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Paula Badosa nos presenta a su desconocida y espectacular familia, su madre y su hermana: "Las dos son mis mayores apoyos"


"Saber levantarme en los momentos difíciles me ha hecho fuerte y resiliente, la persona que soy hoy", nos dice la tenista, que posa junto a su madre, Mireia, y su hermana Jana


Tras una etapa muy complicada y mientras se enfoca en llegar lo mejor posible al US Open de tenis, en septiembre, Paula recupera la sonrisa junto a las que considera "las dos personas más especiales" de su vida: su madre, Mireia, y su hermana, Jana, con las que posa por primera vez en este reportaje© Javier López
25 de agosto de 2025 - 6:00 CEST

Este 2025 no está siendo fácil para Paula Badosa. La estrella española del tenis se ha refugiado en su casa de Dubái, donde se está recuperando de los problemas físicos que, una vez más, han vuelto a alejarla de las pistas. Desde hace tiempo arrastra una lesión crónica en la espalda que, en los últimos meses, la ha obligado a retirarse de varios torneos importantes y que ahora se le ha complicado con nuevas dolencias. Pero la catalana no solo intenta sanar las heridas del cuerpo. También las del corazón. Hace un mes, conocíamos su ruptura con Stéfanos Tsitsipás, la segunda desde que comenzó su relación, en el verano de 2023, con el tenista griego. Enfocada en llegar lo mejor posible al US Open de septiembre, Paula prefiere no comentar nada sobre su situación sentimental y agradece la comprensión.

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© © Javier López
Tras una etapa muy complicada y mientras se enfoca en llegar lo mejor posible al US Open de tenis, en septiembre, Paula recupera la sonrisa junto a las que considera "las dos personas más especiales" de su vida: su madre, Mireia, y su hermana, Jana, con las que posa por primera vez en este reportaje

Como en tantas ocasiones antes, la deportista cuenta con los dos grandes pilares de su vida para su sanación: su madre, Mireia Gibert, y su hermana, Jana, de 17 años, a las que nos presenta en este reportaje. "Son las dos personas más especiales para mí", admite Paula, que durante la sesión de fotos no para de reír y de bromear con ellas. Se nota que tienen una gran complicidad. "Posar las tres juntas era algo que me hacía muchísima ilusión —reconoce la tenista—. No lo habíamos hecho nunca y lo hemos disfrutado mucho. También creo que hay un componente genético, porque mi madre ha sido modelo y, al final, poder vivir esto con una experta como ella... la verdad es que ha sido una experiencia muy bonita".

Alegrías y sinsabores

Paula vino al mundo hace 27 años en Nueva York, donde sus padres, Mireia Gibert y Josep Badosa, trabajaban en el mundo de la moda. Cuando la futura campeona de la raqueta tenía siete años, regresaron a Cataluña y, gracias al interés de la modelo por el tenis, su hija comenzó su trayectoria en un mundo que le ha dado muchas alegrías, pero también muchos sinsabores, debido a las lesiones.

© © Javier López
Paula, con vestido de Dior

"Mi sueño es ganar un Grand Slam. Es la razón por la que me levanto todos los días. Necesito ese objetivo tan grande para tener ilusión"

—Paula pareces una persona con una gran fortaleza, ¿cómo afrontas la frustración?

—Bueno, al final es algo que forma parte de mi deporte y de la vida en general. Creo que saber gestionar la frustración, los momentos difíciles y saber levantarse cada vez... al final es lo que me ha hecho la persona fuerte y resiliente que soy, la persona que soy hoy. Creo que eso es algo que también tengo que agradecerle a mi madre, que me inspira por la fuerza que siempre ha tenido en ese aspecto.

—¿Esa es una de las enseñanzas que te ha inculcado tu madre?

—Sí, ella es una mujer muy fuerte, desde muy joven se tuvo que espabilar. Es una superviviente en ese aspecto. Ha viajado mucho, ha tenido una carrera diferente a la mía, pero también parecida a la vez, porque era muy exigente y también muy individualista. Entonces, yo creo que esa fuerza me viene de ella, me viene de casa —ríe—.

