Pisó los escenarios sin ni siquiera haber llegado al mundo, lo que demuestra que en su destino estaba marcado dedicarse al mundo del espectáculo. Hablamos de Saray Muñoz, la mayor de las cinco hijas que tuvo Tina, de Las Grecas, una mujer que rompió moldes y cuya música sigue estando de plena actualidad. La temprana muerte de su madre ha marcado para siempre su vida y tres décadas después sigue siendo para ella una herida abierta, pero se siente afortunada de poder continuar con su legado artístico. Una carrera tan exitosa como discreta de la que se ha sincerado, dando además los detalles más desconocidos y sorprendentes de su historia.
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El recuerdo de su madre, siempre presente
La emoción le invade todavía al hablar de su madre, cuyo nombre real era Edelia. Con un desparpajo natural y un talento innato, revolucionó el mundo de la música junto a su hermana Carmela. Una actuación en el tablao de Manolo Caracol marcó para ellas un punto de inflexión, ya que los allí presentes, entre los que se encontraban Paco de Lucía y Camarón, se dieron cuenta inmediatamente de que tenían ante sus ojos a dos promesas. Comenzó ahí su carrera, en al que crearon su propio estilo, el gypsy rock, y conquistaron al público con temas como Te estoy amando locamente y Achilipú.
Las hermanas Muñoz, primas a su vez de Jero de Los Chichos, pasaron del éxito absoluto a ser dos juguetes rotos de la industria. Todo, en menos de una década. "Ni siquiera las veían como personas, solo como dos muñecas preciosas que podían generar muchos beneficios", ha confesado Saray en Y ahora Sonsoles. Aquella situación, sumada a su enfermedad mental, provocó que Tina entrase en una vorágine autodestructiva de la que no pudo escapar. En 1995 su voz se apagó para siempre, con solo 37 años y dejando atrás una familia numerosa que nunca volvió a ser la misma.
Su exitosa y discreta carrera
Tina Muñoz fue madre por primera vez con 19 años. Tuvo entonces una niña llamada Saray que creció en pleno boom mediático de Las Grecas. una situación que recuerda como complicada: "No ha sido nada fácil, porque una niña no tiene niñez normal y corriente, no puede salir a la calle...". Su deseo siempre fue ser puericultora porque "me encantan los niños, los amo", pero era inevitable seguir los pasos familiares con un talento así.
Tres años después de morir su madre, le ofrecieron relanzar con su tía Las Grecas, pero esa andadura duró poco. "Para mí fue muy traumático, hacía poco tiempo que faltaba mi madre y fue muy difícil. Una de las mejores decisiones que tome fue seguir sola y no me costó tomarla", ha recordado Saray, que comenzó a trabajar en diferentes tablaos flamencos en los que fue "muy feliz" y donde hizo amistades que siguen formando parte de su vida personal y profesional.
Ha formado parte de las compañías de Joaquín Cortés, Rafael Amargo, Antonio Canales, Ara Malikian, Raimundo Amador, Concha Buika, Sara Baras.... En 2012 se convirtió en cantaora oficial del Ballet Nacional de España. Sigue ocupando este puesto y además acaba de lanzar un tema llamado Llorarás. Se trata de una canción que ve la luz años después de haberla compuesto "desde el sentimiento" con Concha Buika y en la que comparte trabajo con un magnífico equipo profesional: "Gracias a la vida y la herencia de mi madrecita, siempre he trabajado en primera división".
"Ella creía que no me dejaba nada, pero mis hijos y todo lo que tengo es por ella. Me dejó una herencia inmaterial, y eso es muy fuerte", ha dicho de su madre, con la que confiesa que está "obsesionada". En cuanto a su vida personal, Saray prefiere dejarla en un segundo plano y el único dato que ha compartido es que "he tenido tres hijos, pero ahora tengo dos, me quedan dos"
El reencuentro con sus hermanas
Como nació en 1975, en pleno boom de Las Grecas, Saray se crio con su abuela, mientras que Tamara, cuatro años menor que ella, estuvo siempre con su abuelo. Las mellizas Tania y Siria llegaron al mundo en 1981 y la pequeña Alba en 1986. Las tres pequeñas fueron dadas en adopción y pasaron a llamarse Marta, María y Begoña. En 2017 las cinco se reencontraron, justo cuando la mayor estaba preparando un homenaje a Tina. "Mi obsesión es mi madre y quise hacerle un homenaje, no sé qué hilos movió, pero nos reunió. Antes no nos conocíamos", ha contado.
Estando en el camerino del Teatro Real, a punto de salir a escena, recibió un mensaje de Siria: "Fue muy impactante, mucha alegría para todo el mundo, porque en mi familia se les pensaba mucho". Detalla que se reconocieron nada más verse porque "todas tenemos algo de ella" y también "el gen artístico", aunque solo es Saray la que lo ha convertido en su profesión.
