A primera hora de la mañana, Belén Esteban ha llegado a la Audiencia Provincial de Madrid. De la mano de su inseparable marido, Miguel Marcos, y con cara seria y aparentemente nerviosa, la colaboradora de televisión ha afirmado que no hablará del proceso hasta que no finalice, pero que se muestra esperanzada porque "ya ha llegado, al menos", tal y como ella misma ha dicho a la salida. "Estoy bien", ha concluido mientras se marchaba, explicando que serán un litigio de varios días.
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Por su parte, y casi diez años después de su separación profesional, Toño Sanchís se ha mostrado relajado y sonriente, a pesar de la Fiscalía le pide tres años, seis meses y un día de prisión después de ser acusado de "apropiación ilícita" casi 400.000 euros y el Ministerio Público ha exigido la devolución de todo el dinero que Esteban no ha recuperado, hasta día de hoy, de esos seis años.
De socios inseparables a enemigos públicos
La relación entre Belén y Toño bien podría decirse que era casi familiar. Inseparables y muy unidos, su amistad fue más que la de cualquier representante con representado. Por ello, la decepción de la colaboradora de televisión fue más allá de lo profesional. Fue en el año 2009, cuando sus caminos televisivos se cruzaron, Sanchís comenzó a representar a Esteban. El acuerdo para trabajar juntos se cerró entre la sociedad Producciones Bem S.L., que explotaba los derechos de imagen de la princesa del pueblo, y la Agencia de servicios Lorant S.L., la agencia de representación de Toño Sanchís. Gracias a este acuerdo, Sanchís manejaba todo el dinero que Belén Esteban conseguía y él se quedaba con el 20% del mismo.
Pronto se convirtieron en uña y carne. Toño era el fiel escudero de Belén y tanto él como su mujer e hijos, formaban parte del círculo más íntimo de Belén. Una relación que saltó por los aires en 2015. Por sorpresa para casi todos, Esteban confirmaba su ruptura inmediata con su representante, alegando que las cifras no cuadraban, y que había descubierto que habría gestionado contratos y cobros sin su consentimiento, quedándose con parte de los ingresos generados por su trabajo.
El dinero que desapareció
En 2017, un juez reconocía que Toño debía de devolver más de 600.000 euros a Belén. Esta sentencia fue firme y marcó un punto de inflexión en su enfrentamiento. Proceso que llevó al desahucio del representante y de toda su familia de la casa en la que residían en Villanueva de la Cañada, momentos que fueron muy duros para ambas partes. La tertuliana ha liderado una batalla pública y judicial para que le devuelva todo el dinero que desapareció. Por ello, ahora la Fiscalía acusa ahora a Sanchís de apropiación indebida de más de 350.000 euros, y pide tres años y medio de prisión y se investiga si hubo intención delictiva en la gestión de esos fondos.
El juicio definitivo
Parece que este proceso pondrá por fin punto y aparte a la lucha, judicial y económica, entre Belén y su exrepresentante. Durante este primer día. Belén y Toño se han vuelto a ver las caras, en el que se prevé que será el último de los juicios entre ambos. "Hasta que no acabe el juicio, no voy a decir nada", confirmaba a la salida tras anunciarse que habrá un receso. Ha sido un encuentro breve, no han estado ni dos horas en la Audiencia Provincial de Madrid y se desconoce si han podido verse las caras, un encuentro que desde luego crea mucha expectación.