"A diferencia de cualquier persona que el planeta haya conocido o que probablemente nunca vuelva a ver, su rostro y su risa iluminaban cualquier espacio en el que entraba". Son las primeras palabras que ha escogido Woody Allen para rendir homenaje a Diane Keaton. Apenas dos días después de la muerte de la actriz, a los 79 años en California, el cineasta ha escrito una emotiva carta para la agencia Free Press, recordando con detalle el momento en que conoció a la intérprete y reflexionando sobre la profunda huella que la estrella de la gran pantalla ha dejado en su vida y en su carrera.
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"Es gramaticalmente incorrecto decir ‘la más singular, pero todas las reglas quedan suspendidas cuando se habla de Diane Keaton", ha continuado explicando Woody Allen antes de contar qué sintió la primera vez que vio a la actriz. Fue en 1969 durante el rodaje de la película Sueños de un seductor (1973), donde el director de cine encarnaba a un escritor neurótico que se enamoraba del personaje de la intérprete. "Ella era tímida. Yo era tímido, y con dos personas tímidas las cosas pueden ser bastante absurdas. Después de una semana trabajando, un día fuimos a comer. Fue nuestro primer momento de contacto personal", ha continuado en su escrito.
Posteriormente, ha confesado que se enamoró de ella desde el primer minuto: "Ella era tan encantadora, tan bonita, tan mágica, que me pregunté por mi cordura. Pensé: '¿Puedo haberme enamorado tan rápidamente?'". Las chispas surgieron enseguida entre ellos, y en los años 70 se convirtieron en una de las parejas cinematográficas de Hollywood más queridas. A lo largo de este ensayo personal, en el que Allen confiesa cómo se siente tras la muerte de quien fuera su pareja, también ha explicado que Diane Keaton terminó convirtiéndose en su mayor crítica: "Fue la primera persona a la que le mostré la primera obra que hice, Toma el dinero y corre. A ella le pareció bastante graciosa y original".
El éxito del largometraje fue tal que el director solo confiaba en su criterio: "Desde ese momento le enseñaba todos los proyectos que hacía hasta que, con el tiempo, comencé a hacer películas para un público de una sola persona: Diane Keaton. Nunca leí ni una sola crítica de mi trabajo y solo me importaba lo que ella tuviera que decir al respecto. Si a ella le gustaba, consideraba que la película era un éxito artístico".
Keaton se convirtió en la musa de Allen, quien ha relatado que "yo veía el mundo a través de sus ojos". "Diane tenía un talento enorme para la comedia y el drama, pero también bailaba y cantaba con sentimiento. Escribía libros, hacía fotografía, collages, decoraba casas y dirigía películas. En definitiva, era divertidísimo estar a su lado”, unas palabras con las que deja claro el amor y el cariño que le procesaba a la actriz, con quien colaboró en numerosas películas como la mítica Annie Hall que valió el Oscar a la actriz, y otros como Interiores (1978) y Manhattan (1979).
Antes de dar por finalizado su homenaje a Diane, Woody ha explicado el motivo por el que pusieron fin a su relación: "Después de varios años juntos los dos seguimos adelante, y sólo Dios y Freud podrían averiguar por qué nos separamos. Bromeaba con Keaton diciéndole que acabaríamos juntos. A ella como Norma Desmond, a mí como Erich von Stroheim, antes su director, ahora su chófer. Pero el mundo se redefine constantemente, y con la muerte de Keaton se redefine de nuevo", recuerda Allen.
Por último, ha concluido la carta lamentando la pérdida de su compañera de vida y confesando el dolor que siente: "Hace unos días, el mundo era un lugar que incluía a Diane Keaton. Ahora es un mundo en el que no está. Por tanto, es un mundo más triste. Sin embargo, tenemos sus películas. Y su gran carcajada todavía resuena en mi cabeza". Según ha señalado una fuente cercana al director de cine a People, Allen "está extremadamente angustiado, sorprendido y molesto por la noticia de la muerte de Keaton. Le hace pensar en su propia mortalidad. Nunca dejaron de ser amigos. Él la apreciaba mucho".
El rápido deterioro de Diane
Tras la muerte de la actriz, han surgido nuevos y desgarradores detalles sobre su rápido deterioro antes de su muerte. Un amigo de la estrella declaró a People : "Su declive fue muy repentino, lo cual fue desgarrador para todos sus seres queridos". Esta misma fuente explicó a la revista que el fallecimiento de la actriz fue muy "inesperado" y que "ni siquiera sus amigos de toda la vida estaban completamente al tanto de lo que estaba sucediendo". Aunque no se ha revelado la causa de su muerte, la actriz habló con total sinceridad de los problemas de salud que había sufrido a lo largo de su vida, como el cáncer de piel. "Es una historia familiar", reveló a Los Angeles Times en 2015. De momento, no se dispone de más detalles sobre su dolorosa muerte, y sus seres queridos han solicitado privacidad, según un portavoz de la familia.