Aitana es un fenómeno y no solo musical. Su capacidad de influencia, su repercusión y su relevancia como artista trascienden de largo las pautas de un pentagrama. Tanto incluso que la música se convierte en algo anecdótico cuando ocupa el 100% de su tiempo, su vida y su alma. Quizás porque todo lo que la rodea es tan grande y genera tanto ruido que por muy grandilocuente que sea su espectáculo queda muchas veces relegado en un segundo plano y eso, sin entrar a hablar de sus canciones… Desde la composición melodía y armonía a la lírica, ritmo, letra y subtexto de los temas, la sombra de Aitana no solo es alargada, sino que cae a plomo.
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Aitana se ha rebelado contra eso en más de una ocasión, una guerra que tiene perdida de antemano y en la que gana si acaso alguna batalla cuando los fans buscamos mensajes subliminales de amores pasados y presentes y de repente, zas, caemos en una trampa de genialidad artística que, con tanta maleza, se nos había pasado inadvertida. Aitana se reivindica como artista o lo que es lo mismo, como creadora y compositora. Como un artista con voz y voz de mando, que sabe lo que quiere y que lo que quiere lo tiene muy claro: un discurso ético y estético que crece y evoluciona al igual que ella. Como una mujer que vive experiencias, que se cae y se levanta, que juega y se divierte con los géneros musicales como lo haría con una paleta de maquillaje, que emprende caminos nuevos y recorre sendas conocidas donde se siente segura y que hace concesiones unas veces y, otras, se mantiene firme y cabezota porque le da la gana.
Su salida de OT, su juventud, la multinacional a la que pertenece, sus flirteos con los cantantes más punteros de los estilos más demandados en los diales, su mercadotecnia afinada como la maquinaria de un reloj… la han convertido más veces de lo que cualquier otro artista pudiera soportar en el blanco de críticas y dudas sobre la consistencia de su apuesta musical. Si es ella la artista o si es el resultado de un estudio de mercado; si tiene entidad como cantante o si solo responde a la necesidad de suplir un vacío en el pop español; si es una profesional de la música o si es un producto fabricado de marketing. El debate es injusto per se. Como si Taylor Swift, Madonna o Beyoncé tuvieran que haber cantado en el metro canciones de Luis Eduardo Aute para poder expiar sus pecados punto1) y punto 2) como si a Maluma, Bad Bunny o Damiano David se les pusiera en la misma tela de juicio. Este es uno de los aspectos que tratamos en el número especial que HOLA ha dedicado a la artista más emblemática de su generación -que sale a la venta este jueves-, el valor de Aitana comocreadora y/o artista vs. el estigma del marketing en su construcción como ídolo musical. Le preguntamos a los periodistas que se ocupan de la información y crítica musical, nueves voces expertas para un caso excepcional.
Para Adriano Moreno, de Los40, Aitana “es uno de los fenómenos más sólidos y transformadores del pop de los últimos años. Los de mi generación tuvieron que irse durante mucho tiempo al mercado anglo buscando a una artista con estas características porque en España era difícil que la industria diera una oportunidad a esa figura de popstar. Aitana no solo ha sabido ser intergeneracional, sino que ha sido capaz de construir una carrera que no ha parado de evolucionar en ningún momento, personal y profesionalmente”. En este sentido, para el periodista “Aitana siempre ha sido una artista en construcción. Es alucinante cómo, a día de hoy, se la intenta menospreciar, restarle importancia a su éxito, diciendo que es un producto o que no lleva las riendas de su proyecto. Cuando ella salió dela Academia no sabía componer, pero pidió a su discográfica que productores y escritores le enseñaran cómo hacerlo (...). Mucho del éxito de ‘Cuarto azul’ se debe a que se ha abierto tanto que parece que una amiga te esté contando sus problemas a través de esas canciones”. ¿Es ese un síntoma de que Aitana ha encontrado su voz? Lo más valioso que tiene su proyecto es su voz. Es especial, reconocible y muy versátil. Otra cosa es la identidad artística. Aquí, aunque se abandera del pop, lleva tiempo buscándola, probando diferentes sonidos de un trabajo a otro. En 11 razones, por ejemplo, tiró del pop/rock mientras que alpha fue más electrónico. Sí considero que Cuarto azul representa muy bien lo que es y lo que quiere que sea su discografía”.
Para Antonio Hueso, de Cadena 100, “Aitana ha sido una sacudida para la música. Un soplo de pop fresco. Ha demostrado que se puede salir de un talent show y construir una carrera sólida, sin perder el norte ni la esencia. Ha acercado el pop mainstream a nuevas generaciones y ha reactivado la conversación sobre la música comercial en España. Tiene ese “algo” que no se aprende”. Y según este argumento, Aitana podría ser “hija de la industria musical, pero no una marioneta. Es una artista que tiene criterio, inquietudes y personalidad. Ha sabido abrazar el juego del marketing sin dejar de contar sus propias historias. De hecho cada uno de sus discos son sentimientos por los que ha pasado en su vida. De alguna manera es también es autora de sí misma. Está en proceso, en obra viva y una de las cosas mejores que tiene Aitana y, que es importantísimo para un artista, es que tiene una voz reconocible, con matices que la hacen única. Pero su búsqueda no ha terminado, y eso es lo bonito. No es un collage: es un cuadro que aún se está pintando”.
