Hace exactamente un año que el mundo de la moda y los negocios en España, se vistió de luto con la repentina muerte de Isak Andic, fundador de Mango, la marca que transformó la forma de entender la moda contemporánea desde Barcelona. Ahora sus tres hijos; Jonathan, Judith y Sarah, han querido rendir homenaje a su figura en un emotivo acto celebrado en la sede central de la compañía, en Palau-solità i Plegamans (Barcelona). Este gesto no solo honra la memoria de su padre, sino que también destaca la profunda huella que su visión empresarial en el mundo empresarial y social.
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Frente a la escultura del célebre artista Jaume Plensa, los hermanos se reunieron para depositar flores en memoria de su progenitor, en el mismo lugar en el que, apenas un mes después de su muerte, empleados, colaboradores y amigos de la compañía ya le rindieron su particular tributo. En una carta abierta, publicada por Europa Press, los tres hijos han recordado no solo al empresario “excepcional” sino al hombre generoso y comprometido con su entorno.
“Cuando hablamos de Isak Andic, no hablamos solo de un empresario excepcional, sino de un hombre generoso y comprometido con la sociedad”, manifestaron los hijos, destacando la determinación de un joven que llegó a Barcelona con grandes sueños y una energía inagotable. Esa determinación se tradujo con el tiempo en una de las marcas de moda más respetadas y reconocidas del mundo.
De vendedor a referente global
Isak Andic llegó a España siendo apenas un joven ambicioso con el claro propósito de crear algo que tuviera significado, propósito y alcance. Sin recursos, pero con una enorme determinación, se adentró en el mundo de la moda vendiendo camisetas en mercadillos antes de fundar Mango en 1984.
Su idea era simple, pero revolucionaria: hacer la moda accesible a todas las personas sin renunciar al estilo y la calidad. Aquella visión fue el germen de lo que acabaría convirtiéndose en un gigante global de la moda, con presencia en más de 120 países y cerca de 3.000 tiendas en todo el mundo.
Los hijos han querido resaltar que la visión empresarial de su padre no fue solo expansiva en términos de cifras, sino igualmente transformadora en cuanto al impacto social y cultural que generó. Bajo su liderazgo, Mango no solo se convirtió en un motor económico clave para España, sino en un puente entre Barcelona y las principales capitales del mundo.
Homenaje también en las tiendas
Los escaparates de Paseo de Gràcia en Barcelona, Oxford Street en Londres, la Quinta Avenida en Nueva York o Haussmann en París han cubierto los escaparates con un retrato de Isak Andic, y se han instalado imágenes y mensajes inspiracionales en su interior como reflejo de su legado.
Un empresario adelantado a su tiempo
Lejos de conformarse con una expansión tradicional, Andic fue un pionero en múltiples facetas: desde implementar uno de los primeros modelos efectivos de venta online dentro del sector de la moda hasta la audaz decisión de apostar por franquicias para conquistar nuevos mercados. También se le reconoce por su habilidad para vincular a Mango con iconos de la cultura pop y la moda, al contar para sus campañas con supermodelos legendarias como Naomi Campbell y Kate Moss, junto a otras figuras del cine y el deporte.
Los hijos han querido subrayar que su padre consideraba a todas las personas vinculadas a Mango —empleados, colaboradores, proveedores y franquiciados— como parte esencial del proyecto. “Él solía decir que Mango era una empresa que pertenecía a todas las personas que trabajaban o habían trabajado allí”, afirmaron, reflejando el profundo respeto que Andic tenía por quienes contribuyeron al crecimiento de la firma.
El legado social y humano de Isak Andic
Además del éxito comercial, la carta de los hijos destacó el compromiso de Andic con diversas causas sociales, culturales y educativas. Su impacto trascendió las pasarelas y los balances financieros: fue un firme apoyo de instituciones como el Hospital Sant Joan de Déu en Barcelona —referente mundial en pediatría— y de la Fundación FERO, centrada en la investigación contra el cáncer, especialmente el de mama, bajo la consigna “Un futuro sin cáncer”.
“Su legado inspira el futuro de nuestra familia y de su obra empresarial”, concluyeron Jonathan, Judith y Sarah, recordando que los valores que transmitió —determinación, creatividad y generosidad discreta— seguirán siendo la brújula que guíe tanto a su familia como a la compañía que su padre construyó con tanto esfuerzo y pasión.
