Pablo Urdangarin (24) sigue dando pasos de gigante en lo que a su carrera deportiva se refiere. El hijo de la infanta Cristina e Iñaki Urdangarin está a pocos días de debutar con el combinado nacional de balonmano, una gesta, que ha admitido, "no me quito de la cabeza": "Estoy con unas ganas de jugar que me muero", ha admitido Pablo en una entrevista con El Larguero, el programa deportivo de la Cadena Ser. La entrevista ha comenzado con una broma sobre su árbol genealógico. "Sería largo", ha bromeado sobre la pregunta del conductor, Manu Carreño, sobre si tenía tiempo para que pudiera nombrar todos sus apellidos.
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El jugador del Fraikin Granollers, que hace unos días recibió un duro golpe que le partió el labio, un incidente que se produjo bajo la atenta mirada de su madre y de su actual pareja, Johanna Zott, ha declarado que su nombre no le pesa: "Nunca me ha perjudicado ser ‘hijo de’, siempre lo he llevado con bastante honor", además de que "nunca me ha caído ningún tipo de hate, siempre me lo he tomado todo bastante bien. Tener a mi padre, que ha sido leyenda del balonmano, me encanta. Me siento orgulloso de mi padre, aunque no lo haya podido ver jugar". Yo solo pienso en cómo puedo ser yo como jugador, y dejar a mi padre para la gente que le gusta comentar estas cosas. Además, también ha explicado cómo gestiona que le increpen en la pista por quién es su familia: "Cuando el partido se pone caliente, recibes algunos insultos, pero yo me lo tomo cómo que estoy haciendo algo bien porque están intentando sacarme del partido".
Iñaki Urdangarin llegó a jugar 150 partidos con la absoluta de balonmano. Preguntando por el "alto listón" que le ha dejado su padre, Pablo no titubea al responder: "Yo no he llegado al primero aún", ríe. El hijo de la infanta Cristina no ha pasado por ninguna categoría juvenil de la selección, ha dado el salto directo a la categoría principal, una gesta que habla de la buena temporada que está haciendo con el Granollers, anotando una media de cuatro goles por partido. "Nunca he estado en la selección en ningún tipo de selección juvenil, pero bueno, esta, para mí, es la que cuenta y tengo muchas ganas".
Pablo ha contado que llama a su padre antes de cada partido: "Hablamos mucho de balonmano y yo le llamo antes de cada partido para comentarlo, para contarle cómo estoy anímicamente, pero los consejos que me da que no son solo de balonmano, también son de temas de confianza en mí mismo, no de psicología, pero sí de actitud, de disfrutar, y eso me ayuda mucho". Admite que, si pierden, no vuelve a llamarle hasta el día siguiente, cuando las aguas se han calmado; pero si el Granollers gana, vuelve a teclear su número para preguntarle qué tal le ha visto y para analizar las jugadas y el resultado.
Pasión por el balonmano
En la actualidad, Pablo juega como lateral, la misma posición en la que acabó jugando Iñaki Urdangarin: "Tenemos un equipo muy bueno, con ambiciones muy buenas de hacer grandes cosas este año, y está rodando solo. Estoy muy cómodo en la posición, estoy muy cómodo con mis compañeros y va a ser un gran año", ha admitido sobre su futuro en el Granollers. La llamada de Jordi Ribera, seleccionado del combinado nacional, ha sido una sorpresa y una alegría que reafirma su decisión de dedicarse profesionalmente a este deporte: "Acabar el colegio fue como un momento de pensar en si quería ponerme a jugar al balonmano en serio, o pasar a otra cosa. Decidí probar, me fui a Alemania un año para ver si era de verdad lo que me gustaba, y me encantó y aquí estoy ahora", ha contado en El Larguero.
Lo primero que hizo cuando Ribera le confirmó que jugaría con la absoluta fue "llamar a mis padres", pues estaba junto a Johanna, su novia, y uno de sus grandes apoyos. No en vano, resulta ya familiar ver a la joven junto a la infanta Cristina en la grada, apoyándole en cada partido, sufriendo con él y celebrando cada jugada. "Creo que siempre piensas en la selección, pero no hasta que te llega, siempre aspiras llegar ahí, pero no sabes cuándo te va a llegar la llamada", ha contado. "Está bien que probemos algunos nuevos con la selección para conocer el estilo de juego, a los compañeros y como siempre hay cambios de generación [...] y tener esa oportunidad que todo el mundo quiere".
El joven Urdangarin lo tiene claro: no quiere precipitarse a la hora de abordar sus próximos pasos en el deporte. "Yo creo que, por ahora, estoy centrado con el Granollers, pero como acabo este año, también estoy pensando en el futuro", ha expresado. "Volver al mejor equipo del mundo siempre estaría bien, pero creo que aún me queda mucho por mejorar", ha dicho en respuesta a la pregunta de si le gustaría volver al Barça de balonmano.
