Este Día de los Abuelos ha sido especialmente emotivo para la familia Goyanes-Lapique, marcada por el dolor y la ausencia, pero también por el amor y la unión. Carla Goyanes ha querido rendir un homenaje lleno de cariño, nostalgia y simbolismo a sus padres, Carlos Goyanes y Cari Lapique, con una imagen que resume el verdadero motor de su estirpe: los nietos. “¡Feliz día de los abuelos a los mejores!”, ha escrito la empresaria en sus redes sociales junto a una entrañable fotografía en la que aparecen los cinco nietos de sus padres: sus tres hijos con Jorge Benguría —Carlos (12), Beltrán (10) y Lucas (7)—, y sus sobrinos, los hijos de su hermana Caritina: Pedro (15) y la pequeña Mini Cari (11).
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Una imagen que representa no solo una felicitación, sino un auténtico homenaje a los pilares de una familia que ha pasado por momentos durísimos en los últimos doce meses. Desde el verano de 2024, la familia ha atravesado uno de los capítulos más difíciles de su historia reciente.
El 7 de agosto fallecía Carlos Goyanes, el patriarca, tras toda una vida dedicada a su familia. Apenas 20 días después, el 26 de agosto, la tragedia volvía a golpear: Caritina Goyanes, la hija mayor del matrimonio y hermana de Carla, moría repentinamente, dejando huérfanos a sus dos hijos pequeños.
El dolor aún no había terminado: en enero de 2025, fallecía también Manuel Lapique, hermano de Cari, completando un ciclo de pérdidas que ha azotado a toda la familia. En ese contexto, Carla Goyanes se ha convertido en un auténtico pilar: ha cuidado de sus sobrinos como si fueran propios, ha sostenido emocionalmente a su familia y ha encontrado en los más pequeños una razón para seguir adelante.
Aunque este ha sido el primer Día de los Abuelos que la familia celebra sin Carlos Goyanes, el papel de Cari Lapique como abuela sigue más vivo que nunca. La socialité, muy querida en el círculo madrileño, continúa siendo el alma de las celebraciones familiares. Abuela devota, cariñosa y cercana, ha sido siempre una figura esencial para sus nietos, especialmente para Pedro y Mini Cari, a quienes acompañó muy de cerca durante los años más delicados tras el divorcio de su hija Caritina.
La fotografía compartida por Carla no es solo un bonito retrato familiar: es también un guiño al legado de Cari, una mujer fuerte, elegante y profundamente familiar que ha dedicado su vida a su marido, a sus hijas y, más adelante, a sus nietos. La postal muestra a los cinco niños sonrientes y cómplices, una generación que lleva en su ADN la calidez, el estilo y la resiliencia de sus abuelos.
Junto a ella, Carlos Goyanes también dejó una huella imborrable como abuelo entregado, divertido y siempre presente en los momentos importantes de sus nietos, a quienes adoraba profundamente y con quienes compartió innumerables veranos familiares en Marbella, su refugio predilecto.
En un momento marcado por la tristeza, el Día de los Abuelos se ha convertido para los Goyanes-Lapique en una oportunidad de celebrar la vida, la memoria y el amor que perdura. Para Carla, que ha perdido a su padre y a su única hermana en menos de un año, su papel como madre, tía y sobrina ha cobrado una nueva dimensión. Y esta imagen lo resume todo: la familia como refugio, los niños como esperanza, y los abuelos, más presentes que nunca. Una historia que emociona y que demuestra, una vez más, que el amor familiar puede ser el mayor legado.