Emmanuel y Brigitte Macron acapararon todos los titulares desde su llegada a la primera parada de su gira presidencial por el Sudeste Asiático. ¿El motivo? Un supuesto bofetón de la primera dama francesa al presidente, captado en vídeo, que ha dado la vuelta al mundo y ha desatado un auténtico tsunami en redes sociales y medios de comunicación. Ante el revuelo, el propio político decidió aclarar la situación ante los periodistas en Hanói: "Estábamos bromeando con mi esposa, como lo hacemos bastante a menudo. En las últimas tres semanas, ha habido quienes, tras ver ciertos vídeos, creen que compartí una bolsa de cocaína, que tuve un enfrentamiento con el presidente turco, y ahora piensan que estoy protagonizando una escena de celos con mi esposa. Nada de eso es cierto, así que es mejor que se calmen", declaró. A pesar de la polémica, el matrimonio ha seguido con su agenda oficial, y analizamos ahora sus apariciones públicas durante la visita.
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Un día después del ya famoso 'manotazo' a bordo del Airbus presidencial, Emmanuel Macron intenta seguir con normalidad su agenda en el país en cuestión. Sin embargo, las especulaciones sobre el estado de su matrimonio, tras 17 años juntos, no dejan de intensificarse, y todas las miradas están puestas en la pareja en cada uno de los actos a los que acuden. Durante el encuentro con William Schilardi, veterano francés de la guerra de Indochina, el presidente y su esposa ofrecieron una imagen muy distinta a la habitual. En particular, llamó la atención un momento en que Macron le ofreció el brazo para bajar las escalinatas del avión, gesto que ella rechazó y que en esta segunda cita sí que se ayudó en su marido.
En ese acto, el mandatario se mostró sonriente y afable, saludando con cercanía a los presentes y manteniendo una actitud distendida. En contraste, Brigitte Macron optó por permanecer en un discreto segundo plano, con una actitud más reservada, cediendo deliberadamente todo el protagonismo a su esposo. En esta ocasión, sí que aceptó el brazo de su marido para subir las escaleras del lugar.
No obstante, más tarde, durante el evento en el que Emmanuel Macron pronunció un discurso en la Universidad de Ciencia y Tecnología de Hanói, la primera dama ofreció una imagen completamente distinta. Sentada en primera fila, se mostró involucrada y atenta, sin perder detalle de la intervención del presidente. Con el rostro iluminado por una expresión de orgullo y admiración, no apartó la vista de su marido en ningún momento, acompañando con gestos de aprobación sus palabras.
Un cambio de actitud que puede interpretarse como un intento de desmentir, al menos de forma pública, los persistentes rumores sobre una crisis matrimonial, proyectando una imagen de apoyo mutuo y complicidad en un entorno institucional. Por último, la jornada concluyó con un paseo por las calles del país anfitrión, poniendo fin a una visita de Estado de tres días a Vietnam, en la que ambas naciones reiteraron su firme compromiso de llevar las relaciones bilaterales a un nuevo nivel de cooperación y entendimiento.
Durante este recorrido, el matrimonio presidencial volvió a ofrecer una imagen de unidad: caminaron del brazo, compartieron sonrisas y gestos de cercanía, e intercambiaron miradas cómplices, dejando entrever un momento de sintonía personal en medio de la agenda diplomática.