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En medio de la tormenta mediática que envuelve a Frank Cuesta, Irene Villa ha salido en su defensa con unas contundentes palabras. La escritora, que conoció de primera mano el trabajo del animalista en Tailandia, asegura que detrás del personaje hay una persona auténtica, comprometida y profundamente afectada por el escarnio público que ha generado su reciente confesión.
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Las palabras de apoyo de Irene Villa
La deportista paralímpica ha decidido contar su versión y su experiencia personal junto a Cuesta. En un artículo de opinión en La Razón, recuerda su visita al santuario en 2019, cuando viajó a Tailandia para dar una conferencia en un centro de rehabilitación. Durante esa estancia, conoció el refugio de animales que dirige Cuesta y fue testigo de su implicación total: “Tenía las mejores condiciones para todo tipo de especies a las que alimentaba cada día, teniendo que atender también a tres niños y llevar comida a su exmujer que aún cumplía una injusta condena en una cárcel bastante lejana”.
Villa asegura que lo que vivió no fue una farsa, sino una vida entregada a una causa. “Esto no es algo que me hayan contado, lo viví”, afirma. En su defensa, insiste en que Cuesta ha sido durante años un referente en la protección animal, con una filosofía clara: “Los animales no tienen abogados”. Considera que su compromiso ha sido real, y que ahora está siendo víctima de un ataque desproporcionado.
"No sé quién ni por qué odia tanto a Frank Cuesta"
“No sé quién ni por qué odia tanto a Frank Cuesta, pero no creo que merezca el acoso y derribo que está recibiendo. Menos aún sus tres hijos, criados con una buena educación y grandes valores humanos”, subraya.
La periodista también señala que Cuesta ha vivido siempre más seguro entre animales que entre personas. “Tristemente, lo está confirmando: no siempre son confiables”, escribe. Y concluye con un mensaje de apoyo: “Ánimo a los cuatro, estamos con vosotros”.
Las polémicas declaraciones de Cuesta
Cuesta sorprendió a todos la semana pasada con un vídeo en su canal de YouTube donde confesaba que “todo ha sido parte de un show”. En sus palabras, explicó que había exagerado o mentido sobre aspectos fundamentales de su vida y carrera: no padece cáncer (aunque sí una mielodisplasia), nunca ha sido veterinario ni herpetólogo, y los animales de su santuario, en realidad, fueron comprados y no rescatados como había asegurado durante años. A esto añadió que sufre un problema de mitomanía y que su personaje se le fue de las manos.
Sin embargo, en un nuevo vídeo publicado poco después, Cuesta matizó sus declaraciones, asegurando que aquel primer vídeo fue grabado como parte de un guion que, según afirmó, se le propuso para frenar el acoso que él y sus hijos estaban sufriendo desde hacía meses. “Hoy he puesto un vídeo que se me mandó. Me dijeron que si hacía este vídeo, se paraba el acoso”, declaró visiblemente afectado. Asegura que las advertencias comenzaron en agosto de 2024 y que llegaron a involucrar filtraciones a periodistas, manipulaciones y presiones.