Emma Heming, esposa de Bruce Willis y su mayor apoyo durante la enfermedad, ha hecho unas sinceras y reveladoras declaraciones en las que cuenta cómo ella y su marido, que habían construido una vida y una familia llena de amor junto a sus dos hijas, atravesaron serias dificultades antes del diagnóstico de demencia del actor. La modelo británica, de 49 años, relata cómo, antes de conocer la enfermedad de su esposo, de 70, la vida en familia con sus dos hijas y el actor se llenó de dudas y sufrimiento.
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Emma no era consciente de que el actor sufría una enfermedad, pero lo que sí sabía es que Bruce había cambiado. "Sentí que mi matrimonio se estaba desmoronando" confiesa en una entrevista para Vanity Fair y la revista detalla cómo incluso ella llegó a plantearse el divorcio. La modelo y empresaria admite que durante ese periodo de incertidumbre, su mayor temor era que Bruce hubiera dejado de quererla o se hubiera convertido en alguien diferente. “Me preguntaba: ‘¿Qué pasa? Esta no es la persona con la que me casé. Hay algo que no encaja". Simplemente no podía entenderlo, reconoce antes de recibir la noticia de que padecía afasia y, más tarde, le diagnosticaran demencia frontotemporal.
"Es muy difícil para mí ahora mismo conectar con ese momento de nuestra vida", reconoce sobre su romance antes de que Bruce comenzara a mostrar signos de demencia. Emma tiene dos hijas con el actor de Duro de matar, Mabel, de 13 años, y Evelyn, de 11. Se casaron el 21 de marzo de 2009 y renovaron sus votos diez años después en una preciosa ceremonia, a la que acudieron sus hijas, las otras tres hijas del actor e incluso su ex Demi Moore.
La autora de El viaje inesperado comentó que mucho antes del diagnóstico sabía que algo no iba bien, pero simplemente no sabía qué. "La demencia no grita, susurra", confesó Emma en la revista People. "Es muy confuso saber dónde se detuvo Bruce y dónde se manifestó su enfermedad". Los signos comenzaban a ser visibles: pausas al hablar, una actitud más reservada y distante, y una tartamudez del pasado que había reaparecido sin previo aviso. Poco a poco, fueron surgiendo olvidos durante los rodajes, frases que quedaban incompletas y momentos de confusión. Fue entonces cuando la preocupación se convirtió en certeza.
"Las conversaciones ya no cuadraban del todo y nuestra relación empezó a cambiar. Me costaba entender por qué y qué estaba pasando", explicó. Sin poder percatarse de que la mente de su esposo estaba cambiando y sin una explicación para su creciente distanciamiento y sus problemas de comunicación, Emma se frustró y comenzó a dudar de sí misma. "Pensé que era algo que yo estaba haciendo en nuestro matrimonio que ya no funcionaba ", pensó. "Es como si te dieras cabezazos contra la pared. Te preguntas: '¿De dónde viene la falta de comunicación? ¿Qué está pasando en nuestra relación?'".
El diagnóstico finalmente dio sentido a todo ese dolor. "Sentí alivio al comprender que no era mi esposo, era que esta enfermedad le estaba robando partes del cerebro". "Al oír eso, me ablandé", confiesa. Y añade: "He escuchado a muchas otras parejas que han pasado por esto y que simplemente no pueden entenderlo, piensan que es un problema matrimonial, pero, de hecho, es un síntoma de una enfermedad".
Emma Heming ha sido el mayor apoyo del actor durante su enfermedad, ha estado a su lado día y noche, incluso ahora que el actor ha tenido que ser trasladado a otro hogar, un centro especializado en el que recibe atenciones y cuidados médicos las 24 horas del día. "Voy al menos dos veces al día para el desayuno y la cena. Es nuestra segunda casa, así que las niñas tienen sus cosas allí", explica, reafirmando que el cuidado, el amor y la familia siguen siendo su prioridad. Movida por su propia experiencia personal, escribió el libro El viaje inesperado, que ha salido a la venta el 9 de septiembre, con el fin de servir de apoyo y guía a otras personas que, como ella, se han convertido de forma repentina en cuidadores de un ser querido sin tener información ni recursos suficientes para afrontar la situación. Como ella misma describe, el libro es un testimonio de que este proceso, por doloroso que sea, puede sobrellevarse con esperanza, amor y resiliencia.