De anfitrión en una gala solidaria a encerrarse con seis toros para celebrar el décimo aniversario de su alternativa

Andrés Roca Rey nos enseña su finca en Perú y comparte con ¡HOLA! su gran momento: "El amor, la familia y los amigos son los que me anclan"


Hace oficial su noviazgo con Marina Díaz y vive un sueño en la plaza de toros de Acho, en Lima, junto a su familia, sus amigos y 10.000 personas aclamándolo: "¡Roca, eres el rey!"


© Alex Romerow
14 de noviembre de 2025 - 6:16 CET

Roca Rey regresó a Acho, la plaza de Lima donde soñó ser torero, convertido en un genio del arte taurino y con las mismas ganas que el primer día para celebrar los diez años de su alternativa. Llevaba meses soñando con esa encerrona en la Feria del Señor de los Milagros: "No es solo un reto, es un renacer", dijo, y se encontró con 10.000 personas gritándole "¡Roca, eres el Rey!", rodeado de sus seres queridos en la tarde más importante de su vida.

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De su círculo de amistades, que llegaron desde muy lejos, sobre todo españoles, y de su familia: sus padres y sus dos hermanos. Esa piña a la que tanto echa de menos, como nos dijo: "Nos queremos muchísimo, pero solo pasamos juntos unos dos meses al año. Nos vemos en Navidad y en abril y sabe a poco".

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En su finca "El Valentín", en El Carmen, Chincha (Ica). Roca Rey monta a caballo y disfruta de la naturaleza, que lo inspira y le da paz, antes de trasladarse a Lima para celebrar el décimo aniversario de su alternativa

Todos a una en un fin de semana inolvidable, en el que Andrés pudo cumplir un doble deseo: reforzar su compromiso solidario en el Teatro Municipal el 31 de octubre y encerrarse con seis toros, dos días después, para devolver a su país algo de todo lo que le ha dado.

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En un momento de intimidad mientras se vestía para la tarde más importante de su vida
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Junto a Ingrid Yrivarren, embajadora cultural del Perú y presidenta de VIVA, Roca Rey impulsó la Gala Artística Solidaria "Te quiero bien, Perú", con la que recaudaron fondos para los niños del Instituto Nacional de Salud del Niño de Breña (INSN), en el marco del 30 aniversario de su voluntariado. Con 280 invitados, la gran cita combinó arte, moda, música y alta gastronomía (todo para querer) para celebrar la identidad peruana. 

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Su novia, Marina Díaz, muy sonriente, fue testigo del histórico momento
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En la plaza de Acho, donde se encerró con seis toros, cortó tres orejas y salió a hombros

El chef Mario Sandoval compartió cocina con chefs nacionales, mientras que diseñadores locales, como Ani Álvarez Calderón, presentaron creaciones que remarcaron la espiritualidad y la historia del Perú. Fue un evento inolvidable, en el que se subastaron obras de 48 artistas plásticos peruanos; un cuadro de Domingo Zapata valorado en 23.000 dólares; camisetas de Sergio Ramos, de Luis Figo, de Nacho Fernández… y un traje de luces del propio Roca Rey.

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Y también fue la noche en la que el torero presentó oficialmente a su novia, Marina Díaz, la joven mexicana con la que lleva un año y medio de relación, que también vive en Sevilla.

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Llegó al teatro con sus amigos españoles Tomás Páramo y su mujer, María García de Jaime, y vivieron juntos una gala para la historia de Lima y, de alguna forma, también para la de su relación. La pareja lleva su noviazgo de manera muy discreta, pero Perú marcó la diferencia, ya que no fueron solo las imágenes que protagonizaron felices juntos, sino también verla compartiendo mesa con los padres de Andrés, Fernando y Mercedes.

"Fue increíble torear en mi plaza llena y sentir el calor de mi gente. Lo llevaré siempre en el corazón. Rodeado de tantos amigos, familiares y personas que quiero. Sentir su cariño me llenó el alma"

La soledad

Horas después, volvíamos a encontrarlos a todos en el hotel, ya en la antesala de la gran tarde de Roca Rey, que es un hombre al que le gusta estar rodeado de los suyos, aunque disfruta de la soledad: "Antes no quería ni verla", admite, porque era obligada. Andrés se refiere a esos tiempos "difíciles" en los que, casi sin apoyo, libraba su lucha para ser una figura del toreo, "aunque todo mereció la pena y, además, España me acogió como si fuera mi casa". 

