Tierra de Mafiosos es uno de los éxitos del momento en SkyShowtime. La serie, que explora las dinámicas de poder y las guerras entre dos familias criminales rivales en Londres, cuenta con un reparto de lujo con Pierce Brosnan, Helen Mirren y Tom Hardy, pero también tiene participación española, la de Antonio González Guerrero. Lejos del atrapante argumento de la ficción, la historia de este actor gaditano daría para un buen guion sobre su vida, la de un hombre que ha pasado de un trabajo modesto a codearse en las alfombras rojas con las grandes estrellas de Hollywood.
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Antonio González soñaba con triunfar en el fútbol sala y militó en varios equipos en España e Italia, pero cuando nació su primera hija, Maite, decidió aparcar su carrera deportiva para estar más cerca de su familia. Era entonces cuando compraba la licencia de taxi y comenzaba a conducir por las calles de Cádiz, un trabajo que no era su pasión, pero que le ofrecía la flexibilidad que necesitaba para cuidar de los suyos.
Nunca pasó por su cabeza ser actor, sin embargo, como suele decirse: la vida es eso que sucede mientras hacemos otros planes. Y, precisamente, era en su día a día al volante donde el destino le tenía preparada una sorpresa que lo cambiaría todo: un encuentro casual con Ronan Bennett. El famoso guionista se subía como un pasajero más al taxi de Antonio y, sin saberlo, aquel primer viaje era el comienzo de una nueva etapa que jamás hubiera imaginado.
Poco a poco, González, de 44 años, se convertía en el conductor habitual del showrunner. “Él hablaba un poco de español y yo chapurreaba inglés, pero nos entendimos”, contaba Antonio en una entrevista en Y ahora Sonsoles. "Yo no sabía quién era, me dijo que era escritor, pero tampoco lo investigué. Hasta que un día me contó que hacía guiones de películas y de series, que tenía una que estaba pegando fuerte en el Reino Unido, Top Boy, y quería ambientar una parte en España, en el sur".
Y eso no era todo, Benett terminaba siendo la puerta de entrada del actor gaditano al mundo de la interpretación al ofrecerle un pequeño papel como mafioso en su exitosa serie. “Me dijo que cuadraba con mi forma de ser y con mi manera de hablar y que creía que lo podía hacer yo”. Dicho y hecho, esa fue su primera experiencia frente a las cámaras, nada menos que compartiendo escena con Hugo Silva, que le apoyó mucho, en un proyecto internacional.
Lejos de quedarse en una anécdota, aquella aparición era el punto de partida de un nuevo camino. Aunque era un debutante, su talento y naturalidad conquistó a los responsables del proyecto. Por este motivo, le recomendaron mejorar su inglés si quería seguir creciendo en la industria. Antonio no se lo pensó dos veces, sin pasar por academias, decidía sumergirse por completo en el idioma: “Todo en casa era en inglés: la radio, la tele, escuchaba pódcast...”. A la vez, comenzaba a formarse en interpretación en la escuela de cine 32 Historias de Málaga, compaginando las clases con el trabajo, los viajes a Londres y la crianza de sus dos hijos. Era un sobreesfuerzo, pero "cuando tienes en mente algo que realmente te gusta, no cuesta tanto", aseguraba.
Toda esa dedicación tuvo recompensa, aunque no fue llegar y besar el santo. Conseguir el papel en Tierra de mafiosos fue, como él mismo reconocía en una entrevista con El salto de Andalucía, “una odisea”. Cuando todo parecía cerrado, Tom Hardy pidió verle para una última prueba en la que debía interpretar un monólogo en inglés. “Estaba en Cádiz, pedí un día más y me fui a Málaga a hacerlo con los compañeros de 32 Historias, que me ayudaron un montón. Lo hice bien, él lo vio y le gustó”, contaba. Así, tras días de nervios y mucha tensión, lograba finalmente incorporarse al elenco.
Su primera escena en la serie fue, en sus propias palabras, “muy impactante”. Era con Hardy y, de repente, se vio junto a él y Guy Ritchie —con cuyas películas se había criado— hablando sobre cómo iban a hacer la secuencia. “En mi cabeza solo pensaba: por favor, que alguien grabe esto”, reconocía aún con cierta incredulidad.
En Tierra de mafiosos González interpreta a Kiko de la Cruz, un miembro del clan liderado por el protagonista de Venom, y comparte escenas con la actriz Jasmine Jobson (Top Boy), quien también forma parte de su banda. Durante los seis intensos meses de rodaje en Londres, el actor gaditano vivió una verdadera “masterclass”, como él mismo describe, aprendiendo de cerca de grandes referentes del cine como Pierce Brosnan, Helen Mirren y el propio Hardy: “Son muy normales a pesar de la magnitud que les rodea”, contaba sorprendido.
Más allá del rodaje, la serie también le ha regalado a Antonio González otra experiencia impensable hace apenas unos años: caminar por las alfombras rojas más exclusivas, como las de Londres y Nueva York. Ha posado en estrenos internacionales codeándose con grandes estrellas de Hollywood como el protagonista de Mamma Mia o el de Peaky Blinders, quienes le tratan con cariño y familiaridad. Un reconocimiento que no solo refleja el valor de su trabajo, sino también el esfuerzo que hay detrás de este inesperado giro profesional.
Pese a su éxito internacional, Antonio anhela trabajar en nuestro país y confía en que su participación en Tierra de mafiosos sea una puerta a nuevos trabajos. “Me encantaría trabajar en España porque las series españolas me gustan muchísimo y hay mucha gente con la que querría trabajar. Yo estoy en el punto de mira ahora y quiero aprovecharlo y darme a conocer. Espero que pronto tenga alguna oportunidad”, aseguraba a La voz del Sur.
Ahora, con los focos puestos sobre él, Antonio se toma cada paso con humildad sin olvidar de dónde viene ni lo mucho que ha luchado por llegar hasta aquí porque, aunque reconoce que la suerte ha jugado un papel importante en su carrera, no vale de nada sin esfuerzo y trabajo detrás. “Al final, si no te preparas, si no te formas, no llegas a nada. No te ponen en una serie con megaestrellas porque te han visto por la calle nada más. Eso no funciona así”, decía en la misma entrevista.
Su historia, tan inesperada como inspiradora, demuestra que los sueños, incluso los que no sabías que tenías, pueden hacerse realidad. Que nunca es tarde para descubrir una vocación y que, con trabajo, perseverancia y un poco de suerte, cualquier trayecto, incluso el de un taxi por Cádiz, puede conducir hasta las puertas de Hollywood y poner las alfombras rojas a tus pies.