana después, Cayetano acudió al Juzgado de Instrucción número 4 de Alcalá de Guadaíra para su vista oral. "No tengo que dar explicaciones a nadie de nada. El juicio que tenga, lo tendré. Lo que tenga que decir al juez, se lo diré. El juez tomará la decisión que tome, y se acabó", dijo, visiblemente enfadado con la prensa. "Se han dicho demasiadas cosas, ese es el problema. Ese es el juicio paralelo, popular, al que me estáis sometiendo los medios de comunicación", reiteró. "Esto es un juicio que yo tengo que hacer y ya está. ¿Esto es entretenimiento para vosotros? Porque es mi vida", expresó agobiado. "Lo que quiero, simplemente, es terminar con esto. Ha sido un percance mínimo que le podría haber pasado a cualquier persona. Mi culpa, haberme despistado, lo siento", señaló. Acorralado por la prensa, el torero desveló el motivo del desliz: "Me despisté porque fui a coger el mando". Sin duda, no ha sido una de las etapas más vibrantes para el torero, pero a su lado han estado los suyos: apoyándole desde la cercanía o la distancia.
