La inesperada noticia de la muerte de Mikayla Raines fue anunciada por su esposo, Ethan Raines, el pasado 22 de junio; sin embargo, el cuerpo de la estrella de 'YouTube', activista del rescate de zorros, y del salvamento animal en general, fue encontrada sin vida dos días antes, el 20 de junio. Ahora, a través de un vídeo que ha compartido su marido, se han conocido las causas del fallecimiento.
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Mikayla murió porque ella misma terminó con su vida en su propiedad de Faribault. Según el médido forense, Raine se ahorcó en el granero de Minnesota, donde fue encontrada muerta. "Ella ya no podía soportar lo que sentía y se quitó la vida", ha dicho su marido, quien, roto de dolor y entre lágrimas, ha descrito su fallecimiento como "la mayor pérdida de mi vida", ha comentado desconsolado el padre de su hija en común.
Ethan también ha detallado cómo le realizaron el RCP (Reanimación Cardiopulmonar) a su mujer durante 15 minutos sin conseguir resultados, y añadió que su hija, Freya, estaba "desconsolada" por la muerte de su madre: "Hemos sufrido una pérdida inimaginable", ha expresado, "Mikayla fue realmente la persona más increíble e inspiradora que he conocido, y no tenerla aquí hace que todo se sienta vacío. Me siento destrozado".
Padecía autismo, era muy sensible y empática: "un arma de doble filo"
Muchos conocían el autismo que padecía Mikayla, y aunque esto le dificultaba algunos aspectos de su vida, este trastorno no le impedía concentrarse en su gran pasión: los animales. Su viudo ha contado cómo su mujer era "tan sensible a todo", lo cual era "un arma de doble filo", ya que aunque esto "le permitió sentir una empatía infinita por quienes estaban a su cuidado", también "significaba que se tomaba todo lo negativo muy en serio".
Víctima del ciberacoso
En su canal de YouTube, Saveafox, Mikayla Raines contaba con más de 2,4 millones de suscriptores. En esta plataforma les explicaba en qué consistía el trabajo de su protectora sin ánimo de lucro, al tiempo que hacía una valiosa labor de proteger al mundo animal por el que desde niña había sentido un amor e interés profundo, sobre todo por las especies en extinción.
Pero, desgraciadamente, en este mundo del discurso del odio, Mikayla fue víctima de una campaña de acoso en línea que le afectó de lleno y la sumergió en una profunda tristeza. Ethan ha contado como estos comentarios "le dolieron mucho" y, aunque al principio "siguió adelante", la situación empeoró en los últimos meses cuando personas "que ella consideraba sus amigos cercanos" comenzaron a sumarse en esta ola de comentarios negativos, incluidos aquellos que trabajaban en "otros santuarios de animales": "Ella sintió como si el mundo entero se hubiera vuelto contra ella", ha lamentado su viudo, visiblemente afectado, cuyo único deseo ahora mismo es continuar con el legado de la protectora de su mujer, y su labor al cuidado de los zorros. DEP