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Pablo López ha vuelto a demostrar que lo suyo no son las grandes puestas en escena fuera del escenario. El malagueño, uno de los artistas más queridos y discretos del panorama musical español, ha sorprendido este fin de semana dando un paso muy importante en su vida personal: se ha casado con Laura Rubio, su pareja desde hace varios años, en una ceremonia religiosa celebrada en la Basílica de Jesús de Medinaceli, en pleno centro de Madrid. Sin previo aviso, sin anuncios en redes, sin posados oficiales y con la absoluta discreción que caracteriza su relación, la pareja pronunció el “sí, quiero” el sábado 19 de julio a las 13:00 horas en una celebración íntima, a la que solo asistieron familiares y amistades muy cercanas. Ningún rostro conocido del mundo del espectáculo estuvo entre los asistentes, ni siquiera los compañeros de La Voz, programa en el que ambos se conocieron hace ocho años y que cambió para siempre sus vidas.
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Vestido con un sobrio traje azul marino grisáceo combinado con camiseta negra, Pablo apareció visiblemente emocionado según ha revelado LOOK. A su lado, Laura Rubio lucía un elegante vestido blanco entallado sin mangas que dejaba ver discretamente algunos de sus tatuajes, y unos zapatos de tacón del mismo tono. Tras la ceremonia religiosa, los recién casados se marcharon en una furgoneta Mercedes, saludando con naturalidad a los curiosos que se congregaban a las puertas del templo.
La ceremonia, discreta y profundamente emotiva, tuvo lugar en la basílica de Jesús de Medinaceli, uno de los templos más emblemáticos de Madrid, conocido por su imponente fachada neobarroca y su interior sobrio y solemne, cargado de simbolismo. No fue una boda plagada de invitados ni grandes despliegues: se trató de una celebración íntima, serena y muy recogida, fiel al carácter reservado de la pareja. Pablo, con una sonrisa permanente, y Laura, visiblemente tranquila, vivieron su gran día con naturalidad y sin artificios, alejados de cualquier foco mediático, en sintonía con la filosofía de privacidad que siempre han mantenido en su historia de amor.
Una historia de amor que nació en La Voz
Aunque siempre han querido proteger su relación del ojo público, la historia de Pablo y Laura comenzó precisamente en uno de los programas más vistos de la televisión. Fue en 2017, cuando ella, por entonces una joven aspirante de 23 años, se presentó a La Voz como concursante. Pablo, en su papel de coach, no dudó en incluirla en su equipo y acompañarla hasta las semifinales. Allí, su camino se separó… temporalmente.
La conexión surgida entonces, marcada por la complicidad artística y la admiración mutua, se convirtió con el tiempo en una amistad sólida. Y ya en 2020, durante los meses de confinamiento, se confirmó que convivían juntos, después de que Laura apareciese de forma accidental en uno de los directos que el cantante hacía desde casa. Aquello fue, hasta ahora, uno de los pocos momentos en los que su relación trascendió públicamente.
Laura Rubio, mucho más que la novia de Pablo
Laura Rubio, también malagueña, ha demostrado a lo largo de los años su talento y versatilidad en el mundo de la música. Además de su paso por La Voz, donde conquistó tanto al público como a su coach, ha participado como corista en varios eventos musicales de relevancia, incluyendo una gala de Los 40 Music Awards, donde acompañó al mismísimo Ed Sheeran. Pese a todo, Laura ha preferido mantener un perfil bajo. No tiene redes sociales públicas, ni ha querido construir una carrera a base de exposición mediática. Su estilo discreto ha encajado a la perfección con el de Pablo, y quizás por eso, su historia de amor ha podido florecer alejada de rumores y titulares.
En estos años de relación, han sido contadas las ocasiones en las que Pablo y Laura han aparecido juntos en público. Aún así, ha habido momentos en los que su complicidad ha quedado al descubierto, como ocurrió en 2022, cuando fueron captados besándose en el palco del Santiago Bernabéu durante un partido de Champions del Real Madrid. Fue una de las pocas veces que se dejaron ver con naturalidad, sin esconderse, pero también sin posar para las cámaras.
¿Habrá segunda celebración?
Por ahora, se desconoce si la pareja tiene previsto organizar una celebración más amplia en las próximas semanas, con amigos y compañeros del mundo de la música. Lo cierto es que muchos se han sorprendido al no ver a figuras como Antonio Orozco, Luis Fonsi o Malú entre los asistentes, todos ellos muy cercanos a Pablo gracias a su participación en La Voz. Pero conociendo al artista, no sería extraño que haya preferido separar el ámbito personal del profesional, al menos por ahora. Lo que sí ha quedado claro es que Pablo López está viviendo uno de sus momentos más felices. Y aunque ha querido que este capítulo se escriba lejos de los focos, la emoción del momento ha sido imposible de ocultar.
“Lo peor que me podría pasar en la vida sería decepcionar a mi madre”
Reservado y poco dado a hablar de su vida íntima, Pablo López ha compartido, en contadas ocasiones, reflexiones muy personales sobre su infancia y su familia. En su visita a El show de Bertín, por ejemplo, se sinceró al hablar de la influencia de sus padres en su vida: “Mi padre me recogía con el coche y siempre me decía: escucha esta canción... Era una persona maravillosa”, confesaba con emoción.
Sobre su madre, sus palabras también destilan cariño y respeto: “Es un ser humano al que cada día le tengo más respeto. Evidentemente, hay que respetar a tu madre. Nunca me ha castigado, nunca me ha regañado, pero lo peor que me podría pasar en la vida sería decepcionarla”. Y añadía, entre risas y nostalgia: “Siempre he pensado que era más dócil de pequeño de lo que me doy cuenta ahora por las historias que me cuenta. Ahora, cuando intento debatir algo con ella, siempre me para los pies: 'Aquí la que te ha parido he sido yo'”.