Cristiano Ronaldo y Georgina Rodríguez hicieron una estelar aparición en la Casa Blanca para asistir a la cena de gala organizada por el presidente Donald Trump en honor al príncipe heredero de Arabia Saudí, Mohammed bin Salmán. El astro portugués regresó a Estados Unidos acompañado de su prometida y madre de sus hijos para participar en este evento, donde sorprendentemente se convirtió en la estrella del discurso presidencial.
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Trump no dudó en mencionarlo durante su intervención: "Esta sala está repleta de los mayores líderes del mundo: en los negocios, en el deporte...", comenzó, y no dudó en añadir que esa noche su hijo Barron, de 19 años, había cumplido un sueño: "Mi hijo es muy fan de Ronaldo... Tuvo la oportunidad de conocerlo y creo que ahora me respeta un poco más, solo por habérselo presentado. Así que solo quiero agradecerles a ambos por estar aquí", señaló en medio de los aplausos de los presentes.
Aunque fue una de las figuras más destacadas del evento, Ronaldo no tomó la palabra durante la velada y se sentó junto a Georgina en los primeros asientos del Salón Este de la Casa Blanca. Durante la noche, varios invitados aprovecharon para hacerse fotos con el futbolista, vestido con un elegante esmoquin, destacando entre todas ellas un selfie, el más buscado de la noche, en el que el portugués aparece acompañado de su prometida, Georgina Rodríguez, que eligió un diseño azul marino con la espalda al descubierto, además del magnate Elon Musk, el presidente de la FIFA Gianni Infantino, el inversor David Sacks y el secretario de Comercio de EE.UU., Howard Lutnick.
"Gran noche", tituló David Sacks, quien publicó la instantánea. La aparición de Elon Musk en esta cena de gala supone el fin del distanciamiento entre el magnate y el mandatario republicano después de sus desacuerdos en política fiscal. Recordemos que el director ejecutivo de Tesla renunció a su cargo como director del Departamento de Eficiencia Gubernamental (DOGE) de la administración Trump en abril.
Este reencuentro público de CR7 en Estados Unidos marca su primer acto en suelo norteamericano desde 2017 tras varios años de ausencia motivada por un caso judicial. La reunión no solo ha sido un gesto de diplomacia deportiva, sino también el acercamiento del futbolista a figuras políticas y empresariales de alto nivel, entre los que destacó el director ejecutivo de Apple, Tim Cook, el empresario, inversor y filántropo estadounidense Michael Dell y el productor de Hollywood David Ellison.
Cristiano, de 40 años, no solo es la imagen de la Liga Profesional Saudí y capitán del Al Nassr, el club de fútbol propiedad del fondo soberano PIF, presidido por el príncipe heredero, sino también se ha convertido en un símbolo del impulso modernizador del país a nivel cultural, turístico y deportivo. El astro, que en junio renovó su contrato con el Al-Nassr por dos años más, promovió activamente la candidatura de Arabia Saudita para albergar la Copa Mundial de 2034, calificándola como "la mejor Copa Mundial de la historia".