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Roca Rey y Marina Díaz durante la gala solidaria de la que fue anfitrión

Pero ahora esa soledad le viene hasta bien para acunar la nostalgia y, sobre todo, para prepararse antes de salir al ruedo; para esos momentos de intimidad, como el que vivió antes de trasladarse a la plaza y que compartió con nuestro fotógrafo mientras se vestía de blanco y plata… Unos minutos en los que nos confiaba emocionado que se le "ponían los pelos de punta y nunca me había pasado eso", mientras se ponía el traje de luces al tiempo que escuchaba música peruana. "La música me acompaña a todas partes. Desde la ducha a cuando toreo de salón. Me inspira, me relaja, me ayuda a conectar sentimientos. Como el amor, no podría vivir sin ella".

"El amor es todo para mí. Es pasión, entrega, pureza y verdad. Todo lo que hago es con amor y por amor. Hay que ir por el mundo con el corazón por delante porque la vida dura poco"

Andrés introducía la palabra amor, otro pilar fundamental en la vida de este torero que se define como "muy romántico, sensible y tradicional". "El amor, la familia y los amigos son los que me anclan, los que me dejan ser Andrés. Y el amor es todo para mí. Es pasión, entrega, pureza y verdad. Todo lo que hago es con amor y por amor. Hay que ir por el mundo con el corazón por delante porque la vida dura poco".

En el trono

Una hora después, llegaba a Acho entre ovaciones y con la plaza en pie. Allí, en una tarde para la historia, volvió a demostrar, al enfrentarse a seis astados como único espada —nunca lo había hecho—, por qué ocupa el trono de matador, aunque los toros no lo acompañaron. Aun así, cortó tres orejas, salió a hombros y casi rozó el cielo. "Fue increíble torear en mi plaza llena y sentir el calor de mi gente de Perú. Lo llevaré siempre en el corazón. Rodeado de tantos amigos, familiares y personas que quiero. Sentir su cariño me llenó el alma", nos dijo.

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Es la vida que soñó. "Apasionante, la de mayor sacrificio y la de mayor alegría…", y también "la del miedo" que le sigue acompañando, aunque "no recuerdo un solo día de mi vida en el que no pensara en ser torero. Y, por supuesto, en el camino he tenido que aprender que no es tan sencillo cumplir sueños".

Roca Rey, que posó por primera vez junto a su novia en la gala "Te quiero bien, Perú", dice que es "muy romántico, sensible y tradicional" y que "el amor, la familia y los amigos son los que me dejan ser Andrés"

Y después se fue a su finca, El Valentín, en Chincha, donde en los días previos a su gran tarde también había dejado entrar a nuestras cámaras. "En la naturaleza está la verdadera vida y estoy más que agradecido porque puedo vivir al lado del animal y porque el campo me alimenta, me inspira y me da paz". Durante dos días acogió en su casa a sus amigos y, después, regresó al silencio, a la cura por dentro, al reencuentro consigo mismo y a la arena para seguir entrenando "tanto el alma, que es eterna, como el cuerpo, que muere".

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La pareja con los padres del torero, Mercedes y Fernando, y sus amigos María García de Jaime y Tomás Páramo.
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Con Ingrid Yrivarren, la otra anfitriona de la gala, junto a la diseñadora Ani Álvarez y el chef Mario Sandoval

Su finca La Consentida, en Sevilla, es, como nos dijo en una entrevista reciente, "un pedazo de mis raíces en tierra ajena", el hogar que sigue construyendo como casa más familiar, pero Perú es el oasis en el que siguen creciendo las raíces de esta figura mundial del toreo. Un hombre que despierta interés incluso en países sin tradición taurina y es presentado como figura clave para comprender la tauromaquia en el siglo XXI por su impacto en la juventud, que llena las plazas donde torea.

© ¡HOLA! Prohibida la reproducción total o parcial de este reportaje y sus fotografías, aun citando su procedencia.