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Después de su intensa participación en Supervivientes 2025, Pelayo Díaz ha decidido compartir con sus seguidores la parte menos conocida del reality: las secuencias físicas que sigue arrastrando después de abandonar Honduras. Aunque en sus primeras apariciones públicas se mostró sonriente y aparentemente recuperado, el estilista ha confesado que su cuerpo todavía esta lidiando con los efectos del desgaste extremo al que fue sometido durante su estancia en los Cayos Cochinos.
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"He pasado la mayor ansiedad por comer de mi vida tras volver de la isla. No he parado de comer. Cada hora tenía hambre. Este es mi estado actual. No he tenido yo esta tripa en mi vida. Soy una persona que me encanta entrenar, me encanta hacer deporte. Entre cómo se me ha ido de las manos la comida y cómo he ido dejando el deporte a un lado...", escribió recientemente a través de sus redes sociales mostrando su impactante antes y después. "Solo deciros que llegué a Honduras pesando 80 kilos, salí pesando 67, perdí 13 kilos, y ahora peso 84. He cogido 17 kilos, y no de músculo", terminaba explicando el pasado mes de julio.
A través de un vídeo que ha publicado en sus redes sociales, Pelayo ha explicado que está acudiendo a una clínica especializada para someterse a un tratamiento enfocado en la recuperación de sus piernas, especialmente la izquierda, donde sufre una notable retención de líquidos. "Estoy haciendo radiofrecuencia, presoterapia y masajes. Aún tengo una pierna más inflamada que la otra", ha detallado. Esta inflamación, según ha indicado, es uno de los síntomas más persistentes desde que regresó a España y ha sido necesario iniciar un tratamiento específico para tratarla.
Además, el estilista ha reconocido que esta situación es completamente nueva para él. A pesar de tener experiencia en el mundo fitness y llevar una vida saludable, no esperaba que el proceso de recuperación fuera tan prolongado y exigente. "Mi cuerpo todavía se está readaptando", confesó con sinceridad, dejando entrever que la aventura en Supervivientes ha sido más dura de lo que imaginaba, no solo en lo emocional, sino también a nivel físico.
Pelayo ha querido visibilizar esta realidad, muchas veces ignorada por los espectadores que ven únicamente la parte más televisiva del concurso. Con su testimonio, ha abierto un espacio para hablar sobre las consecuencias reales que puede tener el pasar semanas en condiciones de supervivencia, alimentándose con lo mínimo y expuesto a climas extremos y constantes retos físicos.
Pese a todo, el exconcursante mantiene una actitud positiva y agradecida por todo el cariño que ha recibido tanto de su entorno como de sus seguidores y su sinceridad ha sido muy valorada en redes sociales, donde ha recibido una oleada de apoyo.
De esta manera, y con varias sesiones de estos tratamientos que tan bien le sientan, Pelayo va a recuperar poco a poco su yo de antes de Supervivientes 2025. Además, aún tiene muchos planes para disfrutar este verano, como la boda de Makoke el próximo 12 de septiembre en Ibiza.