Parece que fue ayer cuando Arantxa del Sol y Finito de Córdoba se dieron el 'sí, quiero', pero ya han pasado 24 años. A un paso de celebrar sus bodas de plata con el torero, la que fuera Miss Madrid en 1989 recordó aquel mágico 20 de octubre de 2001 en el programa Y ahora Sonsoles, de Antena 3. "Fue brutal, es increíble el cariño con el que se volcaron los cordobeses, sacaron sus mantones a los balcones por iniciativa propia, adornaron esa plaza emblemática, fue precioso", dijo emocionada. "Recuerdo que en aquella época yo estaba un poco abrumada por la situación, yo soy del Norte y somos de otra manera, y todas esas cosas... pero luego fue tan bonito y lo recuerdo con tanta emoción que me alegro mucho de que todo fuera así", aseguró con un nudo en la garganta.
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La pareja se prometió amor eterno en una ceremonia, marcada por la lluvia y, sobre todo, por la llegada de la novia con una hora de retraso. "Esperaré a Arantxa el tiempo que haga falta, este es el mejor paseíllo de mi vida", declaró el torero, visiblemente emocionado, frente al altar de la iglesia Santa Marina de Aguas Santas en Córdoba.
Una vez convertidos en marido y mujer, los recién casados agradecieron las muestras de cariño de los cordobeses. Primero paseando entre ellos y, después, en un coche de caballos descubierto. Fue entonces cuando pudimos ver con todo lujo de detalles el espectacular vestido que Lorenzo Caprile había confeccionado para la novia. Blanco y de raso, con un precioso escote barco y con pliegues que se abrían a partir de la rodilla para darle más volumen en la falda. "Recuerdo salir de donde me vestí de novia y pasarme todo el camino emocionada, llorando, con pucheros continuos... fue tan bonito", contó Arantxa a Sonsoles Ónega.
Después de hacer una parada en la iglesia conventual de San Jacinto, donde Arantxa ofreció su ramo a la Virgen de los Dolores y Finito entregó un capote bordado con la imagen de la misma Virgen, el matrimonio y sus 600 invitados, en su mayoría pertenecientes al mundo del toro, como Enrique Ponce, Rafa Camino y El Juli, cenaron en el palacio de Viana, una construcción del siglo XIV.
Esta boda puso el broche de oro a la relación de la pareja, que coincidió por primera vez en un evento solidario celebrado en 1993. Sin embargo, no fue hasta 1999 cuando sus caminos volvieron a cruzarse y se enamoraron. "Nos conocimos en el programa Furor, de Antena 3, grabando un especial de Navidad. Vamos, nos conocimos antes, pero no volvimos a coincidir hasta seis años después y ahí hubo dos celestinos, un amigo suyo y mi representante, que en cuanto le vio me dijo: 'Este chico me gusta para ti'. Y fíjate qué buen ojo tuvo", expresó Arantxa entre risas.
La felicidad de la pareja se multiplicó con la llegada de sus dos hijos, Lucía y Juan Rodrigo, que hoy tienen 23 y 17 años, respectivamente. Al ver los emotivos vídeos que el programa había preparado, en los que sus hijos eran todavía unos niños, Arantxa no pudo evitar emocionarse, tomando aire para continuar con la entrevista. "Soy de lágrima fácil", confesó mientras se secaba las lágrimas.
Tras convertirse en madre, Arantxa decidió entregarse en cuerpo y alma a sus hijos. "Surgió de una manera natural: tenía muchas ganas de ser madre y mi marido tenía una profesión complicada, así que yo me volqué en ellos. Seguí haciendo cosas. Teatro, publicidad... pero de una manera mucho más tranquila. Y no me arrepiento porque he podido dedicarle a mis hijos un tiempo que ya no vuelve", concluyó.
