Durante casi una década, Katy Perry y Orlando Bloom encarnaron esa clase de amor que parece sacado de un guion de Hollywood: fama, complicidad, una hija entrañable y una conexión que iluminaba cada alfombra roja. Juntos representaban el ideal romántico del espectáculo: jóvenes, atractivos y aclamados por la industria del entretenimiento y muy queridos por el público. Sin embargo, en junio, la fachada de cuento de hadas dio un giro inesperado. Tras nueve años de relación y un compromiso eterno, que nunca desembocó en altar, la pareja anunció su ruptura definitiva.
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Desde entonces, su separación ha acaparado titulares, generado teorías y alimentado noticias que mezclan nostalgia, curiosidad y una buena dosis de rumorología que han despertado el interés mediático. Su ruptura se ha transformado en el culebrón del verano, y tanto la cantante como el protagonista de El señor de los anillos o Los piratas del Caribe están en el ojo del huracán mediático. Todo el mundo está pendiente de sus acciones y gestos, para adivinar cuáles serán sus próximos movimientos. Como toda trama con tensión y carisma, esta historia se cuece a fuego lento, que parece avivarse de nuevo con el posible romance entre Katy Perry y el exprimer ministro canadiense, Justin Trudeau. Un nuevo capítulo que promete dar muchos titulares, pero, veamos que pasó entre Katy y Orlando que ha desembocado en todo esto.
Ruptura y comunicado
Los rumores sobre una posible ruptura entre Orlando Bloom y Katy Perry empezaron a sonar con fuerza a principios del pasado mes de junio. Una fuente cercana a la pareja reveló a Page Six que todo entre ellos "se acabó". "Están esperando a que termine su gira para separarse", añadió la misma, dejando entrever que la decisión ya estaba tomada. La cantante, por aquel entonces, se encuentra inmersa en el tour Lifetimes, que arrancó el 23 de abril y culminará el 7 de diciembre (pasando por España, el 9 de noviembre, en Barcelona y el 11, en Madrid).
La noticia, que llevaba semanas circulando en los círculos mediáticos, finalmente fue confirmada en exclusiva por la revista People el pasado 26 de junio. Sin embargo, no fue hasta este jueves 3 de julio cuando, tanto Orlando Bloom como Katy Perry se pronunciaron públicamente. En un comunicado conjunto, emitido por sus respectivos representantes, se aclaró toda la rumorología de una vez por todas: “Debido al gran interés y las conversaciones recientes en torno a la relación de Orlando Bloom y Katy Perry, sus representantes confirman que ambos han estado redefiniendo su vínculo en los últimos meses para centrarse en la crianza compartida”.
La expareja subrayó que su máxima prioridad, a partir de ese momento, seguiría siendo su hija Daisy Dove, quien en agosto cumplirá cinco años. Una separación que, según palabras de sus portavoces, busca desarrollarse de manera “respetuosa y consciente”, lejos de la polémica y en favor de un entorno emocionalmente saludable para su hija.
La boda de Jeff Bezon y Lauren Sanchez
El punto de inflexión mediático fue la espectacular boda del fundador de Amazon, Jeff Bezos, y la periodista Lauren Sanchez, celebrada en Venecia, el último fin de semana de junio. Orlando Bloom acudió solo, elegante, sonriente... y acompañado de otra celebridad: Sydney Sweeney, estrella de Euphoria, ambos invitados a la gran boda del año. Las imágenes de ambos paseando relajadamente por los canales venecianos tras la fastuosa boda de Jeff Bezos y Lauren Sanchez desataron una oleada de especulaciones. ¿Amistad? ¿Coqueteo? ¿Un nuevo comienzo? Lo que sí quedó claro es que Katy no estuvo allí. Esta ausencia, en un evento tan significativo, alimentó aún más los rumores sobre una posible ruptura que, finalmente, se confirmó oficialmente el 3 de julio.
La separación no fue fruto de un solo desencuentro, sino el resultado de una acumulación de tensiones. Incompatibilidad de agendas, prioridades profesionales divergentes y una comunicación cada vez más erosionada fueron minando el vínculo. Según fuentes cercanas citadas por Daily Mail, Katy atravesaba un momento especialmente delicado: la tibia recepción de su álbum 143, los contratiempos de su gira Lifetimes Tour y el estrés generado por la cancelación de varios conciertos afectaron su estado emocional y, por extensión, la convivencia con Bloom.
El detonante, sin embargo, parece haber sido la ausencia de Katy en la boda del año. Mientras Orlando disfrutaba del evento en compañía de celebridades como las Kardashian o la propia Sweeney, Katy se encontraba en Australia, cumpliendo compromisos de su gira, acompañada de su hija. Que no asistiera a la boda de una de sus mejores amigas fue interpretado por muchos como una señal inequívoca de distanciamiento.
A esto se sumó otro episodio simbólico: el viaje espacial de Katy, patrocinado por Blue Origin, y donde tampoco faltó Lauren Sanchez. Aunque Bloom y su hija Daisy estuvieron presentes en el lanzamiento, su actitud fue distante. Según fuentes citadas por Daily Mail, el actor calificó la experiencia como “vergonzosa y deleznable”, llegando a decir que todo el asunto le parecía “ridículo”. Esa reacción habría herido profundamente a Katy, quien esperaba apoyo y entusiasmo por parte de su prometido en un momento tan especial. Para ella, el viaje representaba un logro personal; para él, una extravagancia innecesaria. Un gesto que, más allá de lo literal, reflejaba que ya orbitaban en mundos distintos.