"Si me preguntas en otra vida, firmaría otra vez para tener dos hijas como las que tengo. Son un regalo", admite Mireia, la madre de la tenista

© © Javier López
Mireia: blazer y pantalón Byniumaal, zapatos Aquazzura / Paula y Jana: looks Byniumaal, sandalias griegas

—Mireia, ¿cómo compaginaste los entrenamientos y los partidos de Paula con tu carrera y con criar también a una niña pequeña?

—Fue un gran sacrificio, la verdad, pero también he tenido una gran recompensa. Paula siempre ha sido una niña muy voluntariosa, con las ideas muy claras, ya desde pequeñita. O sea, fue empezar con el tenis y estaba ya muy enfocada, por lo que cada partido compensaba. No era fácil, como padres tuvimos que hacer sacrificios, pero, realmente, por su forma de ser y de actuar, no podíamos no estar a su lado y apoyarla. Te lo ponía muy fácil.

—Es tu mayor orgullo...

—Sí, bueno, mis dos hijas. Estoy superorgullosa de las dos. Si me preguntas en otra vida, realmente firmaría otra vez para tener dos hijas como las que tengo. Ellas dos son fantásticas. Son un regalo. Es verdad que todo lo que estamos viviendo con la carrera tenística de Paula es muy bonito, muy mágico. Pero también vivo la parte más complicada de su carrera, el día a día. Pero en eso consiste tener hijos, ¿no?

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Jana: pantalón Maksu / Paula: camisa y pantalón Byniumaal / Mireia: pantalón Maje

"Creo que la fuerza me viene de casa, de mi madre. Desde muy joven se tuvo que espabilar. Su profesión (modelo) también era muy exigente e individualista. Es una super­viviente"

—Jana, ¿en qué te inspira tu herma­na?

En todo, siempre ha sido mi persona a seguir.

—¿Que estás estudiando?

—Bachillerato "online" americano, y quiero ir a la universidad en Estados Unidos.

© © Javier López
Mireia Gibert , que actualmente vive en Begur (Gerona), tuvo a Paula, hace 27 años, en Nueva York, donde, junto a Josep Badosa, el padre de la tenista, se dedicaba al mundo de la moda. Cuando su hija tenía siete años regresaron a Cataluña. Después, fueron padres de Jana, que tiene 17 años y estudia bachillerato "online" americano y aspira a ir a la universidad en Estados Unidos. En las imágenes, la complicidad entre la tenista con su madre y su hermana, sus pilares fundamentales en los momentos más difíciles

—¿Y practicas algún deporte?

—Sí, también estoy jugando al tenis.

—Sois una familia muy deportista.

—Sí —responde Mireia—, en casa se tenía que hacer deporte sí o sí, lo que fuera, lo que quisieran, pero se tenía que hacer deporte. Creo que es muy importante porque les inculca muchos valores.

—Paula, salta a la vista que tenéis una relación muy especial, que son tus mayores apoyos.

—Totalmente. Las dos. Con mi hermana también tengo una relación muy muy estrecha desde muy pequeñas. Por desgracia, tuve que irme de casa muy joven, así que no nos hemos criado tan juntas como nos hubiera gustado. Pero gracias a la tecnología, a pesar de la distancia, nuestra relación ha sido siempre muy buena y muy cercana. Y ahora que me lo puedo permitir más, intento que se venga a menudo conmigo, porque es algo necesario para mí. Soy una persona que necesito a mi gente y a mi familia; cuando era más joven, con tantos viajes, no lo tenía. Ahora, por suerte, las tengo siempre muy cerca y estamos constantemente en contacto, aunque sea con el móvil.

"Tengo una relación muy estrecha con mi hermana, desde pequeñas. Intento que se venga a menudo conmigo porque es algo necesario para mí"

© © Javier López
Mireia (blazer y pantalón Makzu) confiesa que los inicios de Paula (balzer y pantalón Byniumaal, sandalias Aquazzura, pendientes Maarquise) en el tenis supusieron "un gran sacrificio", pero también "he tenido una gran recompensa. Siempre ha sido una niña muy voluntariosa, con las ideas muy claras, ya desde pequeñita"

—¿Te acompañan en muchos torneos?

