Kate Middleton protagoniza un emotivo reencuentro con Jamie Lowther-Pinkerton, padrino del príncipe George


La visita oficial de la Princesa de Gales a los telares de seda de Sudbury estuvo marcada por un encuentro cargado de emoción con un viejo y querido amigo de la familia real


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13 de septiembre de 2025 - 17:44 CEST

La Princesa de Gales vivió este jueves un momento de lo más especial durante su agenda oficial en Suffolk. Su visita a los históricos telares de seda de Sudbury, un enclave con más de tres siglos de tradición textil, estuvo marcada por un abrazo lleno de complicidad con una persona muy querida en la vida de los Gales: Jamie Lowther-Pinkerton, Lord Teniente de Suffolk y padrino del príncipe George. Las cámaras captaron el instante en el que Kate, radiante con un traje de cuadros en homenaje a su esposo, se fundió en un afectuoso abrazo con quien fuera durante años su mano derecha y la de los príncipes Guillermo y Harry. La sonrisa de ambos hablaba por sí sola: se trataba de un reencuentro sincero entre viejos amigos que comparten un vínculo profundo con la familia real.

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Jamie Lowther-Pinkerton, exoficial del SAS y hombre de gran discreción, fue secretario privado de Guillermo, Kate y Harry durante casi una década, entre 2005 y 2013. Su labor fue mucho más allá de lo profesional: acompañó a los príncipes en su transición hacia roles oficiales y, con los años, se convirtió en una figura de confianza absoluta para la pareja. Tanto es así que, en 2013, William y Catherine le confiaron el honor de ser padrino de su primogénito, el príncipe George. No era la primera vez que su familia quedaba entrelazada con la de los príncipes: su hijo William participó como paje en la boda real de 2011, un gesto que ya evidenciaba la cercanía entre ambas casas.

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Compromiso con la tradición textil británica

Tras este momento tan personal, la Princesa retomó el objetivo de su jornada: resaltar la importancia de la artesanía y la creatividad en la industria textil británica. Durante su visita, se interesó por el proceso de diseño y la preservación de los archivos históricos de la manufactura, además de conversar con empleados y escolares que se habían acercado para verla. 

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Más tarde, la agenda la llevó a Kent, donde recorrió Marina Mill, un taller familiar especializado en estampación artesanal. Ambas paradas reflejan el interés de la Princesa por el sector textil, al que le une un vínculo familiar: los antepasados de Catherine dirigieron en Leeds la empresa William Lupton & Co, dedicada precisamente a la lana.

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El discreto papel de Lowther-Pinkerton

Aunque se retiró como secretario privado en 2013, Jamie continuó ligado a la familia real como director de la Royal Foundation y apoyando las primeras etapas de la vida pública de los príncipes. Su trayectoria, sin embargo, había comenzado mucho antes: sirvió como ayuda de cámara de la Reina Madre en los años 80, colaboró con la organización de importantes giras internacionales y fue condecorado en 2013 con la distinción de Teniente de la Real Orden Victoriana.

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Más allá de su impecable currículum, su reencuentro con Catherine puso de manifiesto que la cercanía personal que construyó con los príncipes sigue intacta. Entre visitas a telares centenarios y charlas con artesanos, lo que quedó grabado en la retina de todos fue ese abrazo espontáneo entre la Princesa de Gales y el padrino de su hijo mayor, un gesto que recordó la importancia de las amistades leales dentro y fuera de la vida oficial.

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Traje 'princesa de Gales'

Para aquella cita con la moda, la Princesa de Gales eligió un look que representaba a la perfección la sastrería tradicional de su país, pero al mismo tiempo incorporaba toques juveniles y femeninos muy adecuados para un compromiso matinal. La sastrería clásica británica, reconocida mundialmente por su elegancia y calidad, encontró en su elección un ejemplo contemporáneo: un estilo adaptado a la figura femenina y perfecto tanto para el día a día como para actos oficiales. Tras las vacaciones de verano, ya se la había visto en varias ocasiones apostar por este tipo de conjuntos, especialmente favorecedores en época de entretiempo.

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En esta ocasión, Catherine se decantó por un estampado con nombre propio: el príncipe de Gales, un diseño de gran tradición histórica. Su traje, compuesto por chaqueta entallada de solapas y pantalón ligeramente acampanado, pertenecía a la firma inglesa Bella Freud y tenía un precio aproximado de 1.320 euros. Lejos de las combinaciones más clásicas, la Princesa optó por un jersey oscuro de punto con cuello redondeado, al que añadió un cinturón de piel negra y salones de ante a juego, de puntera afilada y tacón fino. El estilismo lo completaron unos pendientes de aro dorados con pequeñas piedras y la delicada cadena de oro con las iniciales de sus tres hijos.

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En cuanto a la belleza, lució su melena suelta con raya al medio y ondas románticas marcadas de medios a puntas, un peinado muy característico en ella. El maquillaje, por su parte, apostó por la naturalidad y la luminosidad, aunque con un foco especial en la mirada gracias al delineado negro y a las maxipestañas. El resultado fue un estilismo impecable, cargado de guiños tanto a la tradición británica como a la modernidad, que volvió a confirmar a la Princesa de Gales como un icono de estilo.

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