La repentina muerte de Michu, expareja de José Fernando Ortega Mohedano y madre de su única hija, Rocío, a los 33 años debido a una enfermedad cardíaca congénita, puso en el centro de la atención el futuro de la pequeña, que hasta entonces vivía junto a su madre y su familia materna en Cádiz. En un primer momento, tanto la familia materna -la madre y hermana de Michu- como la familia paterna -Ortega Cano y Gloria Camila- pretendían hacerse cargo de la menor.
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La abuela materna, Inma, defendió públicamente que la niña debía quedarse con ella, dado que la había criado desde pequeña. Sin embargo, la custodia de Rocío, la hija de Michu y José Fernando, finalmente fue asignada provisionalmente a la familia paterna, concretamente a su abuelo José Ortega Cano y a su tía Gloria Camila, que residen en Madrid. Esta decisión se tomó siguiendo la voluntad escrita de Michu, quien manifestó su deseo de que su hija quedara bajo el cuidado de la familia Ortega Cano si algo le sucedía, garantizando el contacto con su familia materna, quienes podría visitarla tanto en vacaciones como en fechas señaladas, ya que José Fernando, el padre de la menor, se encuentra incapacitado judicialmente.
Como medida provisional y de acuerdo con el testamento escrito por Michu, la niña se trasladó a Madrid para vivir con Ortega Cano y asiste a un colegio privado, al mismo que asiste el hijo del extorero. "Estamos muy contentos con ella", confesó Ortega. "La niña está disfrutando mucho en su colegio y yo estoy muy bien, muy tranquilo y muy feliz", añadió, dando muestras de que la pequeña Rocío se había adaptado muy bien a su nueva vida en Madrid.
La abuela materna, Inma, aunque profundamente dolida por la decisión, no tuvo más remedio que aceptarla. Ahora pasado el tiempo, Tamara, la hermana de Michu, ha expresado en el diario ABC que está tranquila con la decisión. "Yo sé que a Rocío no le falta de nada. Por esa parte mi familia está muy tranquila. Hace unos días hablé por teléfono con la niña y me ha dicho está en un colegio privado, que le han apuntado a clases de inglés, que va a una escuela de flamenco y también hace ballet".
Tamara también contó que su madre tiene previsto ir "tres días en octubre a Madrid para visitar a Rocío". Y precisó que habían contratado unos abogados para reclamar el régimen de visitas. "Queremos estar con ella en Navidades, vacaciones de verano y momentos importantes de su vida como su graduación. Yo sé que la niña no está tranquila si no habla con mi madre”, destacó.
El testamento de Michu y el bienestar de la menor guiaron en un primer momento la decisión provisional. Sin embargo, la decisión sobre quién será el tutor definitivo de la pequeña aún no está cerrada, ya que corresponde a la autoridad judicial estudiar cuál es el entorno más adecuado para su formación y desarrollo, valorando la decisión de la menor antes de emitir el fallo.