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¿Hay beso de Aitana y Plex? Hay beso. Es más: hay muuuchos besos. Y caricias. ¿Podemos hablar de relación? Hombre, pues a ver… Algo más que un tonteo sí que hay. Que no seremos nosotros quienes le demos nombre o etiquetemos lo que hay entre ambos pero que si nos remitimos a lo que la protagonista de estas imágenes dijo en su Listening Party, ella lo dejó bastante clarito con el uso de los tiempos verbales. O ese fue el problema. Que las conjugaciones las carga el diablo y ella, a lo mejor, no quería, oiga… ¿No te acuerdas? Te ponemos en contexto.
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Aitana — ¿la cantante más emblemática de toda su generación, la princesa del pop en español, la reina del urban style a este lado del Océano? Efectivamente, sí, ella—. Un 27 de mayo de 2025. Su Listening Party. Y su Cuarto Azul —ese espacio que supone su regreso a la infancia, a su lugar de confort y protección—, con las proporciones de un estadio. Y en esas, la catalana hace una introducción de uno de sus temas más reveladores sobre su (pasada) relación con Sebatián Yatra. En el centro de la cama.
Un relato que comenzó tal que así: "Las personas que habéis estado en pareja o lo habéis estado os habréis dado cuenta siempre duermes en un lado de la cama. Si no es así, duermes fatal. A mí me pasaba que cuando era más pequeña dormía en el centro de la cama. Cuando dejé de tener pareja, empecé a dormir en el centro de la cama otra vez y pensé: 'Ostras, qué fuerte, estoy sola'. Hacía mucho tiempo que no había estado sola y había tenido mucho apego a estar en pareja. He pasado un año... he estado un año soltera y ha sido realmente algo muy bonito también para encontrarme".
Silencio. O fragor. Porque obviamente ese “he pasado un año” o lo que es lo mismo, ese pretérito perfecto simple como el mismísimo Movistar Arena de colosal no pasó desapercibido para nadie. Y aún menos cuando, Aitana, nerviosa, vio que era incapaz de terminar su alocución porque su corazón se la había jugado a su garganta: "Madre mía, ya estoy escuchando cosas de fondo... Voy a dejar de hablar, que me estoy poniendo roja".
La noticia ya corría por las redes a la velocidad de la luz y si había alguna duda del motivo de ese enrojecimiento era fácilmente despejable: “Ya no está soltera porque está en pareja. Fin”. Y que muy atrás quedaba aquel mes de enero en el que Aitana se enfrentaba a los rumores implorando: “¿Cómo es posible que en 17 días haya tenido tres novios?” porque entonces se le atribuia a Bellengham, a Carlitos Alcaraz, a… Y ahora, no.
Ahora ya no se hablaba de nadie salvo de uno. Ése con el que había coincidido en Tokio, ése con el que aparecía al final de un video en Nueva York; ése con el que se vio en República Dominicana; ése que lucía su rostro en una camiseta, regalo de sus amigo(te)s; ése que tenía novia y que, de repente, dejaba de tenerla y la chavala, Uxue López, contestaba a la prensa: “me dicen que Daniel está con Aitana….”; ése que era y es Daniel Alonso Góndez. O lo que es lo mismo, Plex, el youtuber zamorano con el que, finalmente, vemos que, sí, que hay beso.
Un beso que significa muchas otras cosas. De ahí su importancia. Porque estas imágenes, las primeras y exclusivas lo son en tanto en cuanto son las primeras en las que los vemos interactuar como dos personas con intimidad, complicidad y sentimiento.
No han sido tomadas por la calle, o en un parque, o a través de la ventana de un restaurante donde los dos jóvenes —artistas, guapos y con éxito, pero jóvenes de 26 y 23 años—, pueden hablar de su cosas, reirse un rato, quedar para tomar unas tortitas fluffy o colaborar en un vídeo de Ibai Llanos, sino que han sido captadas en un momento que denota cosas mucho más trascendentales, cosas más serias que un simple beso robado y unas risas.
