La familia de la tele ya forma parte de la historia reciente de la televisión. Tras la emisión de su último programa, el pasado 18 de junio, y con apenas seis semanas en antena, María Patiño, presentadora del formato, ha roto su silencio en X (antiguo Twitter) con un mensaje cargado de emoción y significado. “Os como con patatas. Ahora y siempre. Dejé mi vida en esto y ahora comienza una vez más una nueva etapa. Estoy y estaré, ya me conocéis”, ha escrito, dejando clara su postura: pese al revés televisivo, su empuje y determinación permanecen intactos.
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Lejos de mostrar resignación, sus palabras funcionan como una declaración de intenciones. Para Patiño, el final del programa no es un cierre definitivo, sino el inicio de un nuevo capítulo. Este tropiezo no detiene su carrera, simplemente la redirige. Y como ha demostrado en numerosas ocasiones, sabe reinventarse con fuerza, incluso en los momentos más adversos.
La reacción a sus palabras en redes fue inmediata. Miles de usuarios respondieron con mensajes de apoyo, destacando su entrega y valentía de la presentadora al frente del espacio. Y es que María Patiño no fue una mera presentadora: se volcó en cuerpo y alma en un proyecto que, aunque breve, aspiraba a renovar las tardes de La 1 con un enfoque fresco y cercano.
La familia de la tele fue una de las grandes apuestas de RTVE para revitalizar sus tardes, con un elenco que incluía a figuras como Belén Esteban, Inés Hernand o Kiko Matamoros. Sin embargo, las bajas audiencias y las tensiones internas entre algunos colaboradores precipitaron su cancelación.
A pesar de las dificultades, la periodista gallega ha dejado claro que no guarda rencor y que se siente en paz con el trabajo realizado. “Nos vamos con la tranquilidad de haberlo intentado, de habernos esforzado, sin ningún tipo de rencor ni de ningún lastre y con la tranquilidad de seguir disfrutando de nuestro trabajo”, afirmó durante la despedida del programa. Entonces Patiño protagonizó una escena que no pasó desapercibida: se introdujo en un sarcófago como parte de una puesta en escena inspirada en rituales egipcios, simbolizando el cierre de un ciclo y el inicio de otro. “Ha llegado el momento de viajar sola. De irme sola. Solamente hubo una faraona que gobernó como un hombre durante 20 años. Y ahora lo quiero seguir haciendo, pero sola. Quiero que me tapéis ya. ¿Me podéis dejar en paz?”, expresó ante las cámaras, en un gesto cargado de teatralidad y significado. Sin duda, unas palabras que se vislumbran como el punto de partida de una nueva etapa en su carrera profesional.
Aunque aún no ha revelado detalles concretos sobre su próximo destino profesional, todo apunta a que Patiño seguirá vinculada al medio que la ha visto crecer. Su trayectoria, marcada por la pasión, la entrega y una personalidad arrolladora, la ha convertido en una de las comunicadoras más reconocidas y queridas por el público. Y si algo ha demostrado en estos días es que, para ella, cada final es solo el comienzo de una nueva historia.
Con la mirada puesta en el futuro, María Patiño se ha despedido de La familia de la tele con la cabeza alta y el corazón dispuesto a seguir contando historias. Porque, como ella misma ha dicho, “quiero divertirme, quiero aprender, quiero crecer”. Y todo indica que lo hará. Con fuerza. Y, esta vez, sola. Pero más fuerte que nunca.