En una día lleno de emoción y complicidad, Angie Rigueiro y Nacho Cerrillo han dado un paso decisivo en su historia de amor. En la casa familiar de la presentadora de Antena 3, rodeados por la calidez de sus padres, hermanos, y el pequeño Ignacio, hijo de la periodista, celebraron una pedida de mano que fue todo un reflejo de su profundo vínculo.
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Noventa invitados, entre familiares y amigos cercanos, fueron testigos del instante en el que el banquero de inversión le pidió matrimonio a Angie. A poco más de un mes para su boda —el 20 de junio—, la pareja, que ha compartido ya innumerables momentos, se mostró más unida que nunca, en un día que estuvo marcado por el cariño de todos los presentes, mientras la futura novia recibía el anillo que sella su compromiso con el hombre que la ha conquistado.
—Angie, ¿cómo habéis vivido el gran día?
—Ha sido un día muy especial para los dos. No me imaginaba que sería tan emotivo y bonito, y me sorprendió profundamente lo bien que nos lo pasamos y cómo nuestras familias disfrutaron.
—¿Hubo algún momento especialmente emotivo?
—El más emotivo fue, sin duda, el de los discursos que nos dedicamos. En la boda tendremos la oportunidad de compartir algunas palabras, pero en la pedida queríamos regalarnos algo más profundo y personal. Queríamos hablar desde el corazón y así lo hicimos. Fue tan especial que no pude evitar emocionarme y terminé llorando.
—¿Nacho hizo algún discurso pidiendo la mano a tu padre?
—Sí, hizo uno precioso en el que agradeció a mis padres el que le acogieran como uno más en la familia y habló de la relación tan preciosa que tiene con mi hijo. Como siempre, mi padre, con su humor característico, le respondió: "Me ha encantado, pero que sepas que ya no hay devolución", ¡ja, ja, ja! Es una broma que siempre les dice a mis cuñados cuando piden la mano de sus hijas.
—¿Qué os habéis regalado?
—Él me regaló un anillo con un diamante solitario y yo, un reloj con una esfera azul que me encantaba. Además, la familia de Nacho me regaló unos pendientes de perlas y brillantes preciosos.
—¿Hubo algún brindis que os tocara especialmente el corazón?
—Sí, hubo uno que marcó el día de una manera muy especial. Justo el día antes de la pedida, celebramos las bodas de oro de mis padres, ¡50 años juntos! Para conmemorarlo, les preparé un vídeo con fotos de su boda, de su vida juntos, sus viajes y recuerdos de cuando mis tres hermanos y yo éramos pequeños. Se emocionaron mucho. Además, algo que no esperaba fue la avalancha de flores que recibí. Entre todos, me llenaron la casa de flores, ¡recibí 18 ramos!
—¿Cómo está siendo para vosotros esta recta final?
—La estoy viviendo con mucha ilusión, sobre todo por los eventos tan especiales que nos quedan. Aún me esperan tres despedidas de soltera, ¡ja, ja, ja! Ya tuve una increíble, que me organizó mi mejor amiga, en Dubái, y además, justo antes de la boda, vamos a hacer un asado argentino con mis primos que vienen desde Argentina. Así que, la verdad, me siento muy feliz y emocionada por todo lo que está por venir. ¡Todo está tomando forma y la ilusión es enorme!