—Lo intento. No es fácil, porque cada una tiene su vida: mi hermana estudiando, mi madre con su trabajo también... Pero en cuanto podemos, intentamos al menos pasar dos o tres días juntas y, si se puede organizar, pasar el máximo tiempo posible.

—¿Cuántas horas dedicas a tu profesión al día, entre entrenamientos, fisio...?

—Bueno, al final es como cualquier otro trabajo en el que te levantas a las siete o las ocho de la mañana y llegas a casa a las siete o las ocho de la noche, ¿no? Más que las horas que entreno, es estar todo el día dedicado a eso. Las dos horas de tenis, las dos horas de gimnasio, comer bien y luego recuperarte, las dos horas de fisio, también está el psicólogo... Al final es una jornada completa. Hay tantas cosas que abarca el tenis que estás constantemente 24/7 por y para ello. Son muchas horas.

© © Javier López
Paula: total look Dior / Mireia: total look Byniumaal / Jana: total look The Label Edition

—Y cuando tienes tiempo libre, ¿qué es lo que más te gusta hacer?

—Soy una persona bastante sencilla en ese aspecto. Me gusta mucho pasar tiempo con mi familia y mi gente cercana, porque, desgraciadamente, no disfruto mucho de ese tiempo. Y luego, cosas muy simples, como dar un paseo, ir a tomar un café, ir al cine, leer... También me gusta mucho cuidarme a mí misma, aunque sea una tontería, como hacerme una manicura, ir al "spa". Creo que, al final, lo que más disfruto son planes muy relajados porque mi vida es muy estresante, entonces, lo intento compensar un poco así.

—Cuando no vas vestida para entrenar o competir, ¿te gusta la moda, eres presumida?

—Depende un poco del día. Creo que soy un poco todoterreno. Por suerte tengo una marca espectacular que me esponsoriza, que es Nike, y también tiene cosas muy chulas, por lo que puedo vestir un poco más deportiva, pero también me gusta arreglarme. Depende del momento y del "mood", de cómo esté en ese aspecto.

© © Javier López
Jana (top y pantalón de Sézane, sandalias de Aquazzura) con su hermana, de la que dice que "siempre ha sido mi persona a seguir"

—¿Nunca pensaste seguir los pasos de tu madre?

—Sé que es algo que a ella le hacía muchísima ilusión. En su momento, siendo muy pequeña, hice algunas cosas, pero enseguida me di cuenta de que no era lo que a mí me apasionaba. Empecé a jugar muy pronto y conecté muy rápido con el tenis. Tenía algo diferente y sentía que podía ser yo dentro de una pista de tenis. El mundo de la moda me gusta, pero como un "hobby". Y el tenis sí que lo siento como una pasión. Me gusta hacer cosas de vez en cuando, como esta sesión de fotos, sobre todo, si las puedo compartir con las dos personas más especiales de mi vida.

—¿Cuál es tu meta para este año?

—Ahora, en este momento, es estar sana, no lesionarme. Al final llevo dos años muy duros en ese aspecto y con mucha incertidumbre con mi espalda, con dolores y pasándolo mal. Es un poco eso, tener salud y, obviamente, seguir siendo de las mejores jugadores del mundo, que es para lo que entreno.

—¿Y tu sueño?

—Mi sueño siempre va a ser ganar un Grand Slam. Es la razón por la que me levanto todos los días. No sé si lo voy a conseguir o no, pero necesito levantarme con esa motivación y con ese objetivo tan grande para tener ilusión todos los días.

TEXTO

Silvia Castillo

FOTOS

Javier López 

REALIZACIÓN Y ESTILISMO

Marta Cabello

AGRADECIMIENTOS

Palacio de los Duques Gran Meliá

© ¡HOLA! Prohibida la reproducción total o parcial de este reportaje y sus fotografías, aun citando su procedencia.