La tregua de Capri
Apenas unos días después de anunciar oficialmente su ruptura, Orlando Bloom y Katy Perry volvieron a acaparar titulares. Esta vez, no por tensiones ni declaraciones cruzadas, sino por una escena inesperadamente cálida: la expareja fue fotografiada disfrutando de unas vacaciones familiares en Capri, a bordo del lujoso yate de Jeff Bezos, junto a su hija Daisy Dove. Helados, paseos por la costa amalfitana y sonrisas compartidas. Las imágenes mostraban a Bloom levantando a Daisy en el aire mientras Perry los observaba con ternura. En otra, madre e hija se abrazaban con complicidad. No había rastro de tensión. Al contrario, lo que se percibía era una armonía serena, una tregua emocional por el bien de su hija.
Ambos han manifestado públicamente su compromiso con el bienestar emocional de Daisy. En su comunicado conjunto, aseguraron que “seguirán siendo vistos juntos como una familia, ya que su prioridad compartida es su hija”. Y Capri fue la prueba viviente de esa promesa. Según fuentes cercanas, Bloom y Perry han trabajado activamente para preservar la rutina y estabilidad de Daisy durante esta transición. Se han coordinado para que la niña pase tiempo de calidad con ambos, alternando estancias sin rupturas bruscas ni cambios drásticos en su entorno cotidiano. Más allá de los flashes y titulares, lo que Capri dejó fue una imagen poderosa: la de dos padres que, pese a sus diferencias, siguen remando en la misma dirección por el amor a su hija.
Justin Trudeau: ¿el nuevo amor de Katy?
Cuando parecía que el capítulo sentimental de Katy Perry se había cerrado definitivamente, un nuevo protagonista irrumpió en escena: Justin Trudeau. El ex primer ministro canadiense fue visto cenando con la cantante el pasado lunes en el restaurante Le Violon, uno de los rincones más exclusivos de Montreal. Mariscos, cócteles, risas y gestos cómplices marcaron una velada que no tardó en incendiar las redes sociales. Ambos atraviesan momentos personales delicados. Trudeau, de 53 años, anunció en 2023 su separación de Sophie Grégoire tras casi dos décadas de matrimonio. Perry, por su parte, confirmó recientemente el fin de su relación con Orlando Bloom, con quien comparte la crianza de su hija Daisy Dove, de cuatro años. Días después de esa velada, Trudeau fue visto en primera fila del concierto de Katy en el Bell Centre de Montreal, acompañado por su hija Ella-Grace, cantando y bailando como un fan más.
¿Amistad, coincidencia o el inicio de algo más? Según recoge el diario británico Daily Mail, fuentes cercanas a la pareja aseguran que, por ahora, se trata de una simple amistad. “Katy no está lista para comenzar una nueva relación”, reconocen. “Está centrada en su recuperación emocional tras la ruptura con Bloom y en su gira Lifetimes Tour”. Otra fuente añade al mismo medio que ambos se conocieron en un evento reciente, han mantenido conversaciones cordiales y se escriben con frecuencia. “No hay romance, al menos por ahora”, afirman. “Ella acaba de quedarse soltera y ni siquiera ha terminado de cerrar su capítulo anterior. No se va a enamorar de alguien nuevo tan rápido”.
Mientras tanto, Bloom ha optado por el silencio contemplativo. En redes sociales compartió una cita del autor budista Daisaku Ikeda: “Lo importante es dar el primer paso. Superar con valentía un pequeño miedo te da el coraje para afrontar el siguiente.” Una frase que muchos interpretan como una reflexión sobre su nueva etapa personal.
Katy y Orlando: una historia de amor llena de altibajos
La historia de amor entre Katy Perry y Orlando Bloom nunca fue lineal. Desde aquel primer encuentro en una fiesta de los Globos de Oro en 2016 —donde se disputaron una hamburguesa— hasta su separación definitiva en julio de 2025, su relación estuvo marcada por pausas, reencuentros y una constante búsqueda de equilibrio entre el amor y la vida pública. Su primera ruptura en 2017 fue presentada como una decisión madura, un “espacio respetuoso y amoroso” que les permitió crecer por separado. Pero se reencontraron en 2018 y se dieron una segunda oportunidad: viajes, eventos benéficos, una propuesta de matrimonio en helicóptero y, finalmente, el nacimiento de su hija Daisy Dove en 2020.
Sin embargo, ni el compromiso ni la paternidad lograron disipar las tensiones que se gestaban en silencio. Las diferencias en estilo de vida, las exigencias de sus carreras y una boda que nunca llegó a concretarse fueron señales de que algo no terminaba de encajar. Entre sesiones de terapia de pareja, declaraciones en entrevistas y silencios estratégicos, la relación se fue desgastando. Aún aparecían juntos en alfombras rojas y eventos, pero ya no había la misma chispa. La ruptura definitiva en 2025 no fue una sorpresa para quienes seguían de cerca su historia: fue el desenlace pausado de una relación que, por más que intentó reinventarse, no logró sostenerse. Lo que queda es una alianza parental sólida, el respeto mutuo y una hija que sigue siendo el centro de su universo compartido.