,type=downsize)
La discreción ha marcado siempre la relación de Coki Prieto Pareja-Obregón y Toni Martín Iglesias, también en el día más importante de su historia de amor, el de su boda. La interiorista y el portavoz del Partido Popular en el Parlamento Andaluz pronunciaron el "sí, quiero" en un enlace íntimo que se desarrolló al completo al aire libre en Aldeaquemada, localidad ubicada en plena Sierra Morena, al norte de Jaén. Bucólica e inspirada en los años 20, en esta celebración la pareja sellaba su unión junto a los suyos.
Para ti que te gusta
Este contenido es exclusivo para la comunidad de lectores de ¡HOLA!
Para disfrutar de 8 contenidos gratis cada mes debes navegar registrado.
Este contenido es solo para suscriptores.
Suscríbete ahora para seguir leyendo.Este contenido es solo para suscriptores.
Suscríbete ahora para seguir leyendo.TIENES ACCESO A 8 CONTENIDOS DE
Recuerda navegar siempre con tu sesión iniciada.
La boda fue reducida y reunió a sus más íntimos, esas personas que forman parte de su día a día. Coki pertenece a una familia muy querida en Andalucía. No en vano, es nieta del conde de Prados Castellano, hija del ganadero Francisco Luis Prieto Pérez, sobrina nieta de Manuel Pareja Obregón, creador de la conocidísima Salve Rociera, y sobrina del compositor Arturo Pareja Obregón. Además, es una de las diseñadoras de interiores más prestigiosas del país y ha dejado su sello personal en viviendas privadas, hoteles boutique y restaurantes. Su estilo mezcla la influencia del barroco sevillano con la inspiración que le dejó la temporada que vivió en el sur de Francia y también su tiempo en Marbella. Estudió en Sevilla y antes de volar en solitario formó parte de estudios como Pedro Peña Interior Design en Marbella, donde ella misma dice que perfeccionó su "capacidad para fusionar tradición y vanguardia".
Por su parte, Toni nació en Los Ángeles, donde habían emigrado sus padres, quienes anteriormente estuvieron también en Bogotá porque su padre era fotógrafo y soñaba con buscar oportunidades laborales al otro lado del charco. Regresaron a Sevilla cuando era un niño. Licenciado en Geografía e Historia y experto en comunicación política, se adentró en ese universo muy pronto y ha ocupado diferentes cargos con Soledad Becerril, Juan Ignacio Zoido y Javier Arenas, entre otros líderes. El asesinato de su buen amigo Alberto Jiménez-Becerril y su esposa Ascensión García fue muy doloroso para él. De hecho, lo define como una tragedia personal, ya que en ese momento estaba casado y ambos matrimonios solían hacer planes juntos todos los fines de semana. En esa etapa se planteó su futuro, pero siguió vinculado a la comunicación del PP.
La naturaleza es clave en la vida de la novia, por eso no podía faltar este elemento en su boda. Coki creció en el campo de Andalucía, entre arrozales y dehesas, una experiencia que le ha permitido desarrollar un profundo respeto por la artesanía, los materiales nobles y la historia que transmiten los objetos. Esa sensibilidad ha quedado reflejada en cada detalle de su gran día: desde la mesa en la que cenaron a la luz de las velas con unos centros florales adornados con limones hasta el altar, en medio del campo y adorando con una imagen de una virgen y dos jarrones de mimbre, pasando por la llegada de las damitas de honor rodeadas de flores silvestres. Fue una boda de cuento, marcada por el amor y la paz que transmitía este telón de fondo, con los pájaros piando en su hábitat natural, las ranas croando... Un auténtico privilegio de banda sonora.
El vestido de Coki era especial por dos razones principales. La primera es que lo hizo en su atelier Blanca Suárez-Cantón, diseñadora que define a la novia como "mi amiga del alma, mi siamesa". La segunda es que lo confeccionaron a partir de un diseño vintage rescatado de París y transformado de una forma más actualizada. El resultado fue un diseño de escote asimétrico, una las tendencias nupciales que fascinan a las novias más modernas, que destaca por su caída fluida y ligera con detalle de sutiles volantes en el bajo de la falda. Le añadió una larga capa de gasa, fijada al vestido con un broche sobre el único tirante, que cubre los hombros de la protagonista. En la cintura, acompaña el vestido con un cinturón blanco a tono, elaborado con pequeñas flores.
Coki le dio su sello más personal al look nupcial con un impresionante sombrero negro de Nana Golmar, creado para la Fashion Week de Madrid en colaboración con Ynés Suelves, nieta del carismático duque de Alburquerque. Además, apostó por un ramo silvestre desestructurado, en cascada, con peonías como flores principales y romero, creación de Melero Floristas.
Esta es la segunda boda para Coki, que estuvo un año (entre 2017 y 2018) casada con Javier Calle Mora y a su enlace fueron nombres tan conocidos como Felipe de Marichalar, Gonzalo Caballero, Olivia de Borbón y Julián Porras. El empresario es muy conocido en la noche marbellí por estar al frente de negocios como Opium y Funky Buddha Banús, pero además su nombre sonó con fuerza en los medios de comunicación por su noviazgo con Alba Díaz, hija de Vicky Martín Berrocal y Manuel Díaz 'el Cordobés'. Toni, por su parte, es padre de dos hijos llamados Mariana y Marcelo con los que adora hacer planes.