Óscar Casas, quien acaba de estrenar la serie "El gran salto", sobre la vida del gimnasta Gervasio Deferr, que consiguió dos medallas de oro y otra de plata en los Juegos Olímpicos de Sídney, Atenas y Pekín© María Villanueva

Acaba de estrenar la serie 'El gran salto', en Atresplayer

Óscar Casas habla como nunca de Ana Mena: “Es muy humilde. Siempre me preguntaba todo”

Al cumplir 20 años como actor


7 de julio de 2025 - 6:26 CEST

Óscar Casas acaba de estrenar la serie El gran salto, en Atresplayer, sobre el ascenso y caída a los infiernos del ex gimnasta olímpico Gervasio Deferr. Aunque ha costado medio año que salga a la luz —en octu­bre acusaron al exdeportista de agresión sexual—, por fin podemos ver el que es, sin duda, el papel más importante de Óscar en sus 20 años de carrera, que comenzó con solo seis. Así lo siente el propio actor, de 26, que también habla con ¡HOLA! de Ana Mena y de su hermano Mario Casas, su mentor.

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Óscar Casas, quien acaba de estrenar la serie "El gran salto", sobre la vida del gimnasta Gervasio Deferr, que consiguió dos medallas de oro y otra de plata en los Juegos Olímpicos de Sídney, Atenas y Pekín© María Villanueva
Óscar Casas, quien acaba de estrenar la serie "El gran salto", sobre la vida del gimnasta Gervasio Deferr, que consiguió dos medallas de oro y otra de plata en los Juegos Olímpicos de Sídney, Atenas y Pekín

—¿Por qué El gran salto es el papel más importante de tu carrera?

—A nivel actoral, he contado un personaje desde los 18 añitos hasta los 37 en cinco episodios. Es lo más grande que he hecho y el personaje con el que más he podido aprender como actor y a nivel personal.

—¿En qué sentido en lo personal?

—Conocerme muchísimo más. Cada personaje te da la oportunidad de indagar dentro de tu alma. La vida de Gervi, al pasar por el éxito y el infierno, me ha dado la posibilidad de conocerme y entenderme más.

—¿Qué has descubierto de ti? 

—El camino de todo ser humano… Ir entendiéndote.

—¿Carácter, fama o el perderse?

—No es algo específico. Hay veces que crees que te conoces y, luego, te das cuenta de que no. Hay de todas estas cosas que has dicho y más. Me queda por entenderme.

© AtresMedia
Una escena de "El gran salto"

—Gervasio Deferr era un chico guapete, algo chuleta y bala perdida. ¿Por qué te han dado el papel?

—Por el casting que hice. Hice un monólogo de cinco páginas, con cuatro escenas muy largas. Pasando de ese chaval a, como dices, bala perdida que ya había pasado por el infierno y por el centro de desintoxicación. Imagino que verían algo.

—Para la serie, hiciste dos transformaciones: te musculaste y te demacraste. ¿Con qué disfrutaste más?

—A nivel físico, con la parte de comer, hacer deporte y de ponerme grande. Ya a nivel actoral, emocional y de reto, con la parte adulta.

—¿Cómo te pusiste mazas?

—Me ayudó mi entrenador de la AFC Animal Fight Club, donde entrenamos mi hermano y yo. Me hizo un dossier con mi peso, mi rendimiento y un programa de calorías: mínimo, 4.100 al día. Entrenaba para agrandarme dos horas dos veces al día ,y luego, iba al Centro de Alto Rendimiento, donde entrenan los olímpicos, para entrenar gimnasia artística.

© AtresMedia
Otra de las escenas de "El gran salto"

—Para conseguir el aspecto de demacrado, pasarías mucha hambre.

—Encima, hubo solo tres semanas para pasar de enorme a delgado. Comía una lata de atún por la mañana. Durante el fin de semana, me hinchaba a agua y, en la tarde del domingo, dejaba de beber hasta el final del día siguiente. Los últimos sorbos eran con sal para secar más. Una locura.

—¿Y la gimnasia artística? 

—Aprendí bastante. Bastantes cosas que se ven en la serie las hago yo.

—En El gran salto, tienes varias escenas sin camiseta y desnudos. 

—Hubo muchas, pero muy bien. La primera da apuro, pero, a la tercera, dije: Lo que veis es lo que hay (ríe).

Ana mena va a sorprender

—También has rodado la película Ídolos, con Ana Mena. 

