El extenista alemán Boris Becker (57) y su esposa, la analista de riesgos Lilian de Carvalho Monteiro (35), han dado la bienvenida a su primera hija en común. La pareja ha compartido la maravillosa noticia y el nombre de la recién nacida, una niña que ha llenado de luz sus vidas: Zoë Vittoria Becker. Un anuncio que han compartido en sus redes sociales acompañado de una imagen de una enorme ternura, donde se ve la mano del exdeportista cogiendo la diminuta mano de su bebé, capturada en un emotivo blanco y negro.
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"Bienvenida al mundo Zoë Vittoria Becker", escribía lleno de emoción. El nombre elegido por los felices padres no podría ser más significativo. Zoë tiene su origen en el griego y significa nada menos que "vida". Por su parte, el segundo nombre, Vittoria, es una variante italiana de "Victoria", que conmemora el triunfo y podría ser un bellísimo homenaje a Victor de Carvalho Monteiro, el padre de Lilian, estrechando así aún más los lazos familiares en este momento de inmensa felicidad.
Este nacimiento es el broche de oro a una intensa etapa de luces y sombras para el campeón de Wimbledon. Tras vivir momentos muy duros, como su paso por prisión y, más tarde, el fallecimiento de su madre, Boris Becker parece haber encontrado en Lilian no solo a su esposa, sino a su ancla y su apoyo más incondicional. Un bebé que llega a una familia supernumerosa de la que te contamos a continuación todos los detalles.
Desde que sus caminos se cruzaron en 2019, Lilian se ha convertido en la persona más importante en la vida de Becker, algo que él mismo ha recalcado en numerosas ocasiones. Su relación se selló en una romántica boda en Portofino que él mismo definió como “un fin de semana auténtico, real y mágico que nunca olvidaré”.
La prueba más importante de su amor y compromiso llegó con los momentos difíciles. Boris Becker ha hablado abiertamente sobre el apoyo incondicional que recibió de su esposa, incluso en las circunstancias más complicadas: "Nosotros tuvimos días muy difíciles, porque mi situación personal era muy complicada, pero fue cuando conocí a mis verdaderos amigos y a mi compañera para toda la vida. A veces necesitas que te pongan a prueba, para saber quiénes son tus verdaderos amigos o tu pareja, y a mí me pasó. En los momentos complicados, me di cuenta de quién estaba conmigo y quién no. Lilian era la número uno", confesó a ¡HOLA!.
El extenista se rindió a su compañera con una declaración de amor rotunda: “Nadie es más importante que el otro. La necesito y espero que ella también me necesite. Nunca antes había conocido a una mujer así”. La llegada de la pequeña Zoë Vittoria, que se suma a la familia supernumerosa del deportista, es el mejor regalo para esta pareja. De hecho, justo tras su boda, Becker expresó sus deseos de futuro con una frase que ahora cobra todo su sentido: “Espero que el futuro sea prometedor”.
El anuncio del embarazo, pocos meses antes del nacimiento, ya estaba cargado de emoción. En aquella ocasión, el campeón de tenis ya anticipó la inmensa alegría: “Un pequeño milagro está en camino… Lo mejor está por llegar”. Mensajes de felicitación de amigos y personalidades, como el tenista indio Prakash Amritraj: "¡Qué maravilla! Felicidades a los dos" y la diseñadora Adama Ndiaye, inundaron sus redes sociales.
Una familia supernumerosa
Zoë Vittoria se convierte en la quinta hija de Boris Becker, quien ya es padre de cuatro hijos fruto de tres relaciones anteriores. Todos en su entorno están ilusionados con la llegada de la nueva miembro del clan, que multiplica la felicidad de la familia.
Su primera historia de amor lo unió a la modelo Barbara Feltus, a quien conoció en 1991 en una fiesta en Alemania. Pronto formaron una familia con el nacimiento de Noah Gabriel en 1993, seguido por Elias Balthasar en 1999. Sin embargo, este querido matrimonio llegó a su fin cuando Barbara solicitó el divorcio al descubrir la infidelidad de Boris con la también modelo Angela Ermakova.
Aquella separación se convirtió en uno de los procesos más sonados y costosos en el mundo deportivo, ya que el tenista tuvo que abonar 14,4 millones de dólares, además de ceder un apartamento en Florida y la custodia de sus hijos, entonces menores. De aquel affaire fugaz que dinamitó su matrimonio nació su hija Anna. El tenista tardó un año en reconocer oficialmente la paternidad de la niña.
Años después, en 2009, Becker volvió a casarse, esta vez con la modelo neerlandesa Lily Kerssenberg. El amor se consolidó con el nacimiento de su hijo Amadeus Benedict al año de darse el "sí, quiero". Lamentablemente, esta segunda unión tampoco alcanzó la meta esperada: tras una década, la relación se rompió por nuevas infidelidades de Becker, un turbulento final que incluso fue abordado en el documental Boris Becker: luces y sombras.