Héctor Llanos de El País no está tan de acuerdo. De hecho, a su juicio, Aitana ha demostrado estar más cerca de la industria que de ser una cantautora. “Que sea una de las artistas que más se ha entregado a ese regreso de la moda de los featuring que han impuesto las discográficas, a menudo sin que en realidad los artistas involucrados congenien de forma orgánica, también ha difuminado la línea que quiere seguir como artista…” No obstante sí que opina que Aitana, “está en la mejor posición posible para construir una carrera como artista con voz propia. Lo hizo George Michael dejando atrás Wham. Y Robbie Williams tras Take That y Michael Jackson tras los Jackson Five. Tiene todos los medios a su alcance para rodearse de la gente adecuada y crearse un sello personal. A Beyoncé, su padre le creo una banda prefabricada, Destiny’s Child, con la idea desde el primer momento de lanzarla como artista individual”.
“Es una pregunta recurrente en su carrera, más tras el documental de Netflix. Yo volví a hacérsela hace solo unos días y su respuesta es que es ella siempre quien tiene la última palabra, pero que confía en su equipo de trabajo y en sus consejos”, nos confiesa Javier Herrero de la Agencia EFE aunque también nos reconoce que en los niveles en los que se maneja Aitana, como una de las grandes estrellas de la música española actual, “es dificilísimo manejarse sin esas asistencias”. “Yo he detectado que tiene muy buen olfato u oído. Algunas de las colaboraciones más exitosas de su carrera han venido de gestos naturales en los que ella se aproximó a otro artista que tenía un buen tema, pero no tenía nombre, como ‘Mon Amour’ con Zzoilo con ‘Tu Foto del DNI’ con Marmi”. “Nada hay cien por cien original a estas alturas”, apunta Herrero. Ahora bien, “el color de voz de Aitana es tan distintivo que cualquier cosa que cante lo hace suyo. Si escucharas una canción de su repertorio que no hayas oído antes, sabrás probablemente quién la canta y eso suele estar muy vinculado con esa idea de tener sello propio”.
Musicalmente, para Mercé Moreno de El Español, Aitana “ha aportado frescura”. “Es un fenómeno que ha abierto -o reabierto- debates sobre el papel de la mujer en la industria o en qué medida lleva un artista las riendas de su carrera” y esa misma dualidad la encuentra en su construcción como artista. “Indudablemente, es un producto de marketing desde el momento en que es reclamo para marcas, para programas de televisión, para documentales… El proceso de convertirse en ese reclamo ha estado perfectamente guiado por su discográfica. Desde el mismo OT se le veía ese perfil. Con el paso de los años, creo que ha ido teniendo más poder de decisión respecto a su proyecto y es palpable tanto en sus canciones como en sus acciones públicas”.
Que Aitana sea —o no— un producto de marketing no es algo criticable, en palabras de Nacho Serrano, de ABC. Sobre todo porque, en tal caso, habría entonces que poner sobre la picota a la industria del pop al completo. El gran reto de Aitana estaría en “dejar de ser una especie de popurrí de estereotipos de éxito pop femenino”. “Tengo dudas de que encuentre una voz propia que trascienda el fenómeno mainstream y alcance altura artística”, nos explica el periodista… “No le veo mucho bagaje cultural”.
Pablo Tocino y Yeray S. Iborra, de Mondo Sonoro tienen una visión más optimista de y sobre Aitana. Para Tocino, Aitana junto a Lola Índigo, Bad Gyal y por supuesto Rosalía “ha contribuido a desengrasar el mainstream musical de nuestro país, sobrecargado del mismo tipo de artista, que además son hombres en su gran mayoría”. “Aitana es mucho más una intérprete que una autora, lo cual no tiene que ser malo, grandes figuras de nuestra música lo han sido. Sí que creo que tiene su punto de autora y que su control sobre lo que hace y lo que quiere hacer podría ir en aumento. Lo que vemos ahora mismo de Aitana es una mezcla entre su voz y sus intereses”. S. Iborra ve en la barcelonesa “una artista 360º”.“Aitana ha sabido recorrer la línea del pop en casi todas sus variantes: más ligera, má sbaladista, más ochentera, dosmilera, camp. Hay muchas Aitanas”. “Como constantemente sucede con otras artistas de su cuerda a escala internacional, desde Sabrina Carpenter, pasando por Gracie Abrams o Taylor Swift, se infantiliza y se menosprecia el peso de laartista como no se hace con Joan Manuel Serrat, Julio Iglesias o David Bisbal”.
Una idea que también apuntala Ulises Fuente de La Razón con la siguiente afirmación :“Aitana es una estrella del pop de este milenio, con códigos nuevos y a la vez muchos elementos que llevan ahí décadas”. “En lo musical, a mí me hace especialmente gracia el lado “makinero” y “bakala” que tienen algunos de sus éxitos”, añade. “Esa electrónica dura me parece que contrasta muy bien con sus descomunales cualidades vocales y la cierta candidez de sus textos. Pero Aitana no hace canción de autor: la suya es música comercial yeso no es en absoluto negativo pero, en esas coordenadas estilísticas, es normal y habitual que en los grandes lanzamientos discográficos intervengan muchas personas”.
Porque ¿quién puede hablar de creación en estado puro? Nos interpela Juan Silvestre, quien mira a Aitana a través del objetivo de una cámara de cine: “Aitana supo aprovechar ese trampolín y es cierto que, desde el inicio, ella demostró tener un estilo muy propio. Pero creo que, en esta industria, es tremendamente difícil poder ser un creador en el más puro sentido de la palabra. Y creo que, en este momento de su carrera, está intentando mantener un equilibrio entre lo que le pide la industria y el tipo de artista que es”.