—Ha sido una maravilla. Es todo dentro del mundo de MotoGP y hemos rodado en las carreras reales, con los motoristas reales, con todo el paddock. Ana es muy buena persona y, a la vez, supertrabajadora y muy profesional. Ya no solo canta como los ángeles, es muy buena actriz, no solo en esta película, sino en otros proyectos interesantes. Va a sorprender.

© María Villanueva
Ana Mena, en el rodaje de "Ídolos"

—¿Te ha pedido consejos?

—Ana es muy humilde y siempre me preguntaba todo. Escuchaba muchísimo, tanto en lo personal como en la actuación. Es muy inteligente y con mucho arte, así que ha estado muy abierta al director y al equipo.

—A raíz de ahí, surgió vuestra relación. ¿Cómo has vivido la repercusión que ha generado?

—Lo más normal posible. No suelo leer nada. Ni tengo Twitter ni Instagram en el móvil, así que estoy bastante ajeno a lo que dice. Alguna cosa me voy enterando y me van enviando.

"Además de buena persona, Ana Mena es muy humilde. Siempre me preguntaba todo. Escuchaba muchísimo, tanto en lo personal como en la actuación"

—En 2005, hiciste tu primer papel en una serie. Ya 20 años como actor...

—Jo, pues sí. De niño, no atendía y era muy nervioso. Mi madre lo pasaba muy mal, porque yo era muy pesado y no jugaba con juguetes. Era horroroso. Pero, al entrar en un set de rodaje, toda esa energía la focalizaba. ¿Cómo puede ser que un niño con esa personalidad pueda concentrarse tanto en un sitio y lo dé todo? Cada día tengo más claro que este es mi camino. Es lo que más feliz me hace.

—Con siete años, rodaste El orfanato, donde interpretabas al niño enmascarado. ¿Cómo lo recuerdas?

—Lo disfruté muchísimo. Es verdad que pasaba como cuatro horas de maquillaje para deformar la cara y que los otros niños se asustaban. Me acercaba y les decía: Que soy Óscar. Pero gritaban y se iban corriendo. Hubo momentos en los que no podía estar con nadie, pero fue divertido.

"Mi hermano Mario es mi mentor y mi referente. Estamos siempre juntos… ¿Cómo no me van a comparar? Le doy las gracias por todo lo que me enseña. Para mí, es el mejor actor de España"

—¿Cuesta que te den papeles serios? En eso, a tu hermano le ha pasado lo mismo, ¿sueles consultarle?

—Voy poco a poco. Mi hermano se lee todos los guiones que me llegan, junto con mi madre, y tomamos las decisiones junto a mi representante. Mario es mi mentor, mi maestro. Si él no ve claro un papel, no lo hago. Así con todo. Al final, él ha pasado por muchos lugares y ha aprendido. Para eso están los hermanos mayores, ¿no?

Amor de hermano

—¿Cuál es el mejor consejo que te ha dado Mario?

—No actúes, sé. Conviértete y da absolutamente todo lo que tengas.

—Es inevitable que te comparen con tu hermano, pero ¿no te cansa?

—Cero, porque es todo para mí. Tengo a mi referente en mi casa y, para mí, al mejor actor de España. Es un actor consagrado y serio, así que encantado. Estamos todo el día juntos… ¿Cómo no me van a comparar? Doy gracias a mi hermano por todo lo que me enseña y me da. Estoy cien por cien seguro de que estoy donde estoy por él y por lo que me aporta.

© Getty Images
Óscar, con su hermano Mario

—Tu hermano no puede ir por la calle o a una discoteca. ¿Tú sí?

—Lo evito un poco. Más que nada por el tema móviles, porque te graban todo el rato. Luego, lo suben a TikTok y se haca viral. Eso raya.

—¿Y cómo no te vuelves loco? 

—Sobre todo, es intentar no hacer cosas raras y estar tranquilo.

—Vamos, no liarla.

—Eso es. Soy un chaval joven y la puedo liar, pero con mis amigos, en mi casa y con mi familia. Si estás normal por la calle, da igual que graben.

—Tu hermano Mario y tú sois muy familiares. ¿Encontráis en vuestra familia vuestra parcela de seguridad?

—Totalmente. Ya no solo mi área segura, son mis mejores amigos y mi todo. Me ha tocado la lotería con mi familia. Con toda. Gracias a Dios, mi madre ha hecho que estemos todos muy unidos para apoyarnos los unos en los otros. El bien de uno es el bien de todos, el mal de otro es el mal de todos. Es una suerte lo que tenemos.

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