María de León Castillejo respira aliviada tras unos días de gran preocupación. Su padre, Antonio León, ha recibido el alta hospitalaria en el Hospital Fátima de Sevilla después de haber permanecido ingresado por un problema de salud que sorprendió a toda la familia en pleno verano. Hoy, la aristócrata y escritora, hija del marqués de la Cañada y nieta de los condes de Lebrija y de Floridablanca, celebra su recuperación con una divertida imagen desde la cama del hospital donde permaneció su padre y que finalmente ha podido abandonar.
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"Misión cumplida”, escribió María junto a la foto. “Quería compartir con vosotros, con enorme alegría, que mi padre Antonio León ha salido hoy del hospital, así que es momento de celebrar". Con el gesto de la victoria y una sonrisa sincera, transmitía la tranquilidad y felicidad que, tras días de incertidumbre, por fin puede disfrutar. "Gracias de corazón a tod@s los que habéis estado preguntando estos días y gracias también por los cariñosos mensajes que nos habéis dejado en el post anterior. He leído todos y me han tocado el corazón". La escritora se ha disculpado con sus seguidores al no poder contestar a cada uno de ellos personalmente, pero agradece las muestras de cariño. "Vuestro apoyo y cariño es un claro ejemplo de que las redes sociales sí son una plataforma de humanización donde se puede hacer mucho bien. Gracias", señaló la que fuera una de las primeras influencers de nuestro país.
Hace apenas unos días, María de León compartía la noticia del inesperado problema de salud que había sufrido su padre y había hecho que su familia cambiara la playa por el hospital debido a este contratiempo. Entonces mostraba lo vulnerable que uno puede llegar a ser cuando nos encontramos en una situación así e invitaba a hacer una profunda reflexión. "La enfermedad sí tiene sus cosas buenas. La vida es un continuo cambio. Tan pronto estás bien como, de repente, hay un giro inesperado. La aceptación de esta realidad y la flexibilidad para adaptarse a las nuevas situaciones es lo que hace que uno pueda sobrellevar mejor los reveses. No es tan importante, por tanto, lo que nos pasa, sino con qué actitud nos enfrentamos a ello", señalaba la comunicadora sevillana, que sabe de lo que habla porque padece hipoacusia, una perdida de audición que le provocó un medicamento-vacuna que se tomó tomé cuando hizo un viaje al Congo en 2009.
La autora de Vivir con sentido pasó a relatar la situación a la que se ha enfrentado estos días sin esperarlo ni desearlo. "Este verano, en mi familia, hemos tenido que cambiar la playa por el hospital debido a un inesperado problema de salud de mi padre, al que me gusta llamar Papitín. Estas situaciones no son agradables para nadie, pero cuando las dotas de un sentido profundo descubres que entre camillas y material sanitario también sale el sol y, además, uno que no quema la piel, sino que calienta el corazón. Aunque la enfermedad produce un gran dolor físico y es dura de soportar, también tiene sus cosas buenas. Saca a relucir nuestro lado más humano, el más valioso que tenemos, porque nos ayuda a ser nuestra mejor versión. Nos hace más humildes porque tomamos conciencia de nuestra fragilidad. Despierta nuestra compasión porque te lleva a padecer con el que sufre". De hecho, reconocía que ver a su padre tan vulnerable le había roto el alma: “De haber sido posible, me hubiese cambiado por él para evitar su dolor”.
Afortunadamente, el marqués de la Cañada ha evolucionado favorablemente, y tanto él como su familia no han querido dejar de agradecer la labor del equipo médico y sanitario, así como el cariño de amigos, conocidos y seguidores. Para María, esta experiencia se convierte en un recordatorio de lo verdaderamente esencial: la unión, la empatía y la capacidad de valorar lo simple y lo humano.