Suele ser la cantinela de las guías turísticas y eso que se repiten los recién llegados nada más salir de la estación de Santa Lucía y se topan con el Gran Canal y la iglesia de San Simone Piccolo y su cúpula verde menta: Es como un escenario teatral, como un decorado de un cuento de hadas, como el plató de una película antigua…. Y no por manoseado el stendhalazo no deja de ser menos real: Venecia es como una puesta en escena paralizada en el tiempo. Otra cosa es que, de repente, alguien se tome la cita al pie de la letra y, al módico precio de entre 10 y 30 millones de euros —que es la horquilla en la que se mueven los periódicos italianos— Venecia se convierta en atrezo de su boda. Eso es lo que les achacan —y critican— a Jeff y Lauren Bezos, quienes, a medida que se va aproximando la fecha de la ceremonia —y eso que está cambiando: del 24 al 26 de junio ahora se calibra del 26 al 28—, van enervando más y más a la población. No es la primera vez, pero sí la más flagrante: la ciudad al completo se ha convertido en una especie de salón de banquetes y comuniones para ricos.
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No space for Bezos (No hay lugar para Bezos), Ci butteremo nei canali se è necessario (Os tiraremos a los canales si es necesario), son las consignas que se repiten por los cuatro puntos cardinales de la Repubblica Serenissima, que, desde hace años, lucha sin denodar esfuerzos por no quedar relegada a un parque temático, en ejemplo de la gentrificación abusiva y la especulación.
Ajenos —o no— a este movimiento vecinal, Jeff y Lauren están dispuestos a echar la casa por la ventana, que a ostentosos y excéntricos no les gana nadie. Cinco superyates fondean ya en aguas de la laguna, y en ellos, algunas de las celebridades más top del mundo de las finanzas, la política y el espectáculo, como Leonardo DiCaprio, Ivanka Trump, Lady Gaga, Katy Perry, Oprah Winfrey, Mick Jagger, Orlando Bloom, Kim Kardashian, Kris Jenner, Eva Longoria, Leonardo DiCaprio o la Reina Rania de Jordania. Estrellas que, después, se irán alojando en los 5 y 7 estrellas de la ciudad. El Daniele, el Gritti, el San Clemente Kempensky, el St Regis, el Cipriani…
Esa es la baza de las autoridades de la ciudad y de la región para salvar los muebles: que durante los dos días y sus tres noches que tendrán lugar los fastos, esa pléyade de multimillonarios dejará un chorro de millones fluyendo entre sus canales. Que si en la isla de San Giorgio, donde será una de las grandes fiestas; que si en la isla del Lido, donde, justo enfrente del Palazzo del Casino, han dispuesto una pérgola; que si en el Palazzo Pisani Moretta, donde habrá otra cena de gala; que si en la Scuola Grande della Misericordia o la Fondazione Cini… Lugares de ensueño para que Lauren luzca sus 28 vestidos de ensueño. De Dolce & Gabbana a Oscar de la Renta. No hay una sola góndola libre ni queda una sola camiseta a rayas. Venecia es una fiesta.