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Fue uno de los niños más conocidos de la televisión española en los primeros años 2000, cuando daba vida a Josemi, el entrañable y perspicaz hijo de los Cuesta en Aquí no hay quien viva. Luego, ya en la adolescencia, volvió a las pantallas como Fran en La que se avecina. Pero con el paso de los años, Eduardo García se alejó de la interpretación y del universo televisivo que tantas alegrías le dio. Hoy, a sus 33 años, su vida ha dado un giro radical: trabaja como camarero en un pueblo de Toledo y vive con sus padres.
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El actor ha compartido su historia en una entrevista telefónica en el programa TardeAR, donde ha hablado con sinceridad sobre los altibajos que ha atravesado desde que abandonó los platós. “Tuve un tiempo que me torcí bastante, para qué nos vamos a engañar”, confesó con franqueza. No se considera una mala persona, pero admite que durante un tiempo se dejó llevar por malas compañías: “Tampoco he sido malo, pero sí he sido muy golfete”.
Eduardo reconoce que el éxito tan temprano lo llevó a un desequilibrio personal. Mientras sus amigos de la infancia disfrutaban de una adolescencia sin cámaras ni rodajes, él vivía la popularidad desde muy pequeño. Y eso, asegura, dejó una huella que años después sintió la necesidad de llenar: “Siempre he tenido ganas de vivir esa infancia que no viví”. Pero el intento de recuperar el tiempo perdido no fue siempre por el mejor camino: “Las cosas no se arreglan haciendo 'el gamba' por ahí”, reflexionó.
Hoy su rutina es muy distinta a la de aquellos años de fama. Trabaja en un bar de su localidad y, con humildad, no esconde las dificultades económicas: “Mis ingresos son mínimos”, afirmó. Vive con sus padres y valora poder llevar una vida sencilla y tranquila. “Estoy bien, trabajo con gente maja y estoy tranquilo”, aseguró, dejando entrever que ha encontrado cierta paz personal tras años convulsos.
En su etapa alejado de la interpretación, Eduardo también se acercó a la música urbana. Bajo el nombre artístico de Dudu, probó suerte en el mundo del rap, publicando algunos temas. Sin embargo, este proyecto no tuvo el alcance que él deseaba. En una entrevista anterior, recordó con cierta nostalgia lo difícil que fue asumir el cambio de vida: “Hubo momentos en los que me costó mucho gestionar todo. Pasar de que todo el mundo te conozca a que nadie se acuerde de ti es duro”.
A pesar de todo, no reniega del pasado. Al contrario, lo ve como parte esencial de su crecimiento: “Todo lo vivido me ha ayudado a ser quien soy”. Incluso ha intentado retomar contacto con algunos de sus antiguos compañeros de reparto, aunque sin mucha suerte. “La mayoría ni me ha contestado”, contó con una mezcla de resignación y tristeza.
Pero si algo tiene claro Eduardo García es que su deseo de volver a actuar sigue intacto. Y lo persigue desde la sinceridad, sin rencores y con la ilusión de un nuevo comienzo. Sin embargo, no todas las puertas están abiertas. Los creadores de La que se avecina, Alberto y Laura Caballero, han sido tajantes al respecto tras unas declaraciones pasadas del actor en la que los insultó: “Igual está feo. Que le vaya muy bien en la interpretación y que tenga mucha suerte en su reencuentro con el audiovisual. Con nosotros, con todo el cariño del mundo, no va a ser”, afirmaron recientemente en El Televisero.
Una respuesta firme por parte del equipo creativo que pone punto final, al menos por ahora, a cualquier posible reencuentro con la ficción en la que encarnó a Fran Pastor, el hijo de Enrique Pastor, papel interpretado por José Luis Gil, quien también se ha visto obligado a abandonar la serie por problemas de salud.