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La reciente boda de Gala González y John Steiner, una celebración sofisticada, lujosa, elegante y llena de detalles, es la portada del último número de ¡HOLA! En las páginas de la revista, dedicamos un amplio reportaje gráfico del enlace y de la cena y fiesta posterior, que tuvieron lugar en dos escenarios únicos de Cadaqués: una isla privada y la casa de la madre del mago, la escultora y pintora danesa Jessi Rask.
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La isla en la que los novios se dieron el “sí, quiero” ante sus 200 invitados es un espacio protegido que pertenece a la familia del ilusionista y flamante marido de la diseñadora gallega. Este hecho ha generado cierta controversia entre algunas voces de lenguas afiladas —y dudoso gusto—, que siempre tienen que ver un problema allí donde no lo hay y generar una polémica para alimentar a su audiencia.
Porque Gala y John pudieron celebrar la ceremonia en esta isla, precisamente porque es propiedad del padrastro del mago, Stefano Romizi. Si no hubiera sido por este nexo, no habrían podido casarse allí, como no puede hacerlo nadie, ya que no está permitido celebrar bodas en este entorno natural.
El acceso a la isla es limitado y exclusivo para los propietarios y sus invitados. Y la pareja tuvo este privilegio precisamente por ser de la familia del empresario italiano y porque cursaron la pertinente solicitud al Ayuntamiento de Cadaqués (Girona), acreditando esta circunstancia.
Rodeada por las aguas cristalinas del Parque Natural del Cap de Creus, una de las zonas más espectaculares de Cataluña, conocida por su naturaleza salvaje y paisajes únicos, a la isla solo se puede llegar en lancha, que fue el medio de transporte que utilizaron los novios y sus invitados.
Tras la ceremonia, todos se trasladaron a la casa que la madre de John Steiner tiene en Cadaqués desde hace más de 40 años. Los jardines de esta finca con entrada al mar fueron el escenario de una celebración perfecta y mágica, donde solo hubo buenas vibraciones y una fiesta espectacular y tan elegante como sus protagonistas.