Son momentos muy delicados para Cayetano Rivera. Un mes después de su ruptura con la presentadora portuguesa María Cerqueira, noticia adelantada por ¡HOLA! en exclusiva, se ha visto envuelto en la polémica al ser detenido por presunta resistencia y desobediencia ante la policía. Un desagradable episodio que coincide además con la recta final de su carrera como torero, profesión que deja tras dos décadas en activo. Todas las miradas están puestas en el diestro tras el desagradable episodio que ya ha puesto en manos de la justicia al considerar "desmedida" la reacción de los agentes. En estos tiempos convulsos, opta por su habitual discreción y se centra en su entorno más cercano. Detallamos a continuación cuáles están siendo sus pasos en medio de la tormenta.
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Dos días después de ser detenido y pasar la noche en dependencias policiales en una comisaría del centro de Madrid, Cayetano Rivera ha reaparecido. Lo ha hecho en Mallorca, donde ha aterrizado la tarde del miércoles con semblante serio, camiseta azul, una bandolera y gafas de sol. Aún siguen visibles las señales de los daños físicos que le causó el forcejeo con los agentes, como una herida en el pómulo izquierdo. "Ha ido al médico y tiene lesiones en las muñecas, en el ojo, y le han realizado un TAC craneal para descartar posibles fracturas", contaba a ¡HOLA! Joaquín Moeckel, abogado del diestro. El parte de lesiones que le han dado los médicos es una de las pruebas de la demanda que prepara.
Previsiblemente, Cayetano pasará en Baleares unos días de desconexión y calma con su hijo, nacido durante su matrimonio con Eva González y llamado también Cayetano. "Se han ido de vacaciones. Yo estoy trabajando y se han ido", ha confirmado la presentadora de La Voz, quien prefiere mantenerse al margen de la polémica. "No tengo ninguna opinión. Yo me dedico a trabajar, a cuidar de mi hijo y es a lo que voy ahora. No tengo nada más que decir", ha dicho sobre el altercado de su ex, del que se separó hace casi tres años. "No es a mí a quien tenéis que preguntar", ha añadido.
Por la mañana, Cayetano ha sido fotografiado en el aeropuerto de Sevilla con el niño y ha evitado hacer declaraciones, siguiendo así con su discreción habitual y su deseo de mantener al menor al margen de todo el revuelo. Ha pasado la puerta de embarque con una maleta pequeña y de la mano del pequeño, que tiene siete años y ha terminado ya el curso. Estar untos unos días es para el diestro una gran alegría. Con toda seguridad, su hijo le hará olvidar por unos instantes el revuelo que le rodea gracias a sus ocurrencias, sus divertidos comentarios y sus juegos constantes.
Todo su entorno está volcado en Cayetano desde que se conoció la noticia de su detención. Francisco Rivera se enteró estando de vacaciones en Las Vegas con Lourdes Montes y aseguró estar "en shock". Además, decidió regresar anticipadamente de Estados Unidos para apoyarle. "Se viene para estar con su hermano. Son hermanos del alma. Está preocupado. Es una situación que le ha pillado fuera de juego y lo que quiere es estar con su hermano, apoyarlo", avanzaba Cristina Tárrega. Por su parte, Julián Contreras ha dicho estar preocupado y se ha mostrado dispuesto a interesarse por él aunque su relación no sea fluida. También José Antonio Canales Rivera ha estado pendiente de su primo.
El comunicado de Cayetano
Desde que se conoció la noticia de su detención tras un altercado en un restaurante de comida rápida, Cayetano Rivera se ha pronunciado al respecto mediante dos comunicados en los que niega los hechos que se le atribuyen. En el segundo y último se puede leer: "Aunque las heridas físicas duelen, no es eso lo que más me duele. El verdadero dolor nace de la impotencia y la frustración de sentirme tratado como un delincuente o incluso un "terrorista" por una discusión previa, en la que en ningún momento amenacé ni agredí a nadie. Mucho menos a la policía, institución que siempre he respetado y admirado por su labor y valentía, y a la que seguiré reconociendo como tal. Quiero pensar que lo ocurrido fue un hecho aislado. Sin embargo, también tengo el derecho —y, desde mi sentir, el deber— de defenderme de lo que considero una profunda injusticia. Agradezco a los periodistas que han mostrado interés en lo sucedido, pero os ruego encarecidamente que respetéis mi intimidad y la de mi hogar. Mi credibilidad vale tanto como la de cualquier persona que ha intentado, con discreción y educación, construir un camino propio. No pretendo ser ejemplo de nada, porque no me considero quién para ello, pero al menos merezco ser escuchado con el mismo respeto que ofrezco".