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Isabel Allende conquistó La Revuelta con su arrolladora vitalidad y su inteligente sentido del humor. A sus 82 años, la escritora demostró que el carisma no entiende de edades: desde el primer instante cautivó al público, arrodillándose para saludar a Carmela, la perrita de Vanesa Martín, y dejando sin palabras a David Broncano con una broma marca de la casa: "Habla más lento, que no te entiendo nada".
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Fiel a su estilo directo y entrañable, compartió una de sus historias más personales: el inesperado romance que vivió tras su divorcio. "Yo vivo en California y un tipo en Nueva York me escuchó por la radio. Empezó a escribirme todas las mañanas y todas las noches durante seis meses. Finalmente, fui a Nueva York, quedé con él y le pregunté cuáles eran sus intenciones, porque en ese momento tenía 76 años y no estaba para perder el tiempo. Entonces me dijo que quería casarse. A las 24 horas ya tenía anillo", relató entre risas. Y aunque reconoció que había imaginado a alguien más parecido a Antonio Banderas, la realidad fue otra. "Era un anciano de 80 años. En ese sentido fue una pequeña desilusión, pero una se acostumbra: cuando hay cariño, sabe cocinar y le gustan los perros…".
Tras su divertida confesión sobre el amor en la madurez, Allende sorprendió a Broncano con un regalo muy especial… que, para sorpresa del presentador, venía con la complicidad de su pareja, la actriz Silvia Alonso. "Hablé con Silvia y ella me dio una idea. Pensé que lo que tú necesitas, después de conversar con ella, son afrodisíacos", explicó la escritora con picardía. "¿Qué dices? Habrás hablado con otra Silvia", reaccionó el presentador, desconcertado. "No sé, chequéalo con ella. Quizás tú te crees muy fogoso…". "No me creo, no me creo… pero tengo un espejo en la habitación y me veo y digo: ¡qué vigor!", bromeó él. "Bueno, ella no está de acuerdo", remató la autora entre risas, antes de entregar su particular obsequio: un libro que escribió hace años sobre afrodisíacos.
El público estalló en carcajadas y Broncano, en busca de respuestas, miró al palco donde estaba Silvia y le lanzó: "¿Qué vas diciendo por ahí?". La actriz, con humor, se asomó al "balcón" del teatro y respondió: "A ver, Isabel, eran cosas entre nosotras… ¡no esperaba que lo contaras aquí delante de todo el mundo!". Él, todavía sin creérselo, contraatacó: "¿Ni siquiera le has dicho que hoy, en vez de siesta, me he arrimado un poco?". Silvia, entre risas, intentó salir del paso: "Sí, sí, hoy sí... lo hemos tenido que agendar porque...". Isabel Allende no dejó pasar la ocasión: "Si lo tienes que contar, es que sucede rara vez", soltó con una sonrisa traviesa. Silvia, resignada pero divertida, zanjó el momento: "Está todo bien, en realidad está todo bien... pero le echamos un vistazo al libro por si acaso y ya está".
Después de este divertido momento, la escritora habló de su nueva novela, Mi nombre es Emilia del Valle, y recordó uno de sus mayores éxitos: La casa de los espíritus. Fue entonces cuando desveló el motivo por el que siempre comienza a escribir sus libros el 8 de enero: "Es mi fecha sagrada". Aquel día, de 1981, recibió una llamada que marcaría su vida: su adorado abuelo había fallecido. "Me llamaron de Chile a Caracas, donde yo vivía, para decirme que mi abuelo se estaba muriendo en Chile. Yo adoraba a mi abuelo, pero no podía ir porque estaba viviendo en el exilio, eran los tiempos de la dictadura. Empecé a escribirle una carta y, aunque se murió, seguí escribiéndole. Lo hice durante un año entero y, al final, tenía 500 páginas. Ese fue el origen de La casa de los espíritus", explicó con emoción.
Antes de despedirse, Allende se enfrentó con desparpajo a las clásicas preguntas de Broncano: cuánto dinero tiene en el banco y cuántas veces ha mantenido relaciones sexuales en los últimos 30 días. "¿Quieres que te diga cuánto dinero tengo en el banco? ¿Y por qué no me das tú primero tu patrimonio?", respondió, con una sonrisa afilada. Luego, añadió: "No paso hambre". Al enfrentarse a la segunda cuestión, hizo una pausa. “Tendría que pensar…”, admitió, antes de clavar la mirada en el presentador y decir con ironía: "¿Por qué te interesa? Es mi vida privada. Dime tú cómo te ha ido en los últimos 30 días y empezamos la conversación". Broncano, se giró hacia hacia su novia y respondió en tono de broma: “Para mí ha sido un buen mes… aunque parece que no todo el mundo puede decir lo mismo". La autora, divertida, remató la escena con su característico ingenio: “No ha sido un mal mes, pero he estado viajando mucho. Así que espero que cuando vuelva a casa pueda recuperar un poco".