Con tan solo 18 años, Lamine Yamal se ha convertido en una de las grandes figuras del FC Barcelona. Es considerado uno de los mejores futbolistas del mundo y por ello, obtuvo el Trofeo Kopa del Balón de Oro de 2025 el pasado mes de septiembre. Con la mayoría de edad recién cumplida, se muestra como un jugador decisivo y fundamental para cualquier equipo en el que esté, y muchos lo señalan como el heredero natural de Leo Messi. Sobre este paralelismo, su elección de representar a España en lugar de Marruecos y su faceta más personal, centrada en su familia, ha hablado durante una entrevista concedida a 60 Minutes.
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"Fue algo raro porque sí estaba en mi cabeza la posibilidad de jugar con Marruecos. Además, fue cuando Marruecos llegó a las semifinales del Mundial, pero en el momento de la verdad nunca tuve dudas. Con todo mi cariño y respeto por Marruecos, siempre quise jugar en Europa. El fútbol europeo se ve más y está más cerca de la competición internacional. Jugando en el Barcelona, quería ganar una Eurocopa —que, por suerte, ya tengo— y ahora jugar un Mundial con la posibilidad de ganarlo. Siempre amaré a Marruecos. También es mi país. Crecí en España y siento que también es mi país", ha comenzado explicando durante la entrevista con el citado medio sobre su elección de jugar con la selección española en vez de con el país mencionado.
Entre los numerosos temas que han tratado durante la entrevista, han puesto sobre la mesa la familia, definiendo el futbolista a su madre como una ‘reina’: "Todos en mi círculo me dicen que no. Si digo que quiero salir, me dicen que no. Si quiero ir a comer, me dicen que no. La pregunta es a quién le hago caso. Le hago caso a mi madre", ha comenzado diciendo para, posteriormente, explicar que él no puede llevar una vida como la de cualquier chico anónimo de su edad: "Un chico normal de 18 años sale del colegio y se va a casa. Salgo del entrenamiento y hay paparazzi fuera de casa preguntando por mi vida. Enciendo la tele y me veo. Salgo y veo a un chico con mi camiseta. Quiero tomar algo, pero no puedo porque me detienen. Busco cosas sencillas, como jugar a la PlayStation, comer con mi madre o pasar tiempo con mi hermano. Pero nunca seré un chico normal de 18 años porque la gente no me ve así y no puedo comportarme como tal".
Entre las confesiones que ha realizado, ha contado que la última vez que sintió miedo fue cuando volvió de sus vacaciones a casa de su madre: "Cuando regresé de vacaciones y tuve que volver a casa de mi mamá. Estar lejos por tanto tiempo. Eso es suficiente para que mi mamá me diga algo".
La estrella del fútbol se ha sincerado como nunca sobre sus raíces: "Como muchos barrios sin recursos, Rocafonda está olvidada. No somos Sarrià ni Passeig de Gràcia. Somos quienes somos y con eso nos basta. Esos barrios más ricos se recuerdan porque de ellos proviene gente importante. Luchamos al máximo para vivir bien y lo disfrutamos juntos. Sabemos de dónde venimos y estamos orgullosos de ello. En mi barrio jugábamos por diversión y todos queríamos ser futbolistas, pero nadie esperaba triunfar".
También ha querido recalar la importancia que han tenido sus padres en su vida, ya que sin ellos y su esfuerzo, no estaría donde está actualmente: "Ves a tus padres trabajando, sin poder estar siempre contigo, y te pones nervioso. No sabes qué te va a pasar”.
También ha relatado cómo recuerda el primer día que tenía que jugar con el FC Barcelona: "Me desperté temprano porque íbamos en tren. Desayuné, cargué mi patinete eléctrico y conduje veinte minutos hasta la estación. Llevaba una manta. De Mataró a Hospitalet había una hora y dormí. De Hospitalet a Sant Feliu empecé a calentar porque el partido era en una hora. Fue una aventura con mi padre. Lo peor fue volver a casa. Era un viaje largo y me moría de hambre".
"La presión es algo mental. Es algo que tiene cada uno dentro. No la he sentido nunca y no sé si llegaré a sentirla. No tengo esa sensación dentro. Nunca lo he tenido. Yo siento que mis padres sí han tenido presión. Eran jóvenes, me tenían a mí. Tienes que sacar adelante la familia, el trabajo, hacer que tu hijo esté feliz, comprarles sus regalos. Eso sí que es presión y de la mala. Yo no puedo sentir presión por jugar al fútbol. Intento disfrutar y pensar que mis amigos lo han pasado peor que yo y yo estoy jugando al fútbol", ha continuado señalando, de manera muy sincera, Lamine Yamal.
El exitoso deportista también ha querido dejar claro qué siente él cuando sale al campo: "Cuando juego es mi mejor momento del día. Cuando puedo jugar, disfruto con mis compañeros. Se nota cuando estoy feliz en el campo y se nota en mi juego. Nunca he sido una persona que, cuando va a salir al campo, piense ‘tengo que meter cuatro goles y dar tres asistencias’. En cambio, pienso ‘hoy quiero disfrutar, quiero hacer lo que aprendí ayer, quiero hacer lo que hacía en el parque antes, que la gente se divierta, yo divertirme con mis compañeros y, si puedo, marcar muchos goles, mejor’".
Por último, ha explicado qué siente cuando le comparan con Messi: "Le respeto porque es una figura del fútbol. Si nos encontramos, habrá ese respeto mutuo. Para mí, es el mejor de la historia. Él sabe que soy buen jugador y que le respeto. Es mutuo y los dos sabemos que yo no quiero ser Messi. Yo quiero seguir mi camino. No quiero jugar como él ni llevar el 10 por Messi ni nada de eso".