Estas imágenes son fruto de un fin de semana especial —el del cumpleaños de la cantante—, en su lugar favorito en el mundo —o sea Ibiza—, y rodeados de su círculo de amigos. El círculo perfecto, el íntimo, el estrecho, el que nunca falla y mantiene bajo llave la discreción, la palabra y los secretos de su amiga por muy grande sea el fenómeno mediático que rodee a la pareja.
Ese mismo grupo que cuando Aitana salía con Miguel Bernardeau, parapetaba a la pareja en los reservados de los pubs y discotecas para que no cayeran en el punto de fuga de ningún desaprensivo con un móvil; o ese mismo grupo que cuando Aitana se rompía a pedazos por la presión y por el desmoronamiento de su amor con Yatra, estuvieron ahí para cogerle la mano y aminorar la tristeza.
Por eso este beso significa oooootra cosa. Un beso que llega después de días en la intimidad de la casa que alquiló la cantante para descansar como guerrera que es antes de enfrentarse a sus conciertos, de noches de fiesta temáticas, de sesiones dj, de comidas en Casa Jondal, de compras y rebajas en San Antonio, de carreras de karts… de un finde largo en resumen y en pareja, con sus íntimos, los de él y los de ella, para hacer de este verano uno inolvidable, el primer verano de muchos otros más.
A los periodistas, que nos gusta ser agoreros como a nadie, no se nos escapó una extraña y casi fatídica coincidencia. O, en realidad, dos. La primera sería que, al mismo tiempo que los fotógrafos perseguían a Plex —en la lista de los mejores influencers del año según Forbes y embarcado ya en su tercera vuelta al mundo de su canal— y Aitana mientras surcaban las aguas turquesa de las Pitiusas, en fuera yate o en kayak surf, otros paparazzi hacían lo propio con otra pareja.
Otra pareja sorprendente que no sabemos si lo es… Que hacía lo mismo que Aitana y Plex, entre los mismos acantilados, las arenas rubias, las casitas de ventanas azules y los pinos mediterráneos y… mira que hay parejas en el mundo, pero ésta era la compuesta por Sebastián Yatra y Lola índigo.
El cantante colombiano y la artista granadina coincidieron en las mismas coordenadas de latitud y altitud junto a un grupo de amigos durante la misma jornada de cumpleaños de Aitana y… hombre… tela con la casualidad. Vale que la visita del de “Los zapatos rojos” fue tan fugaz que ni pasó un día completo en la isla blanca. "22 horas en Ibiza”, escribía en sus redes, pero si no se encontró de bruces con su ex porque Dios no quiso. Porque Mimi y Sebastián no se dejaron tampoco nada por hacer: bailaron en UNVRS, comieron paella en un chiringuito, bucearon entre las posidonias de Formentera y degustaron el famoso pollo frito con caviar que sirven en una discoteca de la carretera de Sant Antoni….
Que cuál era la otra cruel coincidencia… Está en su último álbum, en Cuarto Azul, en el tema Superestrella. Ahí donde Aitana relata cómo se conoció con un chaval en una discoteca y como fue su flirteo. ¿Era Plex aquel chico que la entra? Cuando estrenó Ella bailaba, en 2023, Aitana decía algo así: “La gente me conoce y yo escribo mis propias canciones, algunas son inventadas y algunas están un poco dramatizadas, nunca sabréis cuáles son”.
O sea, que tal vez sí o tal vez no. Esa es la rabia o la gracia, que habrá que seguir especulando con la letra…. Que cuando le vio entrando en la disco y se quedó mirándola supo que la había reconocido y que ella pensó que quizás era uno de tantos o quizás su próximo error… Sea como fuere, decidió que se debían de conocer mejor, porque aunque no es fácil enamorarse de una estrella, él no paró de repetirle que quería estar con ella.