La alpinista rusa Natalia Nagovitsyna, de 47 años, lleva ya ocho días atrapada a 7.200 metros de altitud en el Pico Pobeda, en Kirguistán, después de sufrir un accidente durante el descenso que le provocó la rotura de una pierna. La última confirmación de que seguía con vida fue ayer 19 de agosto, cuando un dron sobrevoló la zona y captó imágenes que verificaban que la montañera continúa resistiendo en un entorno de condiciones extremadamente complicadas.
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El incidente se produjo el 12 de agosto, justo en el momento en que iniciaba el descenso. Su acompañante logró prestarle los primeros auxilios antes de bajar en busca de ayuda. Poco después, el 13 de agosto, dos montañeros extranjeros, un italiano y un alemán, la encontraron en la cima e intentaron socorrerla. Aunque no pudieron evacuarla, sí le dejaron una tienda de campaña, un saco de dormir, gas y comida, lo que le ha permitido resistir hasta ahora.
La tragedia se complicó días después. El 15 de agosto, medios rusos informaron de que el montañero italiano falleció probablemente a causa de un edema cerebral, tras sufrir síntomas de congelación durante su descenso.
Las autoridades kirguisas organizaron un operativo de rescate con helicópteros militares. El 16 de agosto, una aeronave consiguió acercarse, pero las malas condiciones climáticas obligaron a un aterrizaje forzoso a 4.600 metros, muy lejos todavía de la alpinista. El accidente dejó tres personas heridas, incluido el piloto y obligó a evacuar a la tripulación, lo que supuso el primer fracaso de las operaciones de salvamento.
El Ministerio de Defensa de Kirguistán ha movilizado un nuevo dispositivo para su evacuación y según ha explicado el portavoz Alamaz Sabanov, por ahora la fuerte nevada y la nula visibilidad "no permiten reanudar las labores de rescate", aunque confirmó que dos aeroplanos militares están preparados para intervenir en cuanto mejore el tiempo.
El Pico Pobeda, también conocido como Jengish Chokuso o Pico de la Victoria, es la segunda cumbre más alta de la antigua Unión Soviética y una de las más peligrosas del mundo. Forma parte de las cinco montañas que deben escalarse para lograr la distinción de Leopardo de las Nieves.
La tragedia que envuelve ahora a Natalia tiene además un antecedente personal: su expareja, el también alpinista Mikhail Nagovitsyn, falleció por un derrame cerebral en el Khan Tengri, otro de los picos emblemáticos de Kirguistán en el que ella también estuvo presente.
Hoy, su vida pende de un hilo en una de las montañas más temidas del planeta, mientras equipos internacionales y las autoridades locales luchan contra el tiempo y la meteorología para lograr su rescate.