Estela Grande recibe la mejor de las sorpresas mientras continúa ingresada por riesgo de parto prematuro: "Visita a mamá"


La influencer está recibiendo medicación para frenar las contracciones y madurar los pulmones de los bebés


28 de diciembre de 2025 - 13:11 CET

Estela Grande afronta su quinto día en el hospital, después de que el 23 de diciembre fuera ingresada por una amenaza de parto prematuro. En pleno tercer trimestre de embarazo y esperando mellizos, la influencer ha pasado unas Navidades muy distintas a las que había planeado junto a su pareja, el futbolista del Getafe C.F. Juan Iglesias: en el hospital, sometida a controles constantes y siguiendo un tratamiento para frenar las contracciones que podrían adelantar el nacimiento de los pequeños Luca y Liah.

Para ti que te gusta

Lee 5 contenidos gratis al mes con
solo registrarte.

Aprovecha nuestra oferta de Navidad
y navega sin límites durante 1 año
desde 19,50€

Este contenido es solo para
suscriptores.

Aprovecha nuestra oferta de Navidad
y navega sin límites durante 1 año
desde 19,50€

TIENES ACCESO A 5 CONTENIDOS DE CADA MES POR ESTAR REGISTRADO.

Recuerda navegar siempre con tu sesión iniciada.

© estelagrande
Estela y Juan en el hospital

En medio de esta espera, marcada por la incertidumbre y la importancia de cada día, Estela ha recibido una visita muy especial: el perro de la pareja. Sentada en una silla de ruedas y acompañada de su gotero, la modelo bajó a lo que parece ser el parking del hospital para pasar unos minutos con su mascota y aprovechar los tímidos rayos de sol que iluminaban Madrid pese al frío invernal. “Visita a mamá y sol”, escribió junto a la imagen. Un instante sencillo, pero cargado de ternura, que ha supuesto un respiro emocional en unas jornadas tan decisivas para la evolución de su embarazo.

© estelagrande
Estela Grande y su perro

Desde el primer día de ingreso, Estela ha querido mantener informados a sus más de 400.000 seguidores. Ella misma explicó que todo comenzó el 23 de diciembre, durante una revisión rutinaria. Tras una ecografía, los especialistas detectaron que el cuello del útero se había acortado de forma muy rápida y que presentaba contracciones. “Estaba en riesgo de parto prematuro”, relató en un mensaje publicado hace apenas un día. Su ginecóloga la envió directamente a urgencias y, tras valorar su evolución, decidieron ingresarla para controlar la dinámica uterina y administrar medicación destinada a madurar los pulmones de los bebés, que aún no están listos para nacer, según explicaba ella. Hay que recordar que un embarazo se considera a término entre las semanas 37 y 40, por lo que a Estela todavía le quedan semanas por delante para alcanzar ese margen.

© estelagrande
Estela muestra los resultados del monitor fetal

“Después de cuatro días con la medicación para frenar el parto, si la retiran, las contracciones vuelven, por lo que hay que repetir el ciclo”, explicaba con claridad. Acompañó sus palabras con varias imágenes desde el hospital: en monitores, tomando el sol desde la ventana de su habitación, o disfrutando de un desayuno con churros. Consciente de la importancia de cada jornada, añadía: “Cada día que pasen dentro y podamos controlarlo es una gran victoria. Solo queda tener paciencia y seguir controlada para que estos pollitos aguanten al menos unas semanas más”.

© estelagrande
Unos churros alegran el día a cualquiera
© estelagrande
Estela está permanentemente controlada
© estelagrande
Tomando el sol desde la ventana de la habitación

En su actualización, Estela también quiso aclarar que su embarazo ha estado supervisado en todo momento por un equipo médico especializado. “En ningún momento mi embarazo ha sido catalogado de riesgo”, señaló, recordando que, aun así, ha tenido revisiones más frecuentes que en un embarazo de un único bebé. Además, respondió con firmeza a quienes insinuaron que su situación podía estar relacionada con su actividad física: “Mis entrenos nada han tenido que ver con esto. Intentar hacer sentir mal a alguien diciendo que lo he provocado yo no tiene nombre. No tenéis escrúpulos y no os merecéis la más mínima explicación”, escribió, visiblemente molesta ante algunos comentarios.

© estelagrande
Los días en el hospital se hacen largos
© estelagrande
Estela Grande

Durante estos días, la influencer ha estado acompañada por Juan Iglesias, su mayor apoyo en este ingreso inesperado que ha transformado por completo las que prometían ser unas Navidades inolvidables. Y lo están siendo, aunque no de la manera que la pareja imaginaba. Hace solo unas semanas, Estela hablaba con ¡HOLA! sobre cómo vivía este tercer trimestre del embarazo, una etapa que describía con una mezcla de plenitud y cansancio propio de la recta final: “Plena. Físicamente, superbién, pero empiezo a estar cansada. Psicológicamente, muy bien”, confesaba entonces.

© estelagrande
Juan es el gran apoyo de Estela

Hace solo unas semanas, Estela confesaba a nuestra revista que le habría gustado tener un parto natural, aunque siempre supeditado a la salud de los bebés y a la suya propia. Recordaba entonces que había pasado por una miomectomía y por una cesárea previa para extirpar unos quistes uterinos, dos intervenciones que podrían dificultar un parto vaginal doble. Por ese motivo, asumía con tranquilidad que lo más probable era que finalmente diera a luz mediante cesárea, una opción que afrontaba con serenidad y confianza en su equipo médico.

Ahora, este contratiempo ha trastocado por completo los planes que Estela había imaginado para estas fechas, pero la influencer mantiene la calma y la determinación. “A seguir centrándome en mi descanso y en el bienestar de mis bebés. Gracias infinitas por vuestros mensajes, no sabéis lo que abrazan en estos momentos. Feliz Navidad, os mandamos mucho amor de vuelta. Los pollitos y yo”, escribía en su último mensaje desde el hospital, donde continúa ingresada y, por el momento, sin una fecha clara de alta.

© ¡HOLA! Prohibida la reproducción total o parcial de este reportaje y sus fotografías, aun citando su procedencia.