Pese a que falleció, repentinamente, el 26 de agosto de 2024, la figura de Caritina Goyanes sigue estando más presente que nunca para todos sus seres queridos. Así lo apuntaba su viudo, Antonio Matos, este lunes 10 de noviembre, día en el que la empresaria habría cumplido 48 años. Fue una ocasión en la que el marido de la empresaria, que es socio en una correduría, pudo recordar sus mejores momentos con ella. Además, Antonio nos contó cómo sigue su familia adelante después de la triste pérdida.
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Es una fecha muy especial, aunque suponemos que Caritina estará presente todos los días.
Por supuesto. No hay día que no esté presente y seguirá así siempre. Eso no va a cambiar aunque pase el tiempo.
¿Cómo te encuentras?
Objetivamente bien, para lo duro que es esto. Al final, tengo mucha ayuda familiar y de amigos que me hacen la vida más fácil. Los niños están bastante bien, dentro de lo que cabe, y me lo están poniendo más fácil. Esto va por días o momentos, pero, más allá de recordarla con un lamento, trato de hacerlo con una sonrisa.
Ella siempre estaba sonriendo.
Sí.
Lo importante es que tus hijos estén bien.
Sí. No he notado cambios de actitud ni de humor… Lo llevan como pueden. Pero creo que todos lo estamos llevando bastante bien.
Aunque echen de menos a su madre, siguen adelante.
No nos queda otra.
Además, tu hijo mayor está sacando unas notas estupendas.
Sí, sí. Se ha puesto las pilas. Es muy responsable y tiene un carácter fantástico. Es un niño diez. Siempre me cuesta hablar bien de mí y de los míos, pero, en este caso, me lo pone tan fácil… Es verdad que es un niño extraordinario.
El gran apoyo de Cari y Carla
Son unos campeones los dos, tanto Pedro como "Mini Cari". También gracias al apoyo de Cari y Carla.
Nos estamos volcando todos en todo. Al final, mi suegra es mi vecina y sabe que la puerta de casa está siempre abierta para ella, así que entra como Pedro por su casa. Igual que yo por la suya. Cuando ella me pide que alguien vaya a dormir a su casa, va alguno de los niños y el otro se queda conmigo. Así, mi suegra nunca está sola. Nos tenemos que apoyar todos.
Cari está ejerciendo de abuelona de verdad.
De abuelona y de segunda madre, que también es lo que hace falta. No solo hace la parte buena de la abuela, sino también un poco de educadora y de estar detrás de ellos.
¿Cómo encuentras a Cari?
Pues, hombre, lo mío es duro, pero lo suyo mucho más… —Recordemos que perdió a su marido y a su hija Caritina en menos de un mes—. Bueno, poco a poco. Mejor.
En el primer aniversario del fallecimiento de Cari, se ofició una misa en Madrid, aunque llamó la atención que no acudiera nadie de la familia.
Esa misa la organizaron amigas suyas en Madrid, pero nosotros estábamos fuera. En petit comité, hicimos otra misa por nuestro lado en Palma.
Sería otro día muy especial para toda la familia.
Pues sí, evidentemente. Fue tremendamente emotivo. Pero el primer año es el primero de todo, así que era como cerrarlo. Ese día lo pasamos en familia, muy tranquilos y recordando con cariño. Por supuesto, también con muchísima nostalgia.
¿Cuál es el mejor recuerdo que guardas de Caritina?
Uff… ¿Solo uno? Me gustaría elegir… No sé… La alegría que irradiaba y la vitalidad. Siempre estaba disponible para echar una mano al que fuera, apartándolo todo.
¿Y el mejor legado?
Varias cosas. Lo primero, nuestros hijos. Siempre que van a alguna casa o a algún sitio, todo el mundo los alaba: "Qué educación, qué buenos niños". Como padre, es una gozada escucharlo. Y luego, a título profesional, el catering…
Que continúas con él y sigue funcionando a tope.
Es como una segunda familia. Hacemos eventos para gente que trabajó para ella en su día: bodas, primeras comuniones, bautizos… También con la gente que trabajó con ella y que luego han hecho sus carreras. Tenemos una relación continua con todos ellos. Es un equipazo, lo que era ella.
