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No hay nada más emocionante para Beatriz Trapote y Víctor Janeiro que ver crecer a sus tres hijos y estar con ellos en sus momentos más importantes, siendo testigos en primera persona de su felicidad. Es por eso que continúan en una nube después de la Primera Comunión de su primogénito, Víctor, protagonista de una jornada que difícilmente olvidarán en la que estuvieron acompañados de sus seres queridos, su pilar fundamental. Al sonar el despertador llegaron los nervios lógicos del niño ante una responsabilidad así, siendo consciente de que todas las miradas estaban puestas en él, pero todo salió a la perfección. Fue un día único, lleno de sorpresas, anécdotas e instantes para el recuerdo que la periodista y el torero han compartido con ¡HOLA!
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Después de dos años de catequesis, llegó el gran momento. Con mucha ilusión y rodeado de la familia, Víctor se puso su traje de almirante, en dos tonos de azul y creado por Paqui Barroso Arcos, la misma firma que visitó a sus hermanos, con los que se lleva muy bien, aunque estaban algo celosos y a la vez emocionados por ser los siguientes en hacer la Comunión. Él mismo eligió meses antes su propio traje porque tanto Víctor como Beatriz le hicieron partícipe de todo. Al fin y al cabo, era su día. Inicialmente, dudaba entre tres opciones, pero se decantó por la versión con la que se sentía más cómodo y fue todo un acierto porque estaba muy guapo. Mientras se preparaba, a la mente de sus padres vinieron todos los recuerdos que conservan de sus respectivas Comuniones y de alguna forma las volvieron a revivir a través de su primogénito, al que definen como un niño muy tranquilo y tímido.
Ya preparado y algo inquieto, pero sobre todo muy ilusionado, se trasladó con sus padres y hermanos al colegio al que acude cada día, esta vez para vivir una jornada muy diferente al resto. Recibió el sacramento con sus compañeros, esos niños que forman parte de su día a día. Tanto él como sus amigos, muy responsables a pesar de su corta edad, estuvieron varios días ensayando en casa y revisando los detalles con antelación para que saliera perfecto. Como así fue. Durante la misa, todos tuvieron una función importante. Unos leyeron, otros hicieron ofrendas y el mayor de los Janeiro Trapote se encargó de llevar el cáliz y la custodia, el recipiente sagrado en el que se pone el cuerpo de Cristo que tomaron por primera vez.
Finalizada la misa y con los nervios de Víctor ya olvidados, comenzó la diversión. Se trasladaron a un restaurante cercano para hacer una comida íntima. "En familia nada puede salir mal", nos aseguran Beatriz y Víctor, quienes querían una celebración sencilla porque, como dicen con gran sentido del humor, ya hicieron grandes fiestas en los bautizos de sus tres hijos. Fue un encuentro muy distendido, con anécdota incluida, y es que hubo tres presencias virtuales. Humberto y Carmen Janeiro, hermanos de Víctor, no pudieron asistir porque estaban fuera, al igual que el hermano de Beatriz, que se encontraba en Londres y la logística le impedía llegar. La distancia no fue un obstáculo y los tres acompañaron a su sobrino mediante videollamadas, fórmula que les permitió sentirse cerca y no perderse nada.
Víctor tuvo muchos regalos, pero hay uno que le ha gustado especialmente: un portátil que le entregaron su abuela, Carmen Bazán, y su tío, Jesulín de Ubrique. Todo le hizo ilusión, pero con el ordenador estaba entusiasmado. "Es el niño más feliz", nos asegura su padre. Lo usa mucho desde entonces para buscar dibujos que le sirven de inspiración para pintar. Y es que es un niño muy talentoso que desde pequeño ha demostrado una gran faceta artística y una sensibilidad única para la pintura. Sigue de esta manera los pasos de su abuelo, el recordado Humberto Janeiro, que sacó su primera colección de cuadros a la venta en 2005.
Para Víctor y Beatriz era importante tener un álbum de la Comunión de su niño y se trasladaron a la Casa rural El Vihuelo para hacerse una sesión familiar de la mano de El sofá rojo. Los dos profesionales tras las cámaras capturaron bonitas escenas familiares del protagonista con sus hermanos y con sus padres. El diestro eligió un look de Álvaro Moreno mientras que la empresaria se decantó por dos vestidos. Uno largo satinado de Almendro Atelier y otro midi de Joana Delgado. También captó al matrimonio en esos instantes mágicos en los que sus miradas hablan por sí solas. Porque 18 años después de su flechazo, siguen tan enamorados como el primer día y han cumplido su sueño de formar una familia